lunes, 9 de enero de 2017

Nosotros ya no somos los mismos

Sinopsis necesaria: una amplia gama de ONG, sociedades académicas, defensoras de los derechos humanos, de la igualdad de género, comunicadores, artistas, intelectuales, partidos políticos y aun asociaciones religiosas, denuncian permanentemente el creciente aumento del maltrato, la discriminación y la violencia ejercida en contra de las mujeres.

Por otra parte, prominen- tes personeros de la Iglesia hegemónica en el país, opinan que los datos que proporcionan los sectores anotados no son realmente significativos ni bastan para que las autoridades otorguen, a ese explicable desajuste en la convivencia intersexual, un tratamiento específico y especial. Como ejemplo, mencioné a ustedes la opinión de don Pedro Pablo, obispo de Quintana Roo quien, desde su innegable sapiencia de príncipe de la Iglesia, nos preguntó: ¿Por qué las mujeres tienen que ser diferentes? ¿Por qué su muerte no es un homicidio como todos? A estas cristianas e inteligentes declaraciones se sumó la airada queja del Centro Católico Multimedial, el cual dio a conocer que en los 26 años anteriores han habido 61 atentados contra miembros de la Iglesia católica, lo que convierte a México en el país más peligroso para ejercer el sacerdocio.

Como yo no sé nada de física cuántica, pedí consejo a la maestra Blanca Ponce y me dijo: 61 atentados contra miembros de la Iglesia, durante 26 años, representan 2.34 al año pero, si a los 61 restamos los dos casos de desaparecidos (a saber con quién y por qué desaparecieron) y los dos secuestros frustrados, estamos hablando de 57 casos, o sea, un promedio de 2.19 atentados por año. Sin pretender elaborar el ranking de los crímenes cometidos anualmente en nuestro país y otorgar diplomas a los sectores más favorecidos por la delincuencia, debemos reconocer que el registro que presenta Tragedia y crisol del sacerdocio en México, pinta muy poco frente a los datos que a continuación, presento a su consideración.

Comienzo con una información cuya responsabilidad compete al Instituto Nacional de Estadística y Geografía y que me llegó gracias al trabajo profesional del equipo formado por Israel Rodríguez, Emir Olivares, Carolina Gómez, Blanca Juárez y Silvia Chávez. Procuraré mencionar lo más escuetamente posible los datos duros: En los tres años pasados, los feminicidios en nuestro país se duplicaron, pues ascendieron de 3.5 a siete asesinatos diarios. Esto significa que el número de mujeres victimadas cada día ha llegado a constituir la mitad de las que fallecen a causa de cáncer cervicouterino (14) o de mama (15). Se sabe también que 63 de cada cien mujeres mayores de 15 años han padecido alguna forma de violencia por sus parejas, razón que explica por qué, en 25 años, los suicidios femeninos aumentaron en 4.6 veces.

Hace apenas unos meses, 10 por ciento de las jóvenes fallecidas que estaban en un rango de edad de entre 15 y 29 años, perecieron asesinadas, lo que convirtió al homicidio en la primera causa de muerte dentro de este grupo de población. Merced a una cuota puntual de los municipios de Ecatepec, Nezahualcóyotl y Chimalhuacán, el estado de México ha logrado ocupar, con un respetable 17 por ciento, el primer lugar nacional de los crímenes cometidos contra las abuelitas, madrecitas, hermanitas, hijitas y conyugecitas... de los demás.

Repaso mis notas y rectifico mi afirmación porque leí lo que Lorena Cruz, titular del Instituto Nacional de las Mujeres, le comentó a Fabiola Martínez y a Blanca Juárez: A las mujeres las están asesinando en sus hogares: La mayoría de los agresores son parejas de las víctimas.

Según los datos que presentó el Inmujeres, la violencia de género representa una auténtica emergencia nacional. En seis entidades, incluido por supuesto el estado de México, se ha declarado la alerta de género y otras 16 han reclamado la instauración de este protocolo; es decir, 22 de los 32 estados consideran que la alerta de género es una absoluta necesidad, sin embargo, una inquietud muy justificada se presenta de inmediato: además del reconocimiento oficial de la existencia de este gravísimo problema (aceptación que evidentemente ya es un avance), en la vida cotidiana de nuestras mujeres, ¿cuáles son las ventajas concretas de la creación del protocolo virtual llamado alerta de género?

