El Dragonario: 08/28/16

domingo, 28 de agosto de 2016

El perdón y el olvido

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Cuentan que Arquitas de Tarento fue gravemente ofendido por un criado de la ciudad que gobernaba, hace unos dos mil trescientos años. Tratando de aplicarle una sanción, llegó a una conclusión asombrosa:

–Te impondría un grave castigo si no estuviera tan enojado.

Arquitas era un matemático que soñaba con la duplicación del cubo –problema irresoluble que el oráculo en Delfos les había impuesto para liberar a las ciudades de la peste–, en una máquina de vapor para volar y con estrategias militares. Como gobernante, y pensando en lo justo, dividió la cólera en dos: la legítima indignación y los deseos de venganza. La indignación, como derecho a la ira, es indispensable para cambiar una situación injusta u ofensiva. La venganza es su satisfacción. Pero el gobernante –nos dice Platón contando la historia de Arquitas– no puede hacer prevalecer su interés personal sobre el de la ciudad. Por eso se calma y piensa en las opciones que tiene –suponemos: la ejecución, el destierro, los azotes hasta la disculpa pública. No omite la sanción, sino que la retrasa para no disfrazar la simple venganza como si se tratara de justicia. Por supuesto, esta historia del matemático sirve para explicar que la obligación del gobernante es traicionar su motivación privada en bien de los objetivos de la ciudad y sus habitantes.

Cuando se habla de perdón y olvido, solemos volver a la distinción del alcalde griego. Si se calma hasta el punto de no ejercer una sanción, habrá cometido él mismo una falta por omisión. El perdón es bajar la intensidad de la ofensa recibida y omitir la pena. Por su lado, el olvido es dejar que ofensa y pena se pierdan en las brumas de la desmemoria. Cuando se invocan –como en el caso de las leyes de “obediencia debida” y “punto final” en la Argentina de Menem– se dice que están en el interés de la paz y la estabilidad. Pero no es así.

Hace un año y medio, el cronista Javier Cercas vino a la ciudad a presentar su libro El impostor. Se trata de la historia de un mecánico franquista que, durante la transición española, se hizo pasar por republicano, víctima de los nazis, y acabó hablando a nombre de los refugiados en la ONU. En la sobremesa con Cercas lo interrogué sobre qué pregunta –todo libro es una– había detrás de su crónica. Me respondió sin parpadear:

–La transición en mi país está construida sobre una mentira –se calzó los lentes–. La amnesia no es reconciliación.

Se refería, por supuesto, a una España en la que casi cualquier familia tenía a un franquista y a un republicano comiendo los domingos. A diferencia de Argentina, Chile, Guatemala y Perú, España –similar a México– quiso emprender un “punto final”, un “borrón y cuenta nueva” con la injusticia esencial: una parte de sus ciudadanos pagaron con la cárcel, el exilio, la desaparición y la muerte por sus ideas y acciones; pero la otra –los poderosos– murieron en sus camas. Lo cito, con su permiso, en extenso:

“El silencio llegó en los años ochenta, cuando a la derecha que provenía del franquismo y estaba en la oposición seguía sin interesarle hablar del pasado, porque haciéndolo, tenía mucho que perder. La izquierda socialista en el poder no lo hizo porque no tenía nada que ganar. En cuanto a los demás, estábamos demasiado pendientes en disfrutar de nuestra limpia modernidad, flamante, de europeos ricos y civilizados, como para ocuparnos de nuestra sucia historia inmediata de españoles harapientos y fratricidas. Sólo que ya sabemos que el pasado, aunque lo parezca, no pasa nunca. No puede pasar porque ni siquiera es ya pasado.”

