jueves, 12 de enero de 2017

Renuncias a una constituyente ilegítima

Tres bajas en la Constituyente de Ciudad de México. La última fue la del actor Damián Alcázar: de más de 50 reuniones, sólo asistió a 4, según La Jornada. De verdad, ¿para qué se comprometió con los cientos de miles de ciudadanos a los que les pidió el voto? Está muy bien que se vaya de donde no debió haber estado y que se incorpore su suplente. No fue capaz de comprender la responsabilidad que pidió.

Antes que él, se fueron Mardonio Carballo y Fabrizio Mejía. Ambos, por causas que explicaron con amplitud y que tienen origen en que todo este proceso ha sido un engaño desde que Miguel Ángel Mancera acordó con el PRI y el PAN una reforma del estatus capitalino que no refleja la aspiración histórica de equidad con los estados –es atole con el dedo-, pero la vendió como si fuera su culminación.

Después, la Constituyente se integró bajo diseño electoral que injustificablemente aplastó la voluntad ciudadana reduciéndola al 60% de las curules y dándoles tajadas excesivas a grupos minoritarios como el PRI.

Esta gráfica, publicada por Gabriela Alarcón en la revista Este País de julio, lo pone en claro:

Gracias a que el 40% de las diputaciones fueron designadas por el presidente, el jefe de gobierno y el Congreso de la Unión, el bloque PRI-PVEM-PES-PANAL le correspondían 17 de los 100 escaños, pero quedó con 30. Sólo el PRI subió de 8 a 21 legisladores: ¡es una sobrerrepresentación del 163%!

El PAN ganó un exceso de 40%, al pasar de 10 a 14 curules.


En cambio, la fuerza política más votada por los electores chilangos, Morena, vio decrecer su tajada de 33 a 22 diputados: tiene una subrepresentación de 33%.

Juntos, los partidos que se autodenominan de “izquierda” (Morena, PRD y MC) debieron haber reunido 64 diputados, en representación de las casi dos terceras partes de electores que votaron por ellos y que confirman que ésta es una ciudad progresista. Aunque la subrepresentación de Morena los comprime, siguen teniendo 53 legisladores, es decir, la mitad más 3: siguen siendo suficientes para controlar la agenda.

Pero esto no es lo que ha ocurrido: el PRD se ha aliado con el PAN y el bloque priísta para tomar las principales decisiones en contra del partido que obtuvo mayoría relativa en los comicios, resultando en su aislamiento efectivo.

En el trabajo propiamente legislativo, el conjunto de los constituyentes ha reconocido la vocación de la ciudad incluyendo principios culturales y sociales que le son preciados.

Pero los ha negado en los ámbitos económicos y donde se puede hacer negocios. En su carta de renuncia, Fabrizio señala que la mayoría artificial se ha opuesto a que la Ciudad “decida sobre sus escuelas, como el resto de los estados. A la renta básica, todos los que ven en los 500 pesos para los que no tienen trabajo, una ruptura de la posibilidad de seguir comprando votos. Al derecho humano al agua, los privatizadores que ya vieron en la distribución uno más de sus negocios. Más de un millón y medio de no asalariados se quedaron sin pensiones porque “ese derecho es una ocurrencia”. La lista de ideas vetadas sin mayor argumentación que el burocrático “es de competencia federal” o “¿cuánto cuesta?”, se ha ido acumulando en artículos que regresan a las comisiones cuando éstas ya los habían dictaminado en sesiones de las que se salía a las seis de la mañana para regresar a las once”.

Lo que están aprobando es una “Constitución neoliberal”, denuncia Fabrizio. En contra de lo que votaron dos terceras partes de los electores.

Mardonio se queja de los “manoteos de cúpulas” e incluso de racismo, de negativa a atender las demandas de los pueblos originarios. Sus motivos y los de Fabrizio son claros. Probablemente, no es la mejor estrategia actuar en solitario. Su gesto subraya, sin embargo, el problema de origen y fundamental de todo este proceso: la falta de legitimidad.

La Asamblea Constituyente no representa la voluntad del conjunto de habitantes de la ciudad a los que pretende constituir como entidad federativa.

Esto estaba claro desde el principio. Pero, nos comparte otro diputado, el actor Héctor Bonilla, había que dar la batalla “y la estamos dando hasta el límite, hasta donde se pueda”.


¿Y después? ¿Qué se hace ante este camino hacia hechos ilegítimos pero legales y consumados? ¿Deben los diputados auténticamente de izquierda, de cualquier partido, permanecer hasta el final y estampar su rúbrica para pasar a la historia como padres y madres de esta Constitución neoliberal? O negarse a “servir de aval” porque, como planteó Fabrizio, “no renuncio al Constituyente porque no me importe, sino porque esta ciudad me importa demasiado“.

FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: TÉMORIS GRECKO.
LINK: http://aristeguinoticias.com/1201/mexico/renuncias-a-una-constituyente-ilegitima/