domingo, 5 de junio de 2016

Productoras de bienes y calamidades

Al día son arrastradas por el aire 140 mil toneladas de emisiones contaminantes, en promedio. La mayoría de éstas son generadas por industrias químicas, alimentarias, cementeras y de fabricación de plásticos, así como de generación y transmisión de energía eléctrica, cuyas instalaciones rodean la Ciudad de México en 80 por ciento.

De acuerdo con datos preliminares del Inventario de Emisiones Contaminantes de la Ciudad de México 2014, elaborado por la Secretaría de Medio Ambiente capitalina –el cual será publicado en junio–, al año se generan en la zona metropolitana del valle de México, 51 millones de toneladas de emisiones; de éstas, 33 millones provienen de la entidad mexiquense.

Cifras de la Secretaría de Desarrollo Económico capitalina, elaboradas a partir del Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), indican que existen 76 mil 476 industrias en la zona metropolitana del valle de México, 52 por ciento en el estado de México y uno por ciento en Hidalgo.

La Secretaría del Medio Ambiente local estima que poco más de 2 mil industrias son responsables de generar la mayor cantidad de contaminantes, de esta cifra 25 por ciento está bajo regulación de competencia federal.

Las principales naves industriales se ubican en los corredores Naucalpan, Cuautitlán, Tultitlán, Tepotzotlán, Tlalnepantla, Vallejo-Azcapotzalco e Iztapalapa, entre otros.

El inventario preliminar de emisiones incluye una lista con las 15 industrias más contaminantes de la zona metropolitana, en los primeros cinco lugares figuran empresas relacionadas con la fabricación de plásticos, así como la industria química, alimentaria y cementera.

Les siguen las plantas de generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, como las de Coyotepec, Cuautitlán, Vallejo, de los Remedios y Valle de México, todas de jurisdicción federal.

El estudio puntualiza que no son necesariamente termoeléctricas como la de Lechería o Valle de México las de mayores emisiones. Casi la mitad de las empresas incluidas en la lista se localizan en el estado de México, y pese a que algunas han instalado tecnología de reducción de emisiones, siguen dentro de las más contaminantes.

En el caso de la industria alimentaria mucha de su contaminación se deriva de los envases en los que embotellan sus productos, los cuales se pueden ver por montones tirados por las calles de la ciudad.

De acuerdo con el inventario de la zona metropolitana del valle de México las fuentes industriales,principalmente de industria química, contribuyeron con una tercera parte de los compuestos orgánicos volátiles y más de tres cuartas partes de óxidos de azufre emitidos a la atmósfera, precursores de todos los niveles de alarma ambiental.

El Inventario de Emisiones Contaminantes y de Efecto Invernadero 2012 de la Ciudad de México detalla que de las 4 mil 867 toneladas de bióxido de azufre (SO2) que se generaban a principios de esta década en la zona metropolitana, el sector industrial es el principal emisor, con una participación de 85 por ciento, siendo la industria química y el papel los que más contribuyen a ésta con 12 y 38 por ciento en el mismo orden.

Las partículas que emite la industria también son considerables, en específico las generadas por los sectores de alimentos, industria química y de fabricación de productos a base de minerales no metalicos, advierte.

En el caso del óxido de nitrógeno indica que en el estado de México hay zonas localizadas de alta emisión,resultado conjunto de la actividad vehicular e industrial, en específico por la generación de energía eléctrica, ubicadas en Acolman, así como de fabricación de productos con base en minerales no metálicos en Tultitlán, entre otros.

En tanto, la presencia de industrias de los sectores químico, plástico, hule, metálico y de generación de energía eléctrica en los municipios de Tlalnepantla, Naucalpan, Tultitlán y Acolman provoca que haya lugares de alta emisión de contaminantes tóxicos, mientras que en delegaciones como Cuauhtémoc esto se debe al gran número de vehículos que transitan por la zona.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) algunas de las fuentes principales de contaminación atmosférica urbana son los gases de escape de los vehículos automotores y las emisiones de las fábricas y las centrales eléctricas (las columnas de humo de las que utilizan carbón).