El pasado es una narrativa, no el tiempo igual que se nos olvida que ha sucedido sólo en el segundero del reloj. Con su “alternancia” con Fox, México no pudo organizar un juicio al pasado del Partido y sus guerras sucias contra los opositores –guerrilleros, estudiantes, maestros, médicos, ferrocarrileros, sindicalistas– que pagaron y siguen pagando la amnesia pactada. Seis años después, una reedición de esa misma impunidad comenzó de nuevo con Calderón –incluyendo la muerte de niños– y, ahora, con las masacres de Ayotzinapa, Nochixtlán, y las demás. En México, los poderosos nunca pagan. Lo mismo va para los corruptos, es decir, los que obtienen ganancias a expensas de lo público. Hay víctimas del enriquecimiento de las camarillas de los cazadores gubernamentales de rentas rápidas: ¿cuántos hospitales, escuelas, universidades, tuberías, cableados se dejan de recibir para que alguien obtenga una casa millonaria en la que se usó lo público para un beneficio privado? ¿No somos víctimas de la corrupción todos los que no usamos las posiciones de gobierno a favor de nuestra cuenta bancaria? ¿Castigarlos para que les sea adverso a los que planean usar sus decisiones de autoridad en beneficio propio no es minar la posibilidad de la impunidad?

Supongo que equiparar la represión y matanzas sin castigo de 1968 a la fecha con los actos de corrupción de los que se acompañó podría resultar poco balanceado. Pero los robos en el sindicato petrolero y los rescates bancarios, por ejemplo, han privado a millones de poder contar con un mínimo que les permita incluso pensar en la forma de su propia felicidad. Que existan familias que pueden comer sólo tres veces a la semana al lado de un avión comprado con dinero público para disfrute privado, ¿no es un crimen que debe llamar a la indignación, pero sobre todo, al castigo?

Lo que queda claro es que, sin una narrativa sobre nuestro pasado vil y cruel, no puede construirse una nueva república. España lo intentó evadiéndose en Europa de sus guerras, venganzas y, también, de su propia amnesia: lo que pasó, ha pasado. Pero las naciones necesitan un sentido de justicia, de entenderse a partir de mirar su rostro más ruin. Para no repetirlo, para poder desviar la mirada pero con la imagen fija en la memoria de su propia monstruosidad. Perdonar no es eximir. Perdonar es decidir omitir la pena, pero al culpable no se le libera de la carga de su responsabilidad y, claro, del peso de la culpa. Perdonar es un ejercicio personal, no puede ser colectivo. Lo es, en cambio, la justicia porque parte de un acuerdo social básico. Como cuando nos contamos nuestra historia común.

Uno de los infiernos de Dante está dedicado a los políticos corruptos y a los jueces que venden sus fallos, pero también hay uno para los coléricos. A los iracundos, Dante los pone de vecinos de los indolentes. Castigar en exceso y no hacer nada son la misma cosa: la nebulosa del enojo y la tristeza de la resignación son parientes cercanos. Por eso la pausa del matemático de Tarento: como su decisión tiene que ser en el mejor interés de la ciudad, no puede tomarse en medio de una reacción personal. Platón no nos cuenta qué ocurrió con el criado, sólo nos da el ritmo de la decisión del gobernante. Pero no olvida señalarnos que se trata de un criado. Y es que, en efecto, la justicia es más noble cuando castiga a los poderosos y perdona a los indefensos.





Fuente: Proceso
Autor: Fabrizio Mejía Madrid
http://www.proceso.com.mx/452372/el-perdon-y-el-olvido

Turbulencia en EU; efectos en México

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Después de las Convenciones de los partidos Demócrata y Republicano en Estados Unidos la batalla electoral en aquel país entra a nuevas coordenadas. Normalmente, se trata de un periodo muy volátil en que puede haber sorpresas todos los días. 

Sin embargo, en esta ocasión hay una tendencia que parece definitiva: la caída en las encuestas de Donald Trump. En parte por sus expresiones verbales desagradables e incontenibles, agresiones sin sustento, incongruencias y mentiras; en parte por los escándalos asociados a los arreglos económicos de sus personeros más cercanos con sectores pro-rusos en Ucrania, así como declaraciones desafortunadas sobre asuntos muy sensibles, como el uso de armas nucleares. El peligro que todo ello representa para la seguridad de los Estados Unidos ha alejado del candidato a personalidades distinguidas del Partido Republicano, como McCain. Los medios de comunicación escrita más reconocidos, como el Washington Post o el New York Times, están en su contra.

