lunes, 21 de marzo de 2016

MORENA S.A. DE C.V. La farsa de AMLO

Surgido de la fractura interna que hubo en el PRD en septiembre de 2012, cuando el jerarca de la izquierda Andrés Manuel López Obrador entró en desacuerdo con la dirigencia perredista por apoyar al gobierno de Enrique Peña Nieto firmando el Pacto por México, Morena obtiene su registro ante el Instituto Nacional Electoral dos años más tarde, el 9 de julio de 2014.


En sus discursos masivos, Andrés Manuel López Obrador, como Presidente del Consejo Nacional, y su cuadro político más cercano pregonaban estar formando un partido diferente a los demás y totalmente abierto a la ciudadanía, pero dicen que los changos viejos no aprenden maromas nuevas, y de inmediato comenzaron a ejercer las mismas prácticas asimiladas desde que eran militantes del PRI, en las décadas de los años 60 y 70, y posteriormente cuando fueron militantes del PRD, a partir de 1989.

Martí Batres fue designado presidente nacional de Morena, y actualmente es el dirigente de este partido en el D.F., pero los capitalinos, especialmente los ciudadanos xochimilquenses, no olvidan a este político desde que ocupara la presidencia de la Gran Comisión de la I Asamblea Legislativa del D.F., en 1997, durante el gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas, ya que fue el principal promotor y protector (capo pues) del llamado Cartel de Xochimilco, integrado por los jefes delegacionales perredistas que trienio tras trienio se dedicaron a saquear esta importante demarcación, que hoy, para colmo, volvió a quedar bajo la esfera de dominio de Martí Batres al haber resultado electo como jefe delegacional en las pasadas elecciones el ahora morenista Avelino Méndez Rangel, ex perredista y ex funcionario de esta delegación que fue despedido por cometer actos de corrupción en la Dirección General de Medio Ambiente. Avelino Méndez ahora ya es jefe delegacional de Xochimilco, pero no tiene empacho en abandonar su trabajo para andar acompañando al líder nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, en las giras que este realiza por el norte del país.


Bertha Lujan Uranga es la actual Secretaria General de Morena y fue secretaria de la Contraloría del D.F., durante la jefatura de gobierno de López Obrador, del año 2000 al 2006; como tal, Bertha Luján se dedicó a proteger las corruptelas de infinidad de funcionarios del gobierno capitalino, especialmente del sector de transportes. En noviembre de 2003 fue denunciada por el empleado del gobierno del D.F., Manuel Guerrero Ramos por negarse a investigar a funcionarios de la secretaría de Transporte y Vialidad que habían cometido millonarios fraudes, aun cuando este empleado le entregó pruebas documentales de esos ilícitos. Más tarde, en el año 2012, López Obrador incluyó en su propuesta de gabinete a Bertha Luján para que en caso de que ganara la presidencia de la República asumiera la titularidad de la Secretaría de Honestidad y Combate a la Corrupción.

Con este tipo de perfiles Andrés Manuel López Obrador le fue “dando forma” a su partido a lo largo y ancho de la República, y en el estado de Durango quizá se está dando el ejemplo más claro de lo que es Morena en todo el país.

Dicen que lo que mal empieza mal acaba y en esta entidad norteña el partido Morena fue formado por integrantes del Partido del Trabajo sometidos al cacicazgo de su líder local, Alejandro González Yáñez, quien impuso a María de Jesús Páez Güereca como presidenta del Comité Ejecutivo Estatal.

Siempre bajo las órdenes del gobierno estatal priísta, los petistas solo se dedicaron a cubrir las formas legales para que Morena obtuviera el registro a nivel estatal, pero las actividades de filiación y activismo político brillaron por su ausencia.

Así, en las elecciones federales de 2015, bajo la conducción de los petistas, Morena ni siquiera tenía perfiles de candidatos a diputados para contender, por lo que Andrés Manuel López Obrador, sin asambleas de por medio y violando los estatutos de su partido, destituyó a todo el comité directivo estatal del PT-Morena para imponer al conocido político izquierdista local Carlos Medina Alemán como “delegado especial”.

A Carlos Medina Alemán le correspondió la búsqueda inmediata de perfiles para candidatos a diputados federales, y desde ese momento ya se dejaba ver en Morena la abierta filtración del gobierno estatal priísta al apoyar a por lo menos uno de sus candidatos, el del cuarto distrito, Sergio Silva Labrador, procurándolo de enseres domésticos para obsequiarlos durante su campaña proselitista.


26 mil votos obtuvo Morena en las elecciones del 7 de junio de 2015 posicionándose en 10 municipios como tercera fuerza electoral, solo después del PRI y del PAN.


Con Carlos Medina se integran algunos dirigentes del PT que renuncian a este partido para adherirse al proyecto morenista, entre ellos el político oaxaqueño Gustavo Pedro Cortés, radicado en Durango desde hace más de dos décadas.


