viernes, 23 de junio de 2017

El racismo como política migratoria del gobierno estadounidense

Yo veo que allá en EU, los migrantes no valemos nada, nos maltratan, nos discriminan, nos explotan, ahí no hay futuro para nosotros los mexicanos.

Juan Sánchez, migrante mexicano

Mucho del discurso de la política migratoria es maniqueo y perverso.

Se basa en estereotipos discriminatorios y tendenciosos,

donde el migrante es visto como un transgresor de la ley,

mientras deliberadamente se omite que es un trabajador explotado,

carente de prestaciones, seguridad social y sin derechos,

y que, sobre todo, incrementa la riqueza de los empleadores y las empresas…


El racismo como eje de la política migratoria del gobierno estadounidense

Junto a las deportaciones y el incremento de la criminalización del migrante, uno de los ejes más visibles y polémicos de la política migratoria del actual gobierno estadounidense ha sido la iniciativa de la construcción del muro. Entre las razones de la administración gringa para la construcción del muro se encuentran detener la migración mexicana, controlar las actividades del narco-crimen organizado y contener las amenazas a la seguridad nacional. No obstante, estas iniciativas, lejos de basarse en una lectura histórico-estructural y sociopolítica de estos procesos fronterizos, se fundamentan en prejuicios xenófobos. Los muros, que ya existen en ciertos cruces fronterizos –por ejemplo Tijuana/San Isidro y Ciudad Juárez/El Paso-, no han servido para frenar la migración, que durante el cambio de siglo se incrementó debido a las reformas neoliberales y a la demanda de mano de obra de Estados Unidos (EU); sólo sirvieron para incrementar exponencialmente el número de muertes de migrantes. Tampoco redujeron el trasiego de drogas y la actividad de los grupos del crimen organizado, quienes se valieron del uso de túneles, de camiones con compartimentos secretos y otras estrategias para burlar a las autoridades. Finalmente, no es por la frontera sur por donde las principales amenazas a la seguridad nacional –los grupos terroristas- han ingresado a EU en las últimas décadas.

Por otra parte, las deportaciones basadas en una discriminatoria y excesiva “criminalización” del migrante, se han vuelto un dispositivo violento que lo mismo tipifican como criminal a quienes que se pasaron un alto o cometieron una falta administrativa, que a quien cometió un delito grave –como secuestro, portación ilegal de armas o asesinato-; de hecho, de los migrantes deportados, se calcula que sólo poco

más 5.3% cometieron delitos graves. La gran mayoría son sólo migrantes trabajadores estigmatizados como criminales. Esta política migratoria se funda en supuestos falsos, que se oponen a los datos y a diversos estudios. Su eje es la construcción ficticia del estereotipo de los mexicanos como “hombres malos transgresores de la ley”, desde una postura xenófoba y racista. El panorama que se vislumbra es una masiva y estructural violación de los derechos humanos de los migrantes mexicanos.

Lejos de estas distorsiones, los migrantes son trabajadores explotados y marginados, con los salarios más bajos de EU. La forma de combatir estos prejuicios es hacer visibles tres procesos: las aportaciones económicas de los migrantes a la sociedad de EU, la disminución de la migración no documentada desde las crisis del 2008 a la fecha y como las políticas de cerrar y militarizar las fronteras no sirven para detener la migración y sólo aumentan significativamente la muerte de mexicanos. Este texto, sólo se centra en el primero de estos procesos, que tiene que ver con la derrama de dinero y generación de riqueza que deja la migración en el país de destino.

Derrumbando estereotipos discriminatorios, contribuciones de los migrantes

La migración tiene causas estructurales, tanto en México con los contextos adversos que obligan a la gente a salir en búsqueda de mejores empleos, como en EU, que tiene una demanda internacional de trabajadores y atrae a los migrantes. Una idea muy difundida es que las mayores contribuciones de la migración vienen a México vía las remesas. Sin embargo, como ha mostrado el grupo de Economía Política de la Universidad de Zacatecas, los grandes beneficios económicos y las ganancias se quedan mayoritariamente en EU. Según este grupo de investigación, los migrantes mexicanos, que de 8.8 millones en 2000 crecieron a 11.7 millones para 2007, aportan su juventud y “rejuvenecen” a la sociedad de EU; por ejemplo, entre 2000 y 2008, alrededor del 70% de los migrantes mexicanos tenían entre 15 y 24 años.

Además, estos migrantes aportaron significativamente al crecimiento de la fuerza de trabajo en EU, los mexicanos eran y son los trabajadores más baratos y precarizados; entre 1994 y 2008 los mexicanos tuvieron 3.8 millones de ocupaciones, lo que representó 16% empleo generado y 1 de cada 6 de los trabajos generados. Así mismo, los mexicanos contribuyeron con poco más del 10% del crecimiento del Producto Interno Bruto de EU entre 2000 y 2007. Lo anterior sin contar que, por ser trabajadores explotados y precarizados, los migrantes abaratan los costos de producción debido a los bajos salarios, a la carencia de prestaciones y la flexibilización laboral [6].