En contrapartida, en el terreno demócrata Hillary Clinton avanza con firmeza; las encuestas la colocan más de 8 puntos por delante de su adversario. Aunque hay dudas sobre la simpatía real que levanta (según la opinión de muchos es poca), la opción de Trump es suficiente para ampliar la votación a su favor. Cuenta con el apoyo de minorías importantes, como la afroamericana y los hispanos y, en contraste con lo que ocurre con las filas republicanas, su partido está unido en torno a ella.

Ahora bien, independientemente de los resultados del 8 de noviembre, el proceso electoral en los Estados Unidos está dejando lecciones sobre cambios en las circunstancias sociales, económicas y políticas en ese país que no se deben perder de vista. Dentro de esos cambios se encuentran algunos que afectan directamente a México.

El primero es el grado de perturbación que provoca dentro de diversos sectores de la sociedad estadunidense la presencia de inmigrantes mexicanos, los cuales están cambiando la demografía del país, dejando como minoría a los grupos dominantes tradicionales: blancos, anglosajones y protestantes. Trump ha encabezado los ataques en su contra mediante una retórica llena de agresividad, calumnias y amenazas. Reaccionar ante semejante hostilidad ha sido imprescindible para el gobierno mexicano; sin embargo, la confusión al hacerlo es grande, las medidas adoptadas muy polémicas y titubeantes, las contradicciones muy evidentes.

Empecemos por la necesidad de diferenciar a la población de origen mexicano que habita en los Estados Unidos. De una parte, hay casi 30 millones de mexicanos que se encuentran en situación legal, tienen permisos de trabajo y la posibilidad de adquirir la ciudadanía: son mexicano-americanos. La agresividad de Trump ha tenido el efecto de cohesionarlos sentando las bases para su organización y movilización política. En esas circunstancias, el gobierno mexicano ha promovido la idea de alentar su organización para que se conviertan en grupo de presión política capaz de adquirir la importancia que tienen otros grupos, como los judíos, conocidos por lo exitoso de su cabildeo en el Congreso.

Semejante propósito es una tarea de largo plazo que requiere muy buen conocimiento de las formas de operar del Congreso, de buenos abogados, de medios financieros y un fuerte sentimiento de identidad en torno a causas comunes. Los mexicano-americanos no tienen esas características. Han demostrado tener capacidad de organización y espíritu combativo para lograr objetivos locales; allí está Cesar Chávez para probarlo. Pero ni se trata de movimientos que organice el embajador mexicano, ni se busca cabildear en el Congreso. Favorecer su participación política es sin duda positivo. Pero el objetivo real no puede ir mucho más allá de adquirir la ciudadanía y ejercer el voto en contra de Trump.

Otro problema, de orden muy distinto, es el de los 6 millones de trabajadores indocumentados. Para ellos el riesgo y la vulnerabilidad son muy grandes. La propuesta de Trump de construir un muro es simplemente descabellada; además es poco probable que llegue a la presidencia. Lo inquietante son los cientos de miles de seguidores que mantendrán su hostilidad y el hecho de que la herencia demócrata en materia de migración no es positiva. Dos millones de deportaciones durante la administración de Obama es una cifra muy alta. Retomar el proyecto de reforma migratoria integral que intentó sin éxito sólo sería posible si los demócratas recuperan el control del Senado y la Cámara de Representantes. Lo primero es posible; lo segundo, muy improbable.

El segundo gran tema de preocupación que han colocado sobre la mesa las elecciones en Estados Unidos es la nueva manera de aproximarse a la libertad de comercio. El TLCAN ha sido, junto al TPP, motivo de grandes reclamos por el daño, según las percepciones que se han impuesto, que provoca en materia de desempleo y/o mantenimiento de salarios bajos. Son muchos los argumentos que pueden adelantarse en contra de semejantes visiones. Sin embargo, es un tema en que coincidían Bernie Sanders y Trump y al que Hillary se ha unido declarando su oposición al TPP. Sería un error creer que todo cambiará si llega a la presidencia.

