lunes, 12 de diciembre de 2016

Justo cuando luchaban contra el Acueducto de Padrés, la droga “cristal” invadió territorio Yaqui

Las drogas de laboratorio han llegado a las comunidades que se encuentran en resistencia contra el proyecto del Acueducto Independencia en Sonora. La obra traslada agua que de acuerdo con un decreto del ex Presidente Lázaro Cárdenas en 1940 le pertenece al pueblo Yaqui. El documental Laberinto Yoéme, ahora en su etapa de postproducción, relata la historia de esta población indígena de alrededor de 30 mil personas que, asediada por las presiones políticas, ahora también tiene que lidiar con una creciente distribución de metanfetamina en la zona.

El pueblo Yaqui emprendió una lucha desde el 2010, cuando del ex Gobernador Guillermo Padrés Elías presentó el proyecto de construcción del Acueducto Independencia. Este atenta contra este pueblo, consideran ellos, por transvasar el agua del Río Yaqui hacia la ciudad de Hermosillo.

En medio de la protesta en contra del Acueducto, la distribución de metanfetaminas dentro de las comunidades del Pueblo Yaqui, asentadas en los municipios de Cajeme, Guaymas, Bácum y Empalme (en específico los pueblos Cócorit, Bácum, Torim, Vícam, Potam, Huibiris, Rahum y Belén) de Sonora, se ha convertido en un nuevo problema.
“Un miembro de la Tribu Yaqui puede ser alcohólico, drogadicto, pero nunca deja de ser miembro de la Tribu”, explica uno de los miembros de la Tribu indígena, en una de las escenas del documental Laberinto Yoéme.
El documental se encuentra recaudando fondos en la plataforma kickstarter para cubrir los gastos de la postproducción (enlace para campaña de fondeo). Sergi Pedro Ros, director de esta producción, explicó que las drogas han traído consigo la violencia.

El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) ha acompañado a los Yaquis en el litigio legal por el uso de las aguas de su río. A pesar de que en 1940 el entonces Presidente Lázaro Cárdenas otorgó a este pueblo originario el 50 por ciento del uso del agua del río Yaqui, el acueducto continua operando.

En entrevista, Sergi Pedro Ros detalló más sobre los peligros que enfrentan los Yaquis, después de haber levantado su voz en contra de la obra.

— ¿Cuáles amenazas contra la Tribu Yaqui quedarán plasmadas en el documental que realizas?

— Después de conocer a la tribu me di cuenta de que tenían varias circunstancias problemáticas. Unas de carácter político, muy conocidas. Otras al interior de la propia tribu, menos conocidas. Por casualidades de la vida me tocó conocer a las personas que estaban realizando la danza del venado. Y cuando entablamos un poco más de relación ocurre que uno de ellos me cuenta que tiene un problema que no quiere tener, y que no puede dejar de tener, y es el consumir cristal, metanfetamina.

— ¿Es un problema extendido en el pueblo Yaqui?

— En ese momento que me dijeron, me extrañó, pero varias personas más me contaron lo mismo desde el yo, nunca desde el nosotros. Cuando eran varios, eran amigos, y se conocían. Sin embargo, no lo estaban viendo como un problema común. Entonces es cuando yo empiezo a dar de vueltas, porque algo me pareció extraño. Empiezo a preguntarme si habrá un motivo más allá de que simplemente les gusta consumir.

— ¿Entonces usted ve una relación entre el consumo y el problema político que atraviesa la Tribu?

—Pensando si tal vez pudiera haber una situación política que pudiera tener relación con algún tipo de estas cosas, me doy cuenta de que la tribu Yaqui estaba teniendo un problema muy fuerte con el agua.  Lo que yo trato de hacer en este documental es cruzar estas dos narrativas: una, en la que ellos están por un lado, defendiendo su territorio, su espacio vital, y otra en la que están defendiendo su territorio más intimo que es el cuerpo. Las drogas para llegar al territorio Yaqui deben primero llegar, quedarse y establecerse, y eso puede que sea una casualidad, o puede que la geopolítica mexicana esté permitiendo eso y esté además  potenciando que ocurra.

— ¿Encontraste un alza en el consumo en el mismo tiempo en que empezó la lucha contra el Acueducto?

— Los Yaquis comentan que el cristal llega más o menos, aunque las versiones varían un poco, por allá del 2007. Es decir, un poquito antes de que se construya la obra del Acueducto Independencia. Lo que ellos cometan es justo cómo de repente cada vez hay más gente consumiendo cristal. Que pueden ser desde niños muy pequeños, hasta gente ya adulta. Y te comentan cómo se van echando a perder de manera muy dramática, a nivel físico y cultural.

— ¿La distribución del cristal ha generado violencia en la zona?

— Pues las drogas no vienen solas y este país esta colmado de violencia del sur al norte. Cuando yo estuve filmando en mi etapa de rodaje un mes y medio. La banda sonora nocturna fueron balaceras bastante seguido. Las drogas vienen con el crimen organizado.

— ¿Violentó el Estado a la Tribu Yaqui con la aprobación del Acueducto Independencia?

— Los Yaquis están muy ofendidos porque México no está respetando en absoluto, ni el convenio 169 de la OIT, ni el artículo dos constitucional, donde las tribus indígenas hay que pedirles permisos para hacer algo con su territorio. Más cuando los Yaquis son una de las pocas tribus indígenas que lo tienen reconocido como propio, así como su río.

— ¿En qué etapa está tu video?


— En este momento estamos en la etapa de postproducción para lo que hemos preparado una campaña de financiación colectiva a través de kickstarter, que acaba de inaugurarse en México. Estamos luchando para poder terminar la película. A mí hay algo que me parece muy interesante de este tipo de campañas de fondeo, de financiación colectiva, que es justo eso, colectiva. A mí una de las cosas más importantes que me han enseñado la tribu Yaqui es que las cosas caminan en colectivo, que el individuo por sí solo no va a ningún lugar, y que tenemos que rodearnos de gente que nos acompañe, que vea la vida como nosotros la vemos. Ahora mismo ya van más de 100 personas que conocieron el proyecto y que se subieron al carro de querer contar esta historia, de querer que este tipo de situaciones no queden silenciadas, como un mero hecho circunstancial que no tiene que ver con nada.



FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: JUAN LUIS GARCÍA HERNÁNDEZ.
LINK: http://www.sinembargo.mx/11-12-2016/3123598