A esto habría que sumar que EU no gastó dinero en preparar y formar a los trabajadores migrantes. Finalmente el consumo de más de 10 millones de mexicanos en EU genera una gran derrama económica para las industrias, empresas y la economía de aquel país.

Además, los migrantes viven en condiciones de marginación y exclusión social, especialmente los “no documentados”. Por un lado y especialmente aquellos mexicanos que carecen de documentos, tienen difícil acceso a servicios sociales debido a su situación migratoria. Asimismo viven en condiciones de precariedad material para poder enviar dinero a México y tienen los mayores niveles de pobreza y el menor ingreso en EU. A lo previo, habría que añadir que son los trabajadores más propensos a que se violen sus derechos, y el grupo que menor movilidad socioeconómica tiene en aquel país.

La migración mexicana, lecturas prejuiciadas y proceso a la baja

Como lo han documentado diversos estudios, desde la debacle de la economía de EU en el 2008 ha habido un descenso de la migración no documentada. La razón de esto reside en que con la crisis económica los empleos que tenían decenas de miles de migrantes desaparecieron y dada la lenta recuperación económica de los últimos años no ha crecido la generación de puestos laborales –en la construcción, la manufactura y otros nichos laborales- donde puedan insertarse los migrantes.

En cambio desde las últimas administraciones estadounidenses ha habido una clara alza en el número de las deportaciones. Se calcula que sólo en la administración de Obama se deportaron cerca de 2.5 millones de mexicanos. Los migrantes que carecen de papeles migratorios tratan de permanecer más tiempo en EU y han experimentado cada vez con mayor frecuencia violaciones más agudas y visibles de sus derechos humanos y laborales, así como padecido procesos de separación familiar más prolongados e intensos. Las deportaciones implican de facto claras rupturas familiares y socio comunitarias, algunos estudios estimaban que a septiembre 2015 cerca del 4 % de los migrantes deportados tenía un hijo en EU con la ciudadanía de aquel país.

Génesis de la actual política migratoria, ¿de dónde viene la idea del muro?

Los antecedentes de la “propuesta del muro en todo la frontera” tienen su punto de origen en las medidas de control de ciertos puntos de la frontera en la década de 1990, con la idea de “cerrar las válvulas y puntos de cruce”. Estos fueron los casos de las operaciones Blockade (Paso 1993) y Gatekeeper (San Diego 1994), con la

construcción de vallas, el incremento de efectivos de la patrulla fronteriza y el aumento significativo del gasto en seguridad fronteriza. No obstante, los efectos de esta política migratoria fueron magros y erráticos, pues de hecho entre 1994 -2007 hubo un claro aumento de la migración, debido, tanto a las crisis y cierre de empleos en México, como a la demanda de mano de obre en EU. Lo único que consiguieron estas políticas fue la invisibilización social de los migrantes, el surgimiento de rutas muchos más peligrosas –como el desierto de Altar-, la disminución de la probabilidad de arresto del migrante – es decir más dinero y menos detenciones-, la reducción de los salarios de los trabajadores migrantes en EU y, sobretodo y lo más dramático, el incremento exponencial de migrantes muertos en la frontera; sólo debido a la operación Gatekeeper entre Tijuana-San Diego se registró entre 1994 y 2009 un aproximado de 5,600 migrantes que perdieron la vida. Desde la década de 1990, hubo un fuerte desfase entre la política de integración económica relacionada al TLCAN -que permitía el libre flujo de ciertas mercancías- y la política migratoria -que restringía el paso de personas-.

El adverso porvenir….

Hay tres grandes situaciones que se vislumbran actualmente derivas del panorama actual. (1) El mantenimiento de una política xenofóbica y racista hacia la migración internacional y hacia los mexicanos. (2) Esto supone una masiva y estructural violación de los derechos humanos de los migrantes, tanto por ser mexicanos injustamente criminalizados, como por ser trabajadores explotados y vulnerables. (3) Lo cual se lleva a cabo mediante el perfeccionamiento e intensificación de la “maquinaria de deportación” –creada por Bush y Obama-, y que actualmente tiene como acciones eje: la construcción del muro –ahora en espera de recursos-, las deportaciones masivas e injustificadas y la criminalización y exclusión social de connacionales [8].





Fuente: Desinformémonos
Autor: Guillermo Castillo Ramírez
https://desinformemonos.org/racismo-politica-migratoria-del-gobierno-estadounidense/