Lo cierto es que en el mundo de las nuevas tecnologías el libre comercio ha perdido atractivo. Son otras las metas que se deben fijar para asegurar la vitalidad de la economía estadunidense en la era de la cuarta revolución industrial. El entusiasmo de los dirigentes mexicanos con el libre comercio y la globalización tendrá que moderarse y readaptarse.

Ante las dificultades que se avecinan, el descuido de la relación con Estados Unidos por parte de las élites políticas mexicanas tiene graves consecuencias. No existe en los círculos gubernamentales ni la masa crítica, ni la organización interna, ni la costumbre de pensar en la agenda para dialogar con quien ocupe la Casa Blanca. Lo que está ocurriendo presenta retos serios para los líderes mexicanos poco acostumbrados a visualizarse en un mundo en transición.

Queda para la sociedad civil, los académicos, los grupos de pensamiento el debatir sobre las líneas a seguir en la relación con nuestro socio más importante, así como asimilar los efectos que los cambios que están ocurriendo tienen sobre los proyectos internos de desarrollo. Lo siguiente sería cohesionar los resultados de ese debate para convertirlo en exigencia sólidamente fundada a las élites políticas. ¿Es posible?





Fuente: Proceso
Autora: Olga Pellicer
http://www.proceso.com.mx/452369/turbulencia-en-eu-efectos-en-mexico

Édgar Veytia, el oscuro fiscal de Nayarit

Édgar Veytia es un hombre poderoso. Casado con la hija de la alcaldesa de Compostela, Alicia Monroy Lizola, el fiscal de Nayarit es temido por los lugareños, quienes desde el 20 de diciembre de 2013 lo señalan por sus presuntos nexos con el Cártel de Jalisco Nueva Generación. Familiares de desaparecidos –entre ellos Julián Venegas, compadre de Joaquín Guzmán Loera– documentan los desmanes del funcionario. Y él se jacta de que el estado es muy seguro… Claro, dicen, la dependencia que encabeza no recibe denuncias y mucho menos investiga.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) consolida sus operaciones en los estados del Bajío. La organización liderada por Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, domina gran parte del Océano Pacífico y del Golfo de México, y al extender su poderío a Quintana Roo, también controla el tráfico de estupefacientes por el Mar Caribe.

La organización criminal desplazó a sus rivales del Cártel de Sinaloa en algunas plazas. De acuerdo con un reporte de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el CJNG opera en Quintana Roo, Veracruz, Guerrero, Estado de México, San Luis Potosí, Guanajuato, Michoacán, Colima, Jalisco y Nayarit.

En esa última entidad el fiscal estatal, Édgar Veytia, es señalado de brindar protección al cártel del Mencho. La acusación no es nueva. El 20 de diciembre de 2013 Proceso informó sobre las extorsiones, despojos, robos, levantones y secuestros de los que eran objeto los dueños y concesionarios de terrenos en Nayarit por parte de los sicarios de esa organización.

Según algunos de los afectados, Veytia los encabezaba.

La semana pasada, cuando se supo del levantón de Jesús Alfredo Guzmán Salazar, El Alfredillo, y de cinco personas más en el restaurante bar La Leche, en Vallarta, Jalisco, el fiscal de ese estado, Eduardo Almaguer Ramírez, destacó que el hijo de Joaquín El Chapo Guzmán estuvo en el municipio nayarita de Bahía de Banderas.

El pasado 1 de abril, presuntos policías estatales levantaron a Julián Venegas Guzmán, un compadre del Chapo que, según la Procuraduría General de la República (PGR), protegió al capo sinaloense tras su fuga del penal de Puente Grande, Jalisco, el 19 de enero de 2001. Sin embargo, Venegas Guzmán fue exonerado al comprobarse que su principal acusador, el testigo protegido Julio, mintió.

