lunes, 13 de noviembre de 2017

Políticos y líderes sindicales hacen de la función pública un negocio: casas, autos, lujos…

Oficialistas y opositores, de izquierda o de derecha, las fortunas que la clase política mexicana exhibe públicamente enciende la furia de la población. Sus patrimonios incluyen casas y departamentos en el extranjero, yates, autos y relojes de colección, obras de arte y abultadas cuentas de banco. Los políticos, además, tienen prestaciones con cargo al presupuesto nacional, como ningún trabajador en México: autos, comidas, viajes, y seguros de gastos médicos mayores en hospitales privados.

Político pobre es un pobre político, dice una frase popular en México. Por eso, líderes de partidos, funcionarios de alto nivel, diputados, senadores y hasta líderes sindicales han convertido su labor pública en un rentable negocio que les permite acumular propiedades, bienes y gustos caros.

Sus patrimonios incluyen casas y departamentos en el extranjero, yates, autos y relojes de colección, obras de arte y abultadas cuentas de banco.


A partir de que entró en vigor este año la ley conocida como #3de3, que los obliga a publicar su declaración patrimonial, es posible medir con cifras la magnitud de su riqueza. O al menos una parte de ella, porque hay quienes recurren al favor de la familia para transferir la propiedad legal de algunos bienes que reclaman como “no suyos”.

La mayoría, sin embargo, dice no tener necesidad de esconder lo que “honestamente” ha ganado en el servicio público y la política, que les ofrece salarios netos anuales por arriba del millón de pesos, aquí donde 70 por ciento de los trabajadores gana en promedio 7 mil pesos al mes, es decir, 84 mil pesos al año.

Los políticos, además, tienen prestaciones con cargo al presupuesto nacional, como ningún trabajador en México: autos, comidas, viajes, y seguros de gastos médicos mayores en hospitales privados.

EL PALACIO ROSA DE “EL BRONCO”

El Gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, conocido como “El Bronco”, es el más reciente ejemplo de la vida de lujo a la que acceden los políticos en México. En su caso, combinada con los negocios.


Ex militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), “El Bronco” se lanzó a competir por la gubernatura de su estado con sus propios medios, y ganó. Ahora recaba firmas para contender como candidato independiente a la Presidencia del país, mientras pasa la hoja del escándalo que provocó la casa rosa que construía sobre una superficie de mil 200 metros cuadrados en el municipio de Galeana, Nuevo León, con un valor aproximado de 25 millones de pesos.

Para aplacar a los medios, “El Bronco” publicó en su cuenta de Facebook un anuncio de venta: “Raza, vendo propiedad en Pablillo, Galeana, tierra fregona y cielo hermoso. Según TVAzteca vale 25 millones de pesos, pero quien me de 12.5 millones se la queda, y de regalo les doy 2 vacas, un caballo, 3 borregas, 20 gallinas y 1 gallo. Compartan”.

En su declaración patrimonial hay otras 9 propiedades suyas, con un valor total de 5.4 millones de pesos, así como tractores y arados, y reporta un ingreso anual 1.2 millones de pesos

CON “CASA CHICA” EN EU

Pero no hace falta asumir un cargo de Gobernador o tener negocios propios para aspirar a una buena vida en la política.

Los presidentes nacionales de los dos principales partidos de oposición –PAN y PRD– también han tenido que salir a defender propiedades que las sumas y restas de sus ingresos no alcanzan a explicar.

Es el caso de Ricardo Anaya, dirigente nacional del Acción Nacional (PAN). Recientemente, el periódico El Universal reveló que el joven político y su familia (su esposa Carolina Martínez, su suegro Donino Ángel Martínez y sus cuñados José Ángel y Natalia) tienen 33 propiedades con un valor de 308 millones de pesos.


Anaya calificó como “una infamia” esta información, acuso una campaña en su contra y hasta amenazas, pero no negó el patrimonio de su familia política.

La prensa nacional también reveló que Anaya renta una casa en una exclusiva zona de Atlanta, Estados Unidos, que le cuesta 3 mil 500 dólares al mes. Además paga 960 mil pesos al año por las colegiaturas de sus hijo en el Colegio Willeo Road, en Roswell, Georgia, y 14 mil pesos por un departamento de 40 metros cuadrados en la avenida Paseo de la Reforma, la más cara de la Ciudad de México.

En su declaración patrimonial también da cuenta de dos casas “donadas” en Querétaro, una suya y otra de su esposa, tres locales comerciales, y un ingreso neto anual de 1.1 millones de pesos.

