domingo, 3 de enero de 2016

Legalización de la mariguana, experimento empresarial

MONTEVIDEO: “El ser humano siempre ha buscado estados alterados de la conciencia porque es un aventurero que camina por la tierra y por el espíritu”, sentencia Daniel Vidart, antropólogo uruguayo, escritor inagotable (su obra consta de más de 40 títulos) y quien a los 94 años publicó el resultado de una investigación de nueve meses, Marihuana, la flor del cáñamo. Un alegato contra el poder, clave en la discusión reciente sobre la despenalización de la cannabis en su país y en otros de Sudamérica.

Esa obra forma parte también de una nueva oleada de discusiones y políticas públicas que recorre el continente desde 2011. En Uruguay, Argentina, Chile, Brasil, México y Colombia se han ido adoptando distintas políticas y medidas para despenalizar el uso de la mariguana, sea para uso medicinal o recreativo, investigaciones científicas o uso industrial.

Vidart advierte en entrevista que esta nueva oleada constituye “los distintos retornos del hijo pródigo”, porque a lo largo de la historia “la cannabis padeció prohibiciones y restricciones en distintos tiempos y lugares, pero todas ellas fueron de carácter local y temporal. Siempre regresó. Y lo siguió haciendo, subrepticiamente, desafiando a la DEA y su caza de brujas en Estados Unidos y en el mundo”.

La etapa de prohibición contemporánea surgió de la Marihuana Tax Act (Ley de Tasación de la Mariguana), promulgada en 1937 por el entonces presidente estadunidense Franklin Delano Roosevelt; pero “su demonización siguió demostrando que existía un encarnizado infundio en los avisos y prevenciones que los medios masivos sembraron en la credulidad popular”, señala Vidart.

“La mariguana, pese a sus serviciales avisos, no pudo sacarse el sambenito que la mostraba como el enemigo público por excelencia”, destaca Vidart y subraya que ahora se vive una tendencia contraria, aunque no exenta de intentos de control de los usuarios, como argumenta en la misma entrevista Alicia Castilla, esposa de Vidart y promotora de la total despenalización del consumo de la planta.

Para Castilla, lo que está sucediendo en países como Uruguay, Chile o Colombia son intentos de “normalización controlada”, no de legalización ni despenalización plena, porque aún intentan mantener un registro de los usuarios, a quienes se les sigue viendo como “enfermos” que deben ser curados.


Fragmento del reportaje que se publica en la edición 2044 de la revista Proceso, ya en circulación.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: JENARO VILLAMIL.
LINK: http://www.proceso.com.mx/?p=425063

No hay comentarios:

Publicar un comentario