El 1 de abril, poco después de las 14:00 horas, Venegas y su pareja, Olivia Ofelia Solís Ibarra, salieron de Compostela, Nayarit, a bordo de un jeep tipo Wrangler azul, modelo 2001, rumbo a Puerto Vallarta, Jalisco, por la carretera federal número 200. Se detuvieron a cargar gasolina en la estación ubicada en el kilómetro 38.6, a 300 metros de la Preparatoria 7.

Continuaron el viaje y después de pasar la comunidad de Las Varas, a la altura del kilómetro 78, se toparon con un retén donde había seis hombres armados vestidos de negro y dos con uniformes de la policía de Nayarit, quienes les ordenaron detenerse y bajar del vehículo. Los presuntos oficiales subieron a Venegas en una Chevrolet blanca tipo Suburban, mientras que a Solís le arrebataron su bolso de mano y las llaves del vehículo.

Semanas después de la desaparición de Julián, su hijo José Venegas Oviedo presentó una denuncia ante Héctor Miguel Sánchez Banderas, coronel de infantería de la 13 Zona Militar.

En ella expuso que cuando Olivia les preguntó por qué se llevaban a Julián, los agentes le respondieron que si volvía a decir una palabra se la llevarían también a ella.

“A mi padre se lo llevaron hacia el sur por la carretera federal 200, en la Suburban blanca, la cual era escoltada por un jeep tipo Cherokee rojo de modelo reciente. El Wrangler se quedó sobre la cinta asfáltica.”

Cinco minutos después de que los agentes se llevaron a Julián, llegó una patrulla con dos agentes de la Dirección de Tránsito y Transporte del Estado, adscritos a la delegación Las Varas, de Nayarit, para retirar el vehículo que había quedado sobre la carretera. Olivia les explicó lo sucedido y les pidió un celular para comunicarse con la familia. Quince minutos pudo comunicarse con Luis, el hijo mayor de Julián, y le informó lo sucedido.

Cuando Olivia acabó de hablar, los agentes retiraron el vehículo y se alejaron; no levantaron ningún reporte ni dieron parte al Ministerio Público.

Luis se dirigió al lugar donde fue levantado su padre. Durante el trayecto hizo cuatro llamadas al 066 para reportar los hechos: una, cuando pasaba por la gasolinera mencionada, la segunda en las inmediaciones del poblado de Mesillas, la tercera en la entrada de Las Varas y la última al llegar al retén.

La persona que atendió sus llamadas le dijo que el reporte ya estaba hecho y lo había turnado. Nunca se presentó ninguna autoridad para auxiliarlo, relata Luis.

“Diez minutos después, dos patrullas de la Policía Nayarit pasaron por la carretera y mi hermano Luis les hizo una señal para que llegaran, pensando que iban a atender su reporte al 066. Los agentes tampoco les brindaron auxilio ni levantaron reporte, dejándolos nuevamente sin apoyo”, expuso José Venegas en la denuncia.

La denuncia

Los familiares de Julián Venegas presentaron una queja ante la CNDH el pasado 25 de mayo. Relataron que el 1 de abril esperaron en vano la llamada de los secuestradores. Al día siguiente, José, sus hermanos Luis y Grecia, así como su mamá y Olivia acudieron a la fiscalía a presentar la denuncia.

“Fuimos citados por el fiscal Édgar ­Veytia y procedieron a levantarnos la declaración sin asignarnos número de folio alguno ni abrir una averiguación previa. Al observar dicha actitud, informamos al gobernador del estado, Roberto Sandoval Castañeda, y al secretario de Gobierno, José Trinidad Espinoza, pero no nos otorgaron ninguna ayuda”, expusieron ante la CNDH.

La Fiscalía General del Estado de Nayarit no sólo no ha investigado sobre el paradero de Julián, sino que pidió a sus hijos no acudir al Ejército para “no entorpecer las indagatorias”.

El 9 de junio, Grecia Venegas, quien es ahijada de bautismo del Chapo Guzmán, dio una conferencia de prensa en la que denunció al fiscal Veytia de estar detrás de la ­desaparición de su padre y lo responsabilizó de lo que pudiera sucederle a su familia.

