miércoles, 24 de agosto de 2016

HABÍA UNA VEZ UN PAÍS


Erase una vez un país que era, pero no era.
Era un país que decía, pero no hacia.

Era un país con una dictadura y una monarquía.
Era un país lleno de paramilitares, pero no era El Salvador, Colombia ni Perú.
Era un país donde mataban a los pueblos originarios, pero no era Guatemala o Palestina.
Era un país donde los hermanos se mataban entre si, pero no era Yugoslavia, Sudán, Ruanda ni Vietnam.
Era un país de desplazados, pero no era Siria, Afganistan o Irak.
Era un país lleno de esclavos, pero no era El Congo, ni Haiti ni Ghana.
Era un país de hambruna, pero no era Venezuela, Somalia o India.
Era un país donde mataban y desaparecían estudiantes,maestros, campesinos y obreros, pero no era ni Chile,ni Honduras ni Argentina ni Brasil.
Era un país donde la mujer era prácticamente inferior y carente de derechos,pero no era el Tíbet, Bahrein, Jordania o Qatar.
Era un país de Apartheid pero no era Sudáfrica.
Era un país de varios chernóbiles, pero no era Ucrania.
Era un país que más bien era una maquiladora,pero no era Taiwan,Tailandia o China.
Era un país donde la libertad de expresión era un suicidio,pero no era Corea del Norte, Arabia Saudita o Irán.
Era un país racista y conservador, pero no era Estados Unidos, Reino Unido o España.
Era un país donde la televisión mandaba y a veces parecía un reality show, pero no era una novela de George Orwell.
Era un país lleno de monstruos y pesadillas, pero no era una novela de Stephen King.
Era un país lleno de peste,pero era peor a como la pintaba Camus.
Era un país donde la corrupción era una historia sin fin.
Era un país que más bien era la crónica de una muerte anunciada.
Era un país con más de 100 años de soledad.
Era un país donde nacías debiendo, crecías debiendo y morías debiendo.
Era un país donde era más fácil encontrar decapitados que bibliotecas.
Era un país donde era más fácil corromper a un niño que educarlo.
Era un país donde la guerra contra un enemigo sin armas nunca había sido tan bien vista por la ONU y Amnistía Internacional.
Era un país donde el silencio era peor que los gritos.
Era un país donde cada nuevo mandato era peor que el anterior.
Era un país donde se perdonaba la mentira y se castigaba la verdad.
Era un país donde la doble moral era tan grande como las bombas de Hiroshima y Nagasaki.
Era un país donde matar mensajeros y mentir ante un público era un deporte nacional.
Era un país donde la libertad, la salud, la educación, la reforma agraria, la independencia y la revolución solo estaban en las monografías.
Era un país donde era más fácil copiar que estudiar.
Era un país donde se respetaba más a un comediante que a un maestro que enseño a leer y a escribir a un grupo de 50.
Era un país que exportaba mano de obra, importaba armas y producía lastima.
Era un país donde era más grave robar una manzana que endeudar un estado.
Era un país repleto de fosas comunes y fosas sépticas.
Era un país carente de sentido humano y respeto por la naturaleza.
Era un país que defendía a capa y espada su destino determinado por otros países.
Era un país orgulloso de tener su ejercito de traidores, ladrones, sicarios, madres solteras, demagogos, violadores,farsantes, bufones y adictos.
Era un país donde las cárceles se llenaban con las víctimas mientras que los victimarios llenaban el congreso y la televisión.
Era un país que se burlaba de sus desgracias y que no respetaba ni a sus muertos.
Era un país donde los abuelos, los padres y los hijos morían esperando a que Jesus bajara de la cruz.
Era un país que era un paraíso para los asesinos, los publicistas y los empresarios.
Era un país donde toda acción correspondía a la inacción.
Era un país donde Ali Baba tenía mas de 40 ladrones.
Era un país donde la dignidad se devaluaba más que su moneda.
Era un país lleno de risas enlatadas y discursos baratos.
Ese país era el regalo de dios para sus hijos favoritos.
Ese país lo era todo pero a la vez no era nada.
Era el país de uno, pero para una espía extranjera.
Ese país era el infierno con varios infiernos,pero no era como lo describía Dante Alighieri.
Era el país donde nos tocó morir.