domingo, 14 de enero de 2018

‘Si hubiera un Mundial de gobernantes, México no calificaría’: Roberto Gómez Junco

El ex futbolista y hoy analista de ESPN debuta como escritor con la novela ‘El ilustre pigmeo’.

Roberto Gómez Junco fue un medio campista fuera de lo común. No sólo porque sus atributos deportivos, también porque entre concentración y concentración siempre encontraba tiempo para leer. Durante sus trece años como futbolista militó en el Atlético Español, Toluca, Chivas y Tigres de la UANL. Una vez retirado se convirtió en uno de los mejores analistas del balompié. Y ahora debuta como novelista con El ilustre pigmeo (Editorial Font), donde recupera la historia de su bisabuelo, Celedonio Gómez Junco para mezclarla con reflexiones acerca del futbol.


¿Cuándo se hizo lector?

Desde antes de jugar futbol. A los 18 años la lectura se convirtió en una necesidad y ese gusto se acentuó durante mi etapa de futbolista. Entre los 20 y 33 años fue un refugio indispensable para aguantar la convivencia que en ocasiones no es fácil. Es padre jugar futbol sábados o domingos, pero los entrenamientos son extenuantes y los viajes con los compañeros no son sencillos. La lectura es un vehículo fundamental de diversión y entretenimiento, además aporta conocimiento.

¿Quiénes son sus autores favoritos?

En este momento Javier Marías, Enrique Vila-Matas, Paul Auster, Eduardo Mendoza; de Pérez Reverte leo casi cualquier cosa. Mexicanos: Villoro, Jorge Volpi, Aguilar Camín, leí a Mastretta en su momento. De joven, Dostoievski era lectura obligada como Herman Hesse, y después Erich Fromm. A Cervantes lo leí a fuerza en la escuela y después por gusto. Una de las razones por las que en México se lee poco es porque obligan a los chavos a leer cosas para las que no están preparados. Podrían empezar por Salgari o incluso Og Mandino, aunque no califique como literatura.

Usted reconocerá que no son demasiados los futbolistas con ese nivel de lecturas…

Regularmente el futbolista vive en un mundo aparte, tiene muchos privilegios. Mientras juegas futbol sientes que el mundo está a tus pies y que no hace falta leer o prepararse. Son pocos quienes entienden que de nada sirve hacer muy bien las cosas dentro de la cancha si fuera de ellas no progresas. En México la falta de lectura está dentro y fuera del deporte. Quizá en el futbolista se acentúa porque es reconocido y aplaudido.

¿Tuvo compañeros de vestuario con quien hablar de sus lecturas?

No, por eso en el libro invento al compañero que me hubiera gustado tener. En mi época de futbolista no tenía con quien hablar de libros, quizá de cine sí, era más fácil.

¿Lo veían raro sus compañeros?

Sí, todavía me encuentro con ex compañeros y me dicen que era un tipo raro. Me costaba integrarme a la convivencia normal de los futbolistas.

Son pocos los futbolistas que escriben, como Valdano, pero aún son menos quienes hacen ficción como usted…

Quería escribir algo sobre futbol, pero ya se ha escrito demasiado y la mayoría no vale la pena. Valdano ha aportado algunas cosas interesantes. Lo más abundante son las memorias, pero no me interesan, las de Maradona las leí por obligación. Actualmente mi genero favorito es la novela, por eso escribí una. Cuando se me ocurrió escribir este libro, coincidió con la lectura de una novela de Javier Cercas, otro autor espléndido, donde hablaba de un tío abuelo que peleó a favor de Franco durante la Guerra Civil Española sin tener gran conciencia de lo que hacía.

Su novela parte de un bisabuelo poeta, ¿lo hizo para hacerle justicia?

No sé, más bien me sirvió de pretexto para escribir sobre futbol de manera distinta. La parte de mi bisabuelo es biográfica. Investigué sobre su obra y circunstancia, era muy reconocido como epigramista. Sin embargo, al profundizar le descubrí algunos sonetos para mi maravillosos. Al interior de la familia fue un poeta de mayor nivel del que se reconoce. En una ocasión se topó con un amigo y éste le dijo: “Adiós ilustre pigmeo”. Mi bisabuelo respondió: “Adiós insigne gigante/ que te me paras delante/ con ese rostro tan feo”. Tenía una gran agilidad para rimar, pero además tenía otros poemas más reflexivos. Me parecía una figura interesante rescatarlo y de paso hablar de futbol.

No siempre se ha visto bien que los intelectuales hablen de futbol…

Nunca entendí el menosprecio de los intelectuales al futbol. Vázquez Montalbán, Marías o Galeano, han sido grandes fanáticos de este deporte. Me ha tocado estar junto a Villoro y verlo festejar un gol del Barcelona. Y viceversa, escuchas a Valdano y es un intelectual. Afortunadamente esto ya cambió. Con mi libro quiero demostrar que es posible conjugar el futbol y la lectura, y ser feliz con ambos.

¿Hay relación entre los pocos éxitos deportivos de México con el bajo nivel educativo?

Por supuesto, el bajo nivel educativo está en el origen de los grandes problemas de México. Siempre me ha parecido injusto pedir un gran futbol en un país atrasado en otras muchas cosas. Si hubiera un mundial de gobernantes, México ni siquiera calificaría. Cuando en el ámbito social, económico y político hay corrupción e improvisación, también lo habrá en áreas como del deporte.

Este año coinciden otra vez elecciones y Mundial…

Así es, como cada doce años. No me gusta cuando se usa el futbol como distractor. Abundan los presidentes que gobiernan mal y se adornan con el deportista ganador, sin hacen nada por el deporte. El equivalente a pan y circo en México, es futbol y tortilla. En 2006 el robo de las elecciones pasó a segundo término ante la selección mexicana.

¿Cuál es su pronóstico para México en el Mundial?

No sé, hasta hace unos meses lo veía encaminado al precipicio. El equipo está mal manejado, hay grandes jugadores, pero no son cabalmente aprovechados. Sin embargo, el juego que dieron ante Bélgica me hace pensar que aún se puede recomponer el camino. No obstante, Osorio necesita regresar a lo esencial.


Fuente: Aristegui Noticias
Autor: Héctor González
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