Al día siguiente, el Diario Crítica de Nayarit publicó una nota firmada por Óscar Quintero R., titulada Ahijada del Chapo Guzmán busca crear cártel en Nayarit, en la que decía:

“Siguiendo el ejemplo de Dámaso López Serrano, mejor conocido como El Minilic, identificado como ahijado de Joaquín Guzmán Loera, que comanda un Cártel en Sinaloa, ahora en Nayarit, Grecia Venegas Oviedo, también ahijada del capo El Chapo Guzmán, busca crear el suyo propio.

“Precisamente en el corazón del que fuera territorio del más importante narcotraficante de todos los tiempos, la sierra de Vallejo, en los municipios de Compostela, San Pedro Lagunillas y Bahía de Banderas, es secreto a voces el reclutamiento de gente armada al servicio del Cártel de Sinaloa.

“Las cabezas visibles son Grecia y Luis, hijos de Julián Venegas Guzmán, compostelense que pasó cuatro años en el penal del Altiplano por ser sospechoso de ayudar al Chapo en su fuga de 2001, cuando el capo se encontraba preso en el penal de Puente Grande.”

Diario Crítica sólo publica información de ese tipo con aprobación del fiscal Veytia, dicen los hijos de Julián Venegas. Cuando lo notificaron a la PGR y al Ejército se sorprendieron: “¿Qué le pasa al fiscal? ¿Quiere crear confusión y que el grupo rival al Cártel de Sinaloa te mate?”, le dijeron a Grecia.

Los familiares de Julián acudieron a la fiscalía. Veytia se molestó y le dijo a uno de los hijos del desaparecido: “Tu padre es un delincuente. Vayan y busquen a sus socios (del Cártel de Sinaloa)”.

En una rueda de prensa le preguntaron a Veytia si era amigo de Julián Venegas. “A él sólo lo he visto alguna vez”, respondió el fiscal.

La exesposa de Julián relata: “Mis hijos le reclamaron: ‘Si dice que mi padre era un delincuente, por qué cuando vino con usted a la fiscalía no lo detuvo y por qué le compró tierras, de las que por cierto aún le debe 80 mil pesos’. Tengo miedo; al fiscal no le gusta esta clase de publicidad”.

La desaparición de Édgar Antonio

Patricia López narra a Proceso aspectos sobre la desaparición de su hijo: “Mi hijo se llama Édgar Antonio Díaz López. Cuando se fue de casa tenía 23 años, cumplió los 24 en octubre de 2015. En agosto se fue a trabajar con El Pistas, Luis Arvizu Rodríguez. Mi hijo ganaba mil pesos a la semana sólo por acompañarlo, cuando en su anterior trabajo –la obra– ganaba mil 500 pesos. Mi hijo tenía una semana de empezar con El Pistas. Me puse mal y regresó a verme. Le dije, bueno, te ganó la ambición, la pereza o qué. Si no tuvieras otra opción, lo comprendía, pero no es así.

“Un muchacho, el tal Tacua –quien junto con otros seis desapareció después que mi hijo–, venía en la camioneta por él. Yo le decía: si te subes a esa camioneta haz de cuenta que morí, que me enterraste. Se fue. Yo me quedé muy mal. A los días enfermé y regresó a verme. Hablé bien con él, lo abracé. Le dije: no quieres entender. Nos sentamos en la cochera. Le pregunté con quién andan y qué hacen.

“Me dijo que no hacían nada, que sólo si veían a alguien que se le descompone el coche le ayudaban. Le comentó a su papá que les cobraban plaza a todos los que vendían, incluso a los traileros: ‘Apá: bien gacho que siento que nos manden a cobrarles. Yo me quedo en la camioneta porque sólo soy acompañante del Pistas’. Platicó que el cártel cobraba a todos. Su papá le pidió que nunca fuera a hacer algo malo.”

Patricia López se comunicaba con su hijo por teléfono o por mensaje de texto: “La última vez que lo escuché fue el viernes 28 de agosto. El 29 le escribí diciéndole que quería verlo antes de que me fuera a Tijuana. Me escribió: ‘Ahorita ya voy para allá, amá, para arriba; o sea, para Compostela. Eran las 11 de la mañana. Esa fue la última comunicación con él”, cuenta Patricia.