Tres meses después del proceso electoral de junio de 2015, Pedro Cortés comienza a denunciar ante la Comisión Nacional de Honor y Justicia de Morena las anomalías graves que constantemente cometía Carlos Medina Alemán en su afán de promoverse para ser designado presidente estatal de Morena en Durango. En su querella, Pedro Cortés también denunció al presidente del Consejo Estatal, Jesús Iván Ramírez Maldonado y al tlahuaquense Rosendo Salgado Vázquez, en ese momento secretario general.


El golpeteo de Gustavo Pedro Cortés llega a los medios de comunicación locales y el político oaxaqueño comienza a estructurar una especie de dirigencia alterna proponiendo perfiles de profesores del Magisterio Unido de Durango como aspirantes a candidatos a diputados locales, alcaldes y regidores de Morena, idea no muy descabellada si se toma en cuenta la fuerza que tiene este sector y las cuentas pendientes que podría cobrarle en las elecciones del próximo 5 de junio al PRI, al PAN y al PRD por haber aprobado la reforma educativa que hoy tiene a los maestros en constante peligro de ser despedidos de sus trabajos.


Carlos Medina Alemán, ya como presidente estatal de Morena elegido irregularmente, fue incapaz de manejar y resolver esta crisis política al interior de su partido y entra en dimes y diretes con Gustavo Pedro Cortés en la prensa local duranguense, agudizando más las diferencias con su compañero de instituto, por lo que Andrés Manuel López Obrador, de nueva cuenta violando los estatutos de su propio partido, viene a Durango a finales de 2015 a imponer una dirigencia de facto designando al jefe delegacional de Tláhuac, de la Ciudad de México, Rigoberto Salgado Vázquez, “para hacerse cargo de todos los asuntos de Morena en Durango”, solo porque este supuestamente tiene familiares en Gómez Palacio, cosa que los militantes de Morena de aquél municipio desconocen.


Este jefe delegacional de Tláhuac, Rigoberto Salgado Vázquez, a principios de febrero pasado impone a su hermano, Rosendo Salgado Vázquez, como delegado de Morena en Durango y como Presidente y Secretario de Organización, así nomás, sin asambleas de por medio, porque así es como se manejan las cosas en este partido. Rosendo Salgado Vázquez desde octubre de 2015 ya estaba en Durango y había sido nombrado irregularmente secretario general.

Gustavo Pedro Cortés, molesto por esta nueva imposición, denuncia en los medios locales que Rosendo Salgado Vázquez tiene infinidad de acusaciones en su contra por la comisión de delitos mercantiles en la Ciudad de México.

Desde octubre de 2015 los focos rojos ya estaban encendidos para algunos militantes de Morena en Durango pues en numerosas ocasiones vieron en la ciudad de Durango al jefe delegacional de Tláhuac, Rigoberto Salgado; sin embargo, este no se entrevistaba con ningún integrante del comité directivo estatal de Morena. ¿A quién o a quienes visitaba Rigoberto Salgado?

Los militantes de Morena de La Laguna, indignados por los actos de corrupción e ineficacias tanto de su ex dirigente Carlos Medina Alemán como del actual, el tlahuaquense Rosendo Salgado Vázquez, revelan que en realidad el ex diputado perredista y ahora jefe delegacional morenista de Tláhuac, Rigoberto Salgado Vázquez, venía a entrevistarse con su antiguo compañero de bancada de la LXI Legislatura de la Cámara de Diputados y actual gobernador de Durango, Jorge Herrera Caldera, con quien, dicen, desde entonces tiene una cercana amistad.


Desde que los hermanos Salgado Vázquez llegan a Durango, enviados por Andrés Manuel López Obrador, comienzan a tratar no tanto con el corrupto líder estatal Carlos Medina Alemán sino con Iván Ramírez Maldonado, presidente del Consejo Estatal de Morena y ex perredista muy cercano al gobierno estatal priísta de Durango. “Desde hace años Iván Ramírez Maldonado es incondicional del principal operador político del gobierno estatal duranguense, Rafael Herrera Piedra, primo del gobernador priísta Jorge Herrera Caldera, y es común verlo en las tertulias que se llevan a cabo en la fastuosa hacienda que Rafael Herrera Piedra tiene en el kilómetro 18 de la carretera a Parral”, comentan los morenistas.

Rafael Herrera Piedra desde comienzos del actual sexenio ha fundado más de una docena de empresas periodísticas, de impresión y de “manejo de imagen” que facturan para el gobierno estatal, y aunque no tiene ningún cargo público ejerce funciones fácticas de mando y es custodiado permanentemente por escoltas de la Dirección Estatal de Investigaciones de la Fiscalía General del estado de Durango.