De lo que no tengo duda es que en los respectivos velorios de las víctimas citadas, siempre estuvo alguno de los diversos Eruvieles que ocupan la gubernatura estatal y suelen hacer acto de presencia en los más diversos y distantes sitios a la misma hora. Me atrevo a decir lo anterior porque veo a diario en la prensa que el gobernador Ávila Villegas preside inauguraciones, reparte bolos en múltiples bautizos, atestigua desde bodas hasta firma de convenios internacionales, asiste a ceremonias religiosas de las más opuestas creencias, etcétera, etcétera.

Debo decir que de los años 1815 a 1888, en los que Giovanni Melchiorre Bosco, más conocido en los medios del escapismo, la magia y las apariciones múltiples, como San Juan Bosco, nunca se había conocido un ejercicio del don de la ubicuidad como éste, del que hace gala cotidianamente don Eruviel. Ejemplos recientes: el gobernador realizó una gira de trabajo ¿A dónde?, a Panamá. Tal parece que quiere intercambiar la tecnología de construcción de canales interoceánicos, con la de implementación de C5 del estado que gobierna (centros de Control, Comando, Comunicación, Cómputo y Calidad). Se dio su tiempecito y se incorporó al festejo nacional Todos te queremos, Rubí.

Con gran sonrisa (la indicada para estos casos), anunció su regalo a la quinceañera del sexenio: una semana de vacaciones familiares en la entidad bajo su mando. Durante ese tiempo se limitarán audiencias y acuerdos porque el gobernante, en funciones de secretario de turismo, mostrará, personalmente, las bellezas de su estado a la tan fotografiada, filmada y grabada familia de Rubí. Al mismo tiempo, el gober Eruviel realizó un remake de una película muy reconocida en el Festival de Cannes de 1970, llamada También los enanos empiezan desde pequeños. (Guión y dirección de Werner Herzog). Tengo frente a mí una foto de don Eruviel rodeado de personas de baja estatura. El pie de grabado informa que el gobernante está firmando una iniciativa para reformar la ley de discapacidad estatal, a fin de que la gente de talla baja tenga acceso a programas y beneficios sociales.

Terminé de leer la nota y de ver otra vez la fotografía y, no pude dejar de interpretar al gobernante quien, en su yo más profundo se decía: los votos se cuentan (muy frecuentemente se pesan) pero no se miden. En la foto conté siete personas de estatura menor y a un Eruviel con la misma sonrisa que exhibiría frente a una multitud aplaudiendo a los Diablos Rojos y lo entendí: ¿Cuántas personas de talla baja hay en el estado de México? No creo que ni el Inegi se atreva a inventar (as usual) esta información, pero a don Eruviel este detallito no le causó indecisión: las elecciones se ganan si se tiene un voto más que los oponentes.

En homenaje a Werner Herzog, don Eruviel reflexionó si Los enanos también empiezan desde pequeños cuando llegan a los 18 años, también votan. Después de esta claridad, lo confieso, me propuse conocer a don Eruviel. Se trata del hombre más hiperquinético que existe dentro de la clase política en ejercicio. No califico si lo que hace está bien o mal. ¡Ah! Pero “epper se muove” como diría aquél. Por eso me he propuesto ir una vez a la semana a Toluca, seguro que a la vuelta de la esquina me toparé al menos con un Eruviel. Si así sucede, les contaré, sin recato, lo que acontezca.

Notas pendientes sobre el mismo tema: vandalismo contra el Instituto de las Mujeres de Ciudad de México. Estudio de la Organizacion de la Naciones Unidas sostiene que la violencia de género ocasiona pérdida de siete años de desarrollo a las mujeres mexicanas. La igualdad de género es fundamental para el desarrollo, sostiene Ana Buquet, quien dirige el Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Me reclaman víctimas fieles de la columneta, mi insistencia en el asunto de la violencia y se vicia contra las mujeres. Me disculpo y trataré de equilibrarme pero, confieso: esta es una columneta de género.





Fuente: La Jornada
Autor: Ortiz Tejeda @ortiztejeda (Twitter) ortiz_tejeda@hotmail.com
http://www.jornada.unam.mx/2017/01/09/opinion/010o1pol