Brenda, la esposa del Pistas, le habló el lunes (1 de septiembre): “Me preguntó: ‘Paty, ¿qué sabes de tu hijo? Me dio pendiente’. Le dije: ‘¿Por qué?, ¿qué sabes?’. Me dijo que al Pistas lo levantaron en la costa, en el trayecto de Las Varas a Vallarta, pero no me dijo el punto exacto. No puse denuncia porque uno ve lo que pasa aquí y me preguntaba: ¿pues con quién denuncio? Además, Brenda me pidió que no denunciara, porque si estaban con vida los poníamos en peligro”.

Casi a los seis meses Patricia no resistió: “Le hablé a Brenda y le dije no puedo más. Tengo que ayudar a que regrese mi hijo. Me pidió que no dijera en qué andaba su esposo. Acudí a Guadalajara, allí puse la denuncia. Me hicieron la prueba de ADN y me ofrecieron atención psicológica. Me hablaban para darme un reporte de la investigación. Al final, les dije: ‘No quiero confundirlos más. Tengo miedo y por eso no había dicho las cosas como son, pero necesito conocer la verdad. Sé que a mi hijo lo levantó la Nueva Generación. La esposa del Pistas me dijo que su esposo se había portado mal’”.

El Pistas era el encargado de los halcones en Compostela; tenía unos 20 pero a su jefe le reportaba 40 para cobrar de más. Además, fuera del cártel tenía un lote de autos robados. En una ocasión le regaló a su jefe un auto de lujo.

A partir de ahí lo empezó a investigar. Lo cambió de plaza a Las Varas y de allí lo movió a Vallarta. Brenda dice que entre Vallarta e Ixtlán del Río El Pistas movía mercancía. No sabe si también droga o armas.

Un muchacho de esa mafia, quien luego desapareció, le dijo a Patricia que a Édgar Antonio lo tenían en un cerro, cerca de Nuevo Vallarta, donde todos los martes se reúnen los jefes del CJNG.

Lo levantaron los de la policía nayarita, le dijo, quienes todos los días primeros del mes no trabajan porque es cuando hacen los levantones. Ellos emplean una Suburban, que es escoltada por patrullas de la policía de Nayarit.

Después de la desaparición de Édgar Antonio, fueron levantados otros siete jóvenes, de los cuales sólo regresaron dos: El Junior, un consumidor de droga, y otro que la consume y la vende; ninguno pertenece al cártel.

Patricia López quiere encontrar a su hijo, pero tiene miedo. Responsabiliza al fiscal de lo que pueda sucederle a su familia.





Fuente: Proceso
Autora: Patricia Dávila
http://www.proceso.com.mx/452363/edgar-veytia-oscuro-fiscal-nayarit

Piden declaratoria de emergencia para 4 municipios de Guanajuato

GUANAJUATO, Gto. (proceso.com).- El gobierno del estado remitió a la Secretaría de Gobernación (Segob) una solicitud para declarar en emergencia cuatro municipios del estado, en los que hay más de 2 mil damnificados en varias comunidades, a consecuencia de las lluvias y el desbordamiento de varios afluentes del Río Turbio.

En la petición hecha por el gobernador Miguel Márquez Márquez a la Coordinación Nacional de Protección Civil –dependiente de la Segob– se incluye a Abasolo, Cuerámaro, Pénjamo y Manuel Doblado.

El gobierno estatal enlistó daños en viviendas, escuelas, carreteras, caminos, fractura de drenes y márgenes de varios arroyos y también daños en los sistemas de alcantarillado y tubería para el agua potable en los cuatro municipios.

Por medio de esta solicitud, el gobierno estatal espera acceder a los recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden), ante la presencia de las lluvias severas, inundaciones pluviales y fluviales.

Se explicó que sólo en lo que va del mes de agosto (con corte al día 25) se registró una precipitación pluvial de 205 milímetros, en comparación con 98 milímetros del mismo lapso de 2015.