Así las cosas, los rijosos líderes morenistas Carlos Medina Alemán, quien todavía tiene el cargo de “Enlace”, y Gustavo Pedro Cortés son relegados a segundo plano por los hermanos Salgado Vázquez, quienes comienzan a tomar decisiones asesorados directamente por Iván Ramírez Maldonado.

Y, derivado de los pleitos que tienen entre sí todos estos dirigentes de Morena-Durango, una de las primeras medidas que los hermanos Salgado Vázquez tomaron para no verle las caras a Medina Alemán y a Gustavo Pedro Cortés fue la de alquilar una casa como sede alterna de Morena en una de las zonas más costosas de la ciudad de Durango, en la calle Horacio 205, de la colonia Fátima, en donde tienen como vecinos a los ex gobernadores priístas Maximiliano Silerio Esparza y Ángel Sergio Guerrero Mier.


También, y para no perder la costumbre de estar en lugares lujosos, el flamante “presidente estatal” de Morena-Durango, el tlahuaquense Rosendo Salgado Vázquez, alquiló otra casa para vivir en la calle Madreselva Núm. 203 del fraccionamiento Jardines de Durango, otro de los suburbios de más plusvalía en esta ciudad.

Ahora, la militancia morenista duranguense cuando quiere resolver algún problema llega a la sede oficial, ubicada en la calle Juárez del centro de Durango, pero ahí les dicen que no, que los dirigentes se encuentran allá en el palacete de la calle Horacio 205.


¿Quién solventa estos derroches? Ya sea el gobierno estatal priísta, la jefatura delegacional de Tláhuac o el partido Morena, los paganos somos nosotros los contribuyentes porque dudamos mucho que estos vivales utilicen dinero de sus bolsillos para darse estos lujos.


En este punto, a Rosendo Salgado Vázquez le correspondió llevar a cabo la selección de los aspirantes a candidatos a diputados locales de los 15 distritos electorales que comprende Durango, así como del candidato a gobernador. Ya se sabía con antelación que el candidato a gobernador sería el periodista amigo de Andrés Manuel López Obrador, Guillermo Fabela Quiñones, pero en la designación de los candidatos a diputados locales se hizo más evidente la corrupción que impera en este partido pues decenas de ciudadanos que representaban buenos perfiles académicos, políticos e intelectuales fueron relegados para elegir como candidatos a ciudadanos de muy bajo perfil, sumamente impreparados y con niveles culturales insultantes, la mayoría de los cuales ni siquiera son conocidos en los comités distritales de Morena en Durango.

Entre esos candidatos destaca la del distrito 12 de Gómez Palacio, María Teresa Limones Ceniceros, quien ya como tal se dedicó a enviar mensajes telefónicos de texto a algunos medios de comunicación expresando su homofobia y pidiendo orar para que los diputados de Durango no aprueben los matrimonios igualitarios.

Esta medida dolosa de elegir a los peores perfiles por supuesto que obedece a los tratos que los hermanos Salgado Vázquez tienen con el gobierno estatal priísta a través del ex perredista Iván Ramírez Maldonado, virtual candidato de Morena a la alcaldía de Durango y personero del principal operador político del gobierno local duranguense, Rafael Herrera Piedra.


En este panorama, y anulados desde ahora los demás partidos de oposición como el PAN (fracturado totalmente por sus pugnas internas), el PRD (con nula presencia social), Movimiento Ciudadano (a la deriva porque su líder estatal, el Dr. José Ramón Enríquez, prefirió irse al PAN a buscar la candidatura a alcalde de Durango) y lo que queda del PT (ahora más que nunca a las órdenes del PRI), la única oposición real que pudiera haber enfrentado el PRI en Durango era precisamente la que representaba Morena.


Es indudable que el sello de Morena y la figura de Andrés Manuel López Obrador son atractivos para los votantes, y esto quedó demostrado en las pasadas elecciones federales en Durango, en las que Morena obtuvo 26 mil votos en su primera participación en elecciones, por lo que el objetivo de proponerle a la ciudadanía duranguense candidatos de muy bajo rango es claro y tiene dedicatoria: no ofrecer ningún tipo de competencia que pudiera poner en peligro el triunfo del PRI, que al igual que en los últimos procesos electorales no está dispuesto a arriesgar nada y pretende, de nueva cuenta, obtener el “carro completo” que le permita seguir saqueando y enriqueciendo a su élite gobernante. Además de esto, el gobierno estatal priísta, ya acusado a nivel nacional por sus nexos con el crimen organizado, tiene la presión de hacer gobernador a como dé lugar a su candidato, “El Médico Especialista C”, Esteban Villegas Villarreal, delfín del presidente de la República corrupto, Enrique Peña Nieto.

