martes, 4 de diciembre de 2018

Más de un millón de menores de edad no pueden ir a la escuela por pobreza: Coneval

El diagnóstico evidencia las precarias condiciones de infraestructura, inmobiliario y los servicios insuficientes, situación que propicia, entre otras cosas, la deserción escolar.

Al iniciar el sexenio de Andrés Manuel López Obrador el panorama de la educación es poco alentador: las deficiencias en los servicios educativos que van desde deficiente infraestructura hasta falta de mobiliario, agua o internet, repercuten en el nivel de aprendizaje y contribuye a “reproducir o profundizar las desigualdades de origen”en el país.

Así lo concluye el Estudio Diagnóstico del Derecho a la Educación 2018, publicado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) este lunes 3 de diciembre.



Además, aunque la educación sea un derecho establecido en la Constitución y el Estado otorgue el servicio de manera gratuita, más de un millón de menores de edad no asisten a la escuela porque viven por debajo de la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos (LPEI), lo que representa 13.2% de niños y jóvenes en edad escolar. La mayor tasa se encuentra entre jóvenes de 15 a 17 años con 35.2%  y le sigue los niños de entre tres y cinco años, con una tasa de 22.5%.

Respecto a la accesibilidad económica, se identificaron mayores barreras en el nivel medio superior, pues en el ciclo escolar 2016-2017, 12.8% de los alumnos en este nivel, abandonó sus estudios.

Entre las principales razones de deserción escolar en medio superior reportadas en 2012 se encuentran: falta de dinero (36.4%); le disgustaba estudiar (7.8%); consideraba más importante trabajar que estudiar (7.2%); problemas para entender a los maestros (7.1%); se embarazó, embarazó a alguien o tuvo un hijo (4.7%); y se casó (3.4%).

El estudio concluye que si bien el artículo Tercero Constitucional establece que toda persona tiene derecho a la educación, la evidencia presentada muestra que el acceso, permanencia, trayectoria y aprovechamiento “están fuertemente ligados a las barreras de acceso” debido a su condición económica, indígena, situación de discapacidad, embarazo o maternidad o lugar de residencia.

Además, el sistema educativo mexicano “tiende a reproducir, en el mejor de los casos (si no es que profundizar) las desigualdades de origen, ya que no destina los mejores recursos (infraestructura, personal docente o materiales) a las escuelas en las que asiste la población con condiciones iniciales en desventaja, por lo que las brechas en el aprendizaje se profundizan ampliando las desigualdades en los resultados de la educación”.

Las carencias
El Coneval tuvo que hacer solicitudes de información a la SEP, el Instituto Nacional de Infraestructura Física Educativa (INIFED) y usar datos del Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial 2013 para determinar la suficiencia de infraestructura necesaria para impartir clases, con el acceso a inmuebles construidos o adaptados para fines educativos, con materiales duraderos, 34 servicios básicos (electricidad, agua, drenaje, sanitarios y bebederos) y mobiliario básico (muebles para sentarse y apoyarse para escribir y pizarrones en los salones).

Así determinó que respecto del total de escuelas de educación básica reportado por la SEP para el ciclo escolar 2017-2018, que asciende a 226 mil 188 planteles, 2.2% carecen de suministro de agua de ninguna fuente y solo 53% cuenta con el suministro mediante la red pública; 32.3% de los planteles tienen conexión a la red de drenaje; 66.4% tienen servicio sanitario, 66.1% tiene energía eléctrica y 19.5% cuenta con bebederos.

Además, 27.2% de las escuelas a las que asistían cerca de 95 mil estudiantes, no se ubicaban en un inmueble construido o adaptado para fines educativos, “lo que resulta indispensable para generar condiciones mínimas de aprendizaje”.

Por lo tanto, el estudio advierte que la infraestructura es insuficiente, ya que cerca de tres de cada cuatro alumnos no asiste a escuelas que reúnan todas las condiciones necesarias para dar clases (15% no cuenta con construcciones con materiales duraderos, 70% no tiene todos los servicios básicos y 20% no cuenta con mobiliario básico).

Incluso entre quienes servicio de agua potable no recibe agua todos los días. A nivel nacional, 72% cuenta con este recurso diariamente, pero 17% tres o cuatro días; y 11% uno o dos días. Mientras que a nivel nacional, 3.1 por ciento de los planteles públicos no cuenta con sanitario

Por si fuera poco, los sismos del siete y 19 de septiembre de 2017 afectaron aún más las escuela. Hasta marzo de 2018, de acuerdo con datos del INIFED, 13 mil 29 escuelas reportaron daños menores, 6 mil 822, daños severos o moderados y 210 tuvieron daños graves.


El estudio advierte que tener una buena infraestructura y contar con instalaciones complementarias como bibliotecas, recintos culturales y deportivos, comedores y acceso a computadoras con internet es determinante para lograr un aprendizaje más integral, pero el número de estudiantes con acceso a éstas es limitado: sólo 2% de los alumnos de preescolar, 11% de primaria y 23% de secundaria cuentan con ello.

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: NAYELI ROLDÁN.
LINK: https://www.animalpolitico.com/2018/12/un-millon-menores-no-pueden-ir-a-la-escuela-por-pobreza-coneval/