Esto ha ocasionado “que las principales presas en el estado se encuentren próximas a llegar a su nivel de almacenamiento máximo ordinario, y las presas y bordos de menos capacidad están totalmente llenas y vertiendo sus demasías hacia los principales afluentes del Río Turbio”, indica la petición.

La conducción del agua al Turbio ha llevado a que éste se desborde en varios puntos de los municipios afectados.

El gobernador designó al coordinador estatal de Protección Civil, Luis Antonio Güéreca Pérez como el enlace con la Secretaría de Gobernación y el Sistema Nacional de Protección Civil para proporcionar la información adicional que sea solicitada para emitir la declaratoria de emergencia.





Fuente: Proceso
Autora: Verónica Espinosa
http://www.proceso.com.mx/452598/piden-declaratoria-emergencia-4-municipios-guanajuato

Castillo regala millones a sus amigos

Cuestionado por su ineficiente desempeño al frente de la Conade y por su pésimo papel como proveedor de insumos deportivos a la delegación mexicana que asistió a los Juegos Olímpicos de Río, Alfredo Castillo, el funcionario que le quitó todo el presupuesto a varias federaciones deportivas con el argumento de que gastaban sin transparencia, no sólo se llevó a su novia a Brasil sino que a siete de sus amigos les regala puestos y becas. Ellos ganan hasta 100 mil pesos al mes; es decir, hasta cinco veces más que quienes obtuvieron medallas olímpicas o los entrenaron…

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El director de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), Alfredo Castillo, utiliza recursos públicos del Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (Fodepar) para pagar sueldos de casi 100 mil pesos mensuales a un grupo de amigos, a quienes hace pasar como entrenadores de atletas de élite: Israel Valero, presidente de la nueva Federación Mexicana de Pelota Vasca y Frontón; Ricardo Langre, a quien quiso imponer como presidente de la Federación Mexicana de Tenis; Julio César Everardo, representante del basquetbolista Gustavo Ayón y organizador de certámenes, y Bruno Rodríguez, un administrador de negocios.

A estos nombres se suman los de María Tzinnia Macías González, una psicoterapeuta que estudió en el Instituto Mexicano de la Pareja; Luz María Bárbara Pérez Zaragoza, una “técnico en dietética”, a quien los atletas no conocen, y Jorge Iván Martínez Rentería, un entrenador de TRX (un tipo de acondicionamiento con ligas).

El objetivo del Fodepar es destinar recursos públicos al desarrollo de los atletas de élite de México para garantizar su éxito en las competencias internacionales más importantes.

De acuerdo con las reglas de operación, el dinero de este fideicomiso puede usarse para el pago de becas o estímulos económicos a los atletas, sus entrenadores e integrantes de los equipos multidisciplinarios, como fisiatras, nutriólogos o médicos.

Pero el director de la Conade paga a sus amigos montos que no ganan ni los entrenadores más exitosos del país. Además, justifica ese desvío de recursos públicos con el argumento falso de que sus amistades atienden a los atletas de élite. Y lo peor: ha retirado completamente el apoyo a federaciones enteras arguyendo que malgastan sus recursos.

Montañas de dinero

Estos datos fueron proporcionados por la propia Conade a través de la solicitud de acceso a la información número 1113100019216. En los documentos, aparece que Israel Valero Martínez recibe 96 mil 200 pesos. Él fue nombrado por Castillo presidente de la Federación Mexicana de Pelota Vasca y Frontón fuera de toda legalidad, mediante una comisión reorganizadora.

La antigua Federación Mexicana de Frontón, A. C. fue desconocida por la Conade en septiembre de 2015 por “malos manejos” (Proceso 2077). Lo más grave en el caso de Valero Martínez es que recibe una beca que se paga con recursos públicos, además funge como servidor público –sin serlo– y al mismo tiempo preside una federación.





Fuente: Proceso
Autora: Beatriz Pereyra
http://www.proceso.com.mx/452605/castillo-regala-millones-a-sus-amigos