Lo peor de todo esto es que no son pocas las voces que alertaron al santón de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, sobre lo que estaba y está sucediendo en su partido en Durango, tanto con el anterior líder estatal corrupto, Carlos Medina Alemán, como con el actual, Rosendo Salgado Vázquez, señalado por los militantes de Morena y algunos periodistas locales por su notoria dipsomanía y por tomar decisiones ordenadas por intereses ajenos que contravienen los principios y objetivos de este partido, quitándole a la ciudadanía duranguense la oportunidad de terminar con el priísmo corrupto que ya lleva casi 100 años metiéndole las manos en sus bolsillos.

En este contexto, aparte de la ciudadanía, otro de los directamente afectados será el candidato a la gubernatura, Guillermo Fabela Quiñones, periodista de profesión que, a diferencia de los candidatos a gobernador de los demás partidos políticos, es el único que no tiene antecedentes de corrupción, pero quizá esto no le sirva de mucho pues se antoja imposible que los candidatos a diputados locales seleccionados supuestamente por el “presidente estatal” Rosendo Salgado Vázquez, y los candidatos a alcaldes que designe le procuren una cantidad importante de votos.

El pasado viernes 11 de marzo, una vez más estuvo de gira en Durango el jerarca Andrés Manuel López Obrador, y durante el recorrido que hizo por algunos municipios como Durango, Nombre de Dios, San Juan del Río y Rodeo fue recibido al más viejo estilo priísta, con patrullas, banda musical, cohetones, edecanes y vino, mucho vino, quizá para que su “presidente estatal”, Rosendo Salgado Vázquez, no se sintiera como pez fuera del agua. Triste y vulgar fue el espectáculo que dio su séquito y los “dirigentes” estatales que lo acompañaban, quienes a toda costa trataban de impedir que determinadas personas se acercaran al santón izquierdista para manifestarle sus desacuerdos con lo que está sucediendo en Morena-Durango.

En la capital duranguense, de 8 a 10:30 de la mañana, López Obrador tuvo una reunión a puerta cerrada en el salón de eventos del Hotel Gobernador con coordinadores, “promotores de la soberanía nacional” y dirigentes estatales de Morena-Durango; con él estaban, entre otros, los jefes delegacionales de Tláhuac y Xochimilco, Rigoberto Salgado Vázquez y Avelino Méndez Rangel, quienes lo acompañaban en su recorrido en un día y horario hábiles cuando debían de estar trabajando en sus respectivas oficinas, en las que constantemente sus secretarios particulares niegan audiencia a los ciudadanos diciéndoles que “el jefe delegacional tuvo que salir a ver a Mancera”, cuando en realidad andan haciendo proselitismo con López Obrador.

En dicha reunión supuestamente se arreglaron las diferencias internas que hay en Morena-Durango, pero a reserva de que López Obrador ordene reemplazar a la mayoría de candidatos a diputados locales impuestos por intereses ya bien identificados y les exija su renuncia a todos esos dirigentes estatales corruptos, no se ve la manera en que López Obrador pueda resolver este problema y ofrecerle a la ciudadanía duranguense verdaderas opciones para votar.

Esta misma estrategia sucia y premeditada de elegir pésimos perfiles para candidatos se repite en casi todos los estados de la República en los que Morena va a participar en los próximos comicios, y la constante es que Andrés Manuel López Obrador, conociendo exactamente las corruptelas que están cometiendo sus dirigentes estatales que han sido cooptados por el priísmo, no hace nada para detenerlos, por el contrario, parece respaldar las acciones oprobiosas de estos, al igual que respaldó a su ex secretario particular René Bejarano y a su ex secretario de Finanzas, Gustavo Ponce, a pesar de que en su cara le restregaron los videos que demostraban sus graves actos de corrupción.

Así es Andrés Manuel López Obrador, el candidato presidencial que en el año 2006, mientras hablaba de honestidad valiente en el zócalo de la Ciudad de México, a su lado tenía a uno de los más voraces saqueadores del sindicato ferrocarrilero, Jorge Peralta Vargas.

Así es Andrés Manuel López Obrador, el líder izquierdista que dice que la única diferencia entre los priístas y panistas es que los priístas son rateros y los panistas son ladrones, mientras la secretaria general de Morena, Bertha Luján Uranga, como titular de la Contraloría del D.F., protegió el saqueo y la corrupción de altos funcionarios de la secretaría de Transporte y Vialidad cuando fue jefe de gobierno capitalino.


Así es Andrés Manuel López Obrador, el político que quiere vender el avión presidencial cuando llegue a Los Pinos en el 2018, pero por mientras hoy en Durango, con su anuencia o sin ella, su partido Morena ya fue vendido al mejor postor por sus dirigentes estatales.

FUENTE: RAZA CERO.
AUTOR: FERNANDO MIRANDA SERVÍN.
FECHA: 15 MARZO 2016.
LINK: http://razacero.com/?p=5682