De norte a sur

Especialistas explican que la concentración de industrias y los vientos dominantes que provienen del norte a sur arrastren las emisiones contaminantes que se producen en el estado de México e Hidalgo a esta metrópoli.

Apoyados con mapas de la Ciudad de México los especialistas esbozaron las condiciones que hacen que la Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came) active la fase uno de contingencia. Al principio los niveles de la calidad del aire en las 16 delegaciones van de amarillo a naranja; sin embargo, cuando el viento sopla arrastra los contaminantes del estado de México hacia la ciudad y cambia a rojo.

La ex secretaria de Medio Ambiente de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum Pardo explicó que el proyecto Milagro, realizado por el Centro Mario Molina, demostró que la contaminación ambiental no tiene fronteras.

El ozono es un contaminante secundario que se forma por emisiones de óxido de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles, y no necesariamente donde se emite se genera la contaminación, debido a los vientos y a la propia química atmosférica. Lo que normalmente se nota en un lugar son los polvos, pero en general el ozono y las partículas pequeñas pueden producirse en un sitio y reflejarse en otro lado, explicó.

Con las mediciones que se hicieron en el proyecto Milagro, añadió, se encontró que parte de la contaminación de la Ciudad de México llegaba a Texas y la que se emitía en otros puntos de Estados Unidos se venía hasta acá.

Se comprobó, además, que en la contaminación ambiental de la zona metropolitana no sólo interviene el estado de México, sino que la refinería y la termoeléctrica en Tula, Hidalgo, también impactan, expresó.

En el tema de la industria, consideró que deben hacerse más estrictos los controles de emisión de contaminantes, pero también la verificación. No sabemos qué están quemando, hay denuncias, que debido a que el precio del combustible es alto, se quemaba aceite y eso es altamente contaminante.

Sheinbaum dijo que la siderurgia y las cementeras son las industrias con más emisiones y la obligación de verificar su operación corresponde a la Procuraduría Federal de Protección Ambiental (Profepa), que hasta hace poco tenía sólo seis inspectores para todo el valle de México.

El especialista Sergio Sánchez, director Ejecutivo del Clean Air Institute (CAI), consideró que la contaminación ambiental es un desafío que enfrentan todas las ciudades de la República Mexicana y de otros países de América Latina que tienen episodios de altas emisiones contaminantes debido al incremento de transporte, la producción industrial y a las actividades comercial y de servicios, lo que significa una presión sobre la calidad del aire.

Impactos a la salud

Se ha demostrado que industrias que laboran sin ningún control en las emisiones que arrojan a la atmósfera ni en el uso que dan a sus residuos sólidos, como la fábrica Cromatos de México, ubicada en Lechería, municipio de Tultitlán, generan afectaciones a la salud de las personas que viven aledañas a éstas, entre ellas cáncer, lesiones renales o enfermedades respiratorias.

En Hidalgo, de acuerdo con el registro de emisiones y transferencias contaminantes de la Semarnat, el corredor industrial Tula-Tepeji, que concentra 30 fábricas de distintos giros, genera 681 millones 892 mil 194 toneladas de sustancias tóxicas al año. Tan sólo la refinería Miguel Hidalgo y la termoeléctrica Francisco Pérez Ríos producen 33 veces más dióxido de azufre que todo el valle de México.

Un estudio realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) en 34 ciudades de México para medir los impactos de la contaminación por partículas de 10 micras, encontró que en el periodo de 2010 a 2013 se registraron 3.1 millones de consultas médicas, 53 mil hospitalizaciones y 19 mil muertes prematuras atribuibles a la polución.

La zona metropolitana del valle de México (ZMVM), según este análisis, reportó la quinta tasa más alta de muertes prematuras, al contar con nueve por cada 100 mil habitantes, por abajo de Mexicali, Cuernavaca, Monterrey y Tijuana.

La contaminación del aire se asocia con cinco de las 10 principales causas de fallecimientos en México, entre ellas, enfermedades del corazón, tumores malignos, neumonía e influenza, padecimientos cerebrovasculares y enfermedades pulmonares obstructivas crónicas.

