miércoles, 20 de enero de 2016

Moreira y el encubrimiento del PRI

+Todo mundo sabía, todo mundo calla

+Un emblema más de corrupción priista

Lo sabía Peña Nieto.

Lo sabía Videgaray.

Lo sabía el PRI.

Y nadie movió un dedo para castigar la corrupción de Humberto Moreira.

¿Por qué?

Por una razón innegable: es la corrupción el gen del PRI. Es uno de sus activos principales. Lo llevan en la sangre. Como signo. Como emblema. Como maldición para México.

Ya lo dijo el Presidente priista Peña: la corrupción es un asunto cultural.

¡No, señor! Será un asunto de cultura para los priistas. No generalice usted. Así como legiones de priistas pueden ser corruptos, millones de mexicanos ajenos al PRI son honestos. Trabajan con honradez. Rechazan las corruptelas. Pueden ver de frente.

Para Moreira, fue natural enriquecerse a costa del erario coahuilense.

Para Peña Nieto, es natural que su esposa La Gaviota y él mismo se enriquezcan brutalmente.

Para Videgaray, es natural comprar una casota financiada por un grupo empresarial al cual beneficiaron desde el Estado de México, primero, y luego desde Los Pinos. (Por cierto: el Vice-Garay aún no ha aclarado cómo obtuvo las obras de arte con las cuales, dice, acabó de pagar su mansión en Malinalco).

Para los priistas es natural llegar al poder para hacerse millonarios. No hay priista pobre. Ven a la política como una recompensa o una herencia para asegurar su futuro económico, y no para servir a México y librarlo de la corrupción. No es por ahí. El dinero es su divisa. Saquear es su doctrina.

Por eso se protegen entre ellos. Allí están los emblemas de la corrupción mexicana, priistas todos: Hank, Montiel, los Salinas, Yarrington, Moreira. La lista sería interminable.

Son ellos. Los priistas. No cambian. Ni cambiarán.

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Literal, todo mundo sabía de la galopante y escandalosa corrupción de Humberto Moreira en Coahuila. Sus abusos financieros fueron documentados y denunciados desde 2012. Nadie lo cuestionó. Ni Peña. Ni Videgaray. Ni el priismo coahuilense. Ni el PRI nacional. Muy al contrario: lo encubrieron, lo solaparon. Clásico entre el priato. Viva la impunidad.

Hoy, desde España nos dan otra lección: ellos sí detuvieron a Moreira. Ellos sí denuncian ante el mundo sus fraudes financieros. Ellos sí juzgan al pillo.

¿Y aquí? Peña calla. Videragary simula. Beltrones ofrece “apoyo jurídico”. Los priistas enmudecen.

Desde mediados de 2012, en mi libro Abuso del poder en México (Aguilar/Santillana. Cap. “Ellos, los priistas”. Apartado: “Los Moreira”), comprobamos y documentamos la forma como se dio, en gran parte, la desviación de recursos por parte de Moreira cuando fue Gobernador de Coahuila (2005-2011). Dichas pruebas fueron exhibidas ante la autoridad por parte de legisladores de oposición, pero nadie hizo nada. Ninguno hizo eco. Que el lector lea y juzgue.

Aquí, extractos de las pruebas presentadas en Abuso del poder en México sobre el caso Moreira. (Pgs. 146, 147, 148 y 149):
“4. Es el caso que, mediante Oficio No. SATEC/265/2011, de fecha 29 de marzo de 2011, el secretario ejecutivo del Sistema de Administración Tributaria del estado de Coahuila, Héctor Javier Villarreal Hernández, solicita en dicho oficio dirigido al titular de la Unidad de Coordinación con Entidades Federativas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, el registro de un préstamo por la cantidad de $2,000,000,000.00 (DOS MIL MILLONES DE PESOS /100 MN).
“En dicho escrito, según el Secretario Técnico del SATEC, señala que dicho préstamo fue autorizado por el Congreso del Estado de Coahuila mediante Decreto 476, publicado el mismo en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Coahuila el 14 de octubre de 2010.

“Sin embargo, al investigar dicho decreto así como la fecha de publicación, nos topamos con lo siguiente: En el Periódico Oficial del Estado fechado el 14 de octubre de 2010, NO APARECE, NO SE PUBLICÓ, NO EXISTE el decreto 476.

“5. De igual forma, según el Ejecutivo de Coahuila, el 12 de julio de 2010, se publicó el Decreto No. 318, supuestamente expedido por el Congreso de Coahuila, en el cual supuestamente se autoriza a pedir un crédito por $1,000 millones de pesos.

“Lo anterior, en virtud del oficio sin número fechado el día 14 de marzo de 2011, signado de nueva cuenta por el C. Héctor Javier Villarreal Hernández, en su carácter de Secretario Ejecutivo del Sistema de Administración Tributaria del Estado de Coahuila, se solicita el registro de deuda pública en base al decreto 318, decreto el cual, en base a la propia manifestación del Secretario del SATEC, fuera publicado el día 12 de julio de 2010.

“Sin embargo, de nueva cuenta, se falseó, alteró, mintió y defraudó al utilizar un decreto en el cual nunca se autorizó dicho crédito, ya que el decreto No. 318 fue emitido con la finalidad de designar al Contralor Interno del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Coahuila, de fecha 27 de agosto de 2010, decreto que fuera publicado el día 12 de octubre de 2010 en la edición número 82 del Periódico Oficial del Estado de Coahuila.

“El 12 de julio de 2010, no hubo publicación del Diario Oficial. Esto, según lo ha constatado el propio Periódico Oficial de Coahuila, ya que en su página de Internet se acredita que no existe publicación”.

Hasta aquí lo publicado en Abuso del poder en México.

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Hoy, Javier Villarreal, el brazo financiero de Moreira, está en una prisión en Estados Unidos. Tratado como un pillo. Allá sí. Aquí no.

Allí estaban las pruebas y denuncias presentadas y documentadas por la oposición desde Coahuila. Nadie les hizo caso. El gobierno de Peña Nieto cerró los ojos. No las quiso ver. Las ignoró.

Hoy por hoy, Humberto Moreira se erige como emblema de la corrupción priista en México. Otro más. A los ojos de España. A los ojos del mundo.

Y aquí, gobierno y partido priistas enmudecen. Por conveniencia, claro, jamás por vergüenza.


Son ellos, los priistas. No cambian. Ni cambiarán.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: MARTÍN MORENO (OPINIÓN/ANÁLISIS).
LINK: http://www.sinembargo.mx/opinion/20-01-2016/44576

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