Alejandra Barrales, líder nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), no se queda atrás. A ella le gustó Miami para comprarse (en 2016) un departamento de lujo en la zona de Sunny Isles Beach.

Univisión informó que la perredista pagó por el inmueble 693 mil dólares en efectivo (algo así como 13.2 millones de esos pesos) y contrató un crédito por 297 mil dólares (5.6 millones de pesos), con una tasa de interés anual del 5.37 por ciento y una vigencia hasta marzo de 2021.


En su declaración anual, la perredista reporta un ingreso anual de 1.4 millones de pesos al año por cargos públicos, más 1.3 millones por contratos bancarios, plusvalías y otros ingresos por préstamos. Suficiente para ser la propietaria de otros 4 inmuebles en la Ciudad de México.

RELOJES, OBRAS DE ARTE Y PASEOS EN HELICÓPTERO

A quienes han ocupado las direcciones de Petróleos Mexicanos (Pemex) y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) tampoco les ha ido mal.

Enrique Ochoa Reza, ex director de la CFE y ahora presidente del PRI nacional, ha acumulado un patrimonio de más de 38.8 millones de pesos. Este monto incluye propiedades por 19.9 millones, una flota de automóviles que utiliza para servicio de taxi con un valor aproximado de 4.6 millones, obras de arte por 4.1 millones, “activos intangibles” por 9 millones, así como cuentas bancarias y fondos de inversión.

Emilio Lozoya, quien fue director de Pemex y hoy se defiende de las acusaciones de soborno que lo involucran en el caso Odebrecht, no esconde su afición por los relojes de lujo y el arte de colección.


En su última declaración como funcionario, Lozoya reportó un reloj de la marca Franck Muller, y cuatro relojes marca Patek Philippe, todos adquiridos al contado entre 2005 y 2011, por un monto de 200 mil dólares . También tiene obras de arte. Entre ellas un cuadro “heredado” de Pablo Picasso valuado en 500 mil dólares, y un Salvador Dalí de 50 mil dólares que compró al contado.

A Lozoya además le gustaba viajar en helicóptero, aunque no siempre por motivos de trabajo. Un reporte de la Auditoria Superior de la Federación (ASF) detectó que hizo 900 viajes con cargo al presupuesto de Pemex por 64 millones de pesos (3.3 millones de dólares). El problema es que más de la mitad no tuvieron como destino instalaciones de la petrolera.

A otro que le gustan los relojes es a César Camacho Quiroz, líder del gobernante PRI en la Cámara de Diputados, quien posee por lo menos ocho con valor superior a los 700 mil pesos, de acuerdo con información del periódico Reforma.

LÍDER SINDICAL Y MAGNATE

Pero tal vez uno de los casos más llamativos, si no escandalosos, de enriquecimiento en la política es el líder del sindicato de los trabajadores de Pemex y Senador del PRI, Carlos Romero Deschamps.

Este hombre, que desde 1996 es dirigente de los trabajadores petroleros, arrastra tras de sí un historial de 37 averiguaciones previas, 3 órdenes de aprehensión y 1 orden de presentación que han resultado en nada, de acuerdo con información documentada por distintos medios como La Jornada.


De su riqueza no solo han dado cuenta los medios mexicanos. También sus hijos se han encargado de exhibir en redes sociales sus privilegios: viajes, fiestas, mascotas exóticas, artículos y autos de lujo.

En su patrimonio familiar tal vez son menos escandalosos sus dos departamentos en Cancún de 8 millones de dólares, que los 3 yates que posee con valor de 3 millones cada uno, el Lamborghini Aventador que cuesta más de medio millón o la Ferrari Enzo de su hijo que puede costar entre 3 y 7 millones porque es el único auto que gana valor con el tiempo.

Además, para poder comprar ese vehículo antes debió comprobar la propiedad de otros 2 autos de la misma marca. También lo descubrieron en Mónaco conduciendo un Ferrari 458 Spider dorado, que tiene un costo aproximado de 280 mil dólares.

A su hija Paulina también le gusta el lujo. En su boda, que celebró en mayo pasado, exhibió siete brazaletes Cartier con un valor de casi 2 millones de pesos, de acuerdo con el diario Reforma, y sin rubores ha difundido fotos de viajes y mascotas en aviones y sobre camas de lujo.


Y esto es sólo un repaso del lujo de los políticos mexicanos que se extiende a esposas, hijos y familias políticas.

FUENTE: SIN EMBARGO/INFOBAE.
AUTOR: ELIA BALTAZAR.
LINK: http://www.sinembargo.mx/12-11-2017/3349807