Estos padecimientos provocan al año 800 mil consultas médicas, 10 mil hospitalizaciones y 5 mil fallecimientos.

CDMX no es la más contaminada del país

El estudio Global Urban Ambient Air Pollution Database, de la Organización Mundial de la Salud, analiza y compara los niveles de partículas (PM 10 y PM 2.5) que se registraron de 2008 a 2013 en 795 ciudades de 67 países, ubica a la Ciudad de México y al estado de Puebla en el séptimo lugar de niveles de contaminación en el país.

Monterrey, Nuevo León, es la más contaminada; le siguen Toluca (estado de México), Salamanca, León, Irapuato y Silao (Guanajuato).

La OMS advierte que las PM contienen sulfatos, nitratos y carbón, sustancias que entran a los pulmones y al sistema cardiovascular, envenenándolos y causando graves riesgos para la salud.

En más de una ocasión el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa, ha advertido que la responsabilidad en materia ambiental no se comparte de manera equilibrada, ya que mientras se reducen de un día a otro los límites para activar una contingencia, en toda la zona industrial hay pocos controles y no hay vigilancia ni monitoreo.

Las autoridades ambientales, remarcó, se tardaron más o menos cuatro años para analizar y elevar 14 puntos el límite para declarar no contingencia, sino una precontingencia, y este año de un momento a otro se redujo 30 puntos.

Antes del 5 de abril para encender los focos amarillos se tenían que superar 180 puntos de ozono, a partir de esa fecha como parte del programa temporal Hoy no circula se activa la contingencia al superarse 150.

En opinión del especialista del CAI, se necesitan revitalizar los programas contra la contaminación en todos los sectores, pero de manera particular en el transporte y la industria, que son los principales generadores de las emisiones tóxicas.Es de fundamental importancia introducir diésel y gasolina con bajo contenido de azufre para poder usar tecnologías vehiculares más limpias, y en ese tema México se ha mantenido rezagado, pues aunque en 2006 la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) había establecido la obligatoriedad para hacerlo, no se llevó a cabo, expuso.

Otra medida que se requiere, añadió, es fortalecer la verificación vehicular y, sobre todo, asegurarse de que se cumplan con las normas de los vehículos en circulación.

En el sector industrial, destacó, los esfuerzos deben dirigirse y avanzar hacia la mejora en los procesos de combustión y la cobertura en el control de emisiones. La industria o las fuentes estacionarias son responsables de 13 por ciento de las emisiones de partículas en suspensión de menos de 2.5 micras (PM 2.5) y 22 por ciento de las PM 10, 85 por ciento de dióxido de azufre, 21 por ciento de carbono orgánico, 27 por ciento de los compuestos orgánicos volátiles y 5.6 por ciento de los óxidos de nitrógeno.

El caso Medellín

Explicó que las PM 2.5 son partículas tan finas y microscópicas que tienen la oportunidad de entrar a las vías respiratorias y, por tanto, son las que tienen mayores efectos en la salud.

Señaló que hay que asegurarse de que las normas de emisiones industriales sean lo más estrictas posibles y planteó instalar sistemas de control de emisiones.

El director ejecutivo del Clean Air Institute apuntó que es de gran importancia revisar los niveles de emisión de disolventes orgánicos, porque tienen un papel fundamental en la formación de ozono, no sólo en la industria en general, sino en otras actividades como gasolineras, lavanderías y establecimientos de pinturas y recubrimientos.

Comentó que en la actualidad las autoridades en Medellín, Colombia, trabajan en el establecimiento de medidas voluntarias y obligatorias en el sector industrial, que van desde fijar un horario para la circulación de los camiones de carga y buscar que los empresarios otorguen incentivos a los trabajadores que utilicen el transporte público o medios alternativos no motorizados.





Fuente: La Jornada
Autoras: Gabriela Romero Sánchez y Rocío González Alvarado
http://www.jornada.unam.mx/2016/06/05/politica/002n1pol