lunes, 5 de septiembre de 2016

León Serment: La muerte inútil de un cineasta que quería narrar el dolor que vive México

Apuñalado ocho veces cerca de su casa en la Colonia Merced Gómez, en la Ciudad de México, el documentalista León Serment partió antes de tiempo y dejó un vacío en el mundo del cine local que hoy pide justicia y llora su tragedia.

Ciudad de México, 4 de septiembre (SinEmbargo).- “No encontrarán a sus asesinos”, afirmó el historiador Enrique Krauze al lamentar en su cuenta de Twitter la muerte del documentalista mexicano León Serment, quien perdió la vida con apenas 55 años de edad a causa de las ocho heridas que le causó un objeto cortante en un presunto intento de robo.

Fue el domingo. Cuando murió Juan Gabriel. Cuando todos los mariachis lloraron y cuando un hecho más de la violencia que ya es hábito en nuestras calles, dejó al cine local sin una figura importante, dedicada, obsesionada por narrar el dolor de su pueblo.

La noticia, precisamente, apenas si ocupó un espacio entre las notas dedicadas al Divo de Juárez. Ni siquiera la levantaron las agencias internacionales. Después de todo, ¿quién era Serment?

Para sus amigos, gente como su colega Carlos Bolado, los actores Daniel Giménez Cacho y Damián Alcázar, entre otros, era un hombre importante, compañero de ruta y no están dispuestos a aceptar con calma que, como dice Krauze –que trabajó con él en Clío-, “no encontrarán a los asesinos”.

Para ello han firmado una carta y le han exigido al jefe del Gobierno Metropolitano, Miguel Ángel Mancera, que haga lo suyo y esclarezca tan horrendo crimen. Mientras tanto, el Imcine (Instituto Mexicano de Cine) lamentó su muerte en un comunicado oficial, donde entre otras cosas recordó a Serment como un realizador egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC).

Reconocido por su trabajo como documentalista, debutó en 1996 con el cortometraje Proporciones humanas, dimensiones divinas, al que le siguieron títulos como Virgen de Guadalupe, entre la fe y la razón (2002), Maquío: La fuerza de un ideal (2003) y El afán educativo (2012).

UN HOMBRE Y UNA OBSESIÓN: MÉXICO

Pero era con El efecto tequila, presentada en 2011 en el Festival de Cine de Guadalajara, con el que Serment llevó hasta lo más profundo su obsesión por México, su interés en contar tal vez esos hechos que en la historia reciente necesitamos recordar para saber por qué estamos como estamos.

“Esta es una película que llevamos a Egipto, a Cuba a Brasil y todos los espectadores la entendieron”, supo decir el guionista Reyes Bercini, al hablar del filme dirigido por León y que contó los desmanes del salinato, allá por los noventa, probablemente cuando todo comenzó a irse en picada.

Se trata de una película que combina eficazmente el género documental con la ficción, al mostrar la historia de José y Ana Luisa, una joven y ambiciosa pareja en la ciudad de México y la historia que corre en paralelo por un país que comienza a desmoronarse con el asesinato del candidato a presidente por el PRI, Luis Donaldo Colosio y la crisis económica de 1994, cuando la fuga de capitales generó un desbarajuste económico que tuvo repercusiones mundiales.

Protagonizada por los jóvenes actores Karla Souza y Eduardo Victoria, Efecto tequila, cuenta el drama de José Fierro, un hombre que comienza a jugar en la ruleta rusa de los mercados financieros y termina sacrificando su vida para exculpar sus actos. Ana Luisa es su joven y bella esposa, una mujer que quiere ir más allá de lo que su barrera social se lo permite, aunque se la pasa buscando algo que no sabe qué es.


“No quiero explicar al público mi película, aunque sí creo que lo que pasó en el 94 explica lo que está pasando ahora con la llamada Guerra del Narco. El hecho histórico de 1994, con esa crisis económica que afectó al mundo y la manera en que se manejó en México, han establecido vasos comunicantes con el México actual”, nos decía León Serment en entrevista.

“Me interesa mucho filmar ese periodo histórico de nuestro país en particular, creo que fue en 1994 cuando se vivió un punto de quiebre que no se había vivido desde 1968. Probablemente no nos dimos cuenta entonces de ese quiebre, porque no se trató de algo explosivo, sino de algo que comenzó como un temblor de baja intensidad pero que reacomodó todas las estructuras de México”, apuntó el cineasta.

Nacido en Ciudad de México en 1961, suyo es también el documental Soy René, soy seropositivo y en 2002 Virgen de Guadalupe, entre la fe y la razón, para Discovery Channel, que fue postulado al  Emmy Latino.

En El efecto tequila apareció por primera vez en las pantallas de cine mexicanas la actriz Karla Souza, probablemente interpretando uno de los roles más importantes de su carrera. Había llegado de Europa hacía tres años y en la película de Serment no sólo deslumbró por su evidente belleza, sino también por sus grandes capacidades actorales.

En el filme de León Serment, Karla personifica a una joven mujer casada con un hombre al que no quiere y que en lugar de darle amor la llena de bienes materiales.

“Ana Luisa, mi personaje, tiene una crisis existencial que se expresa mediante un gran vacío. No es feliz en ninguna parte y vive enamorada del amor. Cuando construí ese personaje lo pensé así: perfecto, como tantas chicas que hay que en apariencia son preciosas, tienen la vida ideal y, sin embargo, son muy infelices. Hice esta película en un momento personal muy duro y eso me ayudó, creo, a entender mejor mi rol en Efecto tequila y como tenía que vestir y verse Ana Luisa”, contó Souza.

 Hoy, la actriz, ya consolidada en la escena nacional, pide desde su cuenta de Twitter justicia para el director que la vio antes que nadie, hace ya unos cinco años de aquello.

En su cuenta de Facebook, aparece un joven y vital León Serment, la mayoría de las veces con cámara en ristre. En otras, ríe frente a la cámara. Lleva un puro en la boca y una boina al estilo Che Guevara en la cabeza. Esta nota no tendría que haberse escrito. Piensa uno.

FUENTE: SIN EMBARGO MX
AUTOR: MÓNICA MARISTAIN
LINK: http://www.sinembargo.mx/04-09-2016/3087812