lunes, 7 de septiembre de 2015

Investiguen los hornos crematorios, piden expertos del caso Ayotzinapa al gobierno

Las condiciones de un horno crematorio son las más eficientes para incinerar un cuerpo ya que se construyen y diseñan con ese objetivo, señalaron.

Los expertos de la CIDH, que investigaron durante 6 meses la desaparición de 43 estudiantes, no sólo derrumbaron la “verdad histórica” de la PGR, dependencia que afirmó que los normalistas fueron incinerados en un basurero de Cocula, sino que llamaron a investigar el posible uso de hornos crematorios tras los hechos del 26 de septiembre en Iguala.

En el apartado de “recomendaciones vinculadas con la investigación y búsqueda del caso de Ayotzinapa”, pidieron al gobierno “examinar otros lugares compatibles con restos cremados”.

“En el contexto de evaluar todos los posibles destinos de los normalistas debido al hallazgo de un resto cremado identificado como correspondiente a uno de los normalistas desaparecidos, y a la necesidad de tener en cuenta todos los posibles destinos de los normalistas, investigar la existencia y posible uso de hornos de cremación en entidades públicas y privadas en los municipios de Iguala y Cocula, u otros que pudieran haber sido disponibles para los perpetradores para evaluar todas las circunstancias y una eventual vinculación con los hechos”, indicaron.

Para refutar la versión de la incineración en basurero de Cocula, señalaron que “en términos generales los datos muestran que para la incineración legal de un cuerpo adulto, en un horno crematorio, se necesitan entre 800o C- 1000o C por un periodo entre 90-120 minutos… El diseño de un horno crematorio no es simple. Los objetivos de diseño son el mantener una temperatura homogénea, el evacuar rápidamente los productos de degradación (mantener el horno ventilado) y de concentrar la energía de la combustión para obtener una elevada eficiencia. Es importante recalcar que la eficiencia está relacionada a la cantidad de combustible necesario para mantener la temperatura deseada por el periodo determinado. Un cuerpo humano de origen hispano contiene en promedio entre 65%-70% de agua, 20% de materia orgánica (principalmente grasas) y el resto corresponde a los huesos (10%-15%) (Ellis, 1997) por ende el vapor de agua y los productos de combustión tiene un efecto importante en la eficiencia de los quemadores de un horno de incineración. Por lo tanto la ventilación es esencial para mantener una combustión eficiente y homogénea. Los hornos se recubren de ladrillo refractario de baja densidad para que la superficie del ladrillo rápidamente se caliente a la temperatura de los gases convirtiendo toda la energía en radiación. Este material refractario permite entonces proporcionar al cadáver un flujo de calor homogéneo asegurando una cremación completa de la integridad del cuerpo”.

“Un cálculo simple para estimar la energía consumida por un horno crematorio durante 90 minutos de operación asumiendo una eficiencia ideal, muestra que es necesario quemar una cantidad de combustible equivalente a aproximadamente entre 200 y 400 kg de madera o entre 90 y 180 kg de neumáticos”, abundan.

En cuanto a la supuesta cremación de 43 cuerpos al aire libre, el perito José Torero dictaminó que “(e)n términos generales los datos muestran que para la incineración de un cuerpo de un adulto en un horno crematorio se necesitan entre 800-1000C por un periodo entre de 90 a 120 minutos”. Y señala que resulta claro que las condiciones de un horno crematorio son las más eficientes para incinerar un cuerpo ya que se construyen y diseñan con ese objetivo.


Sobre lo que presuntamente había ocurrido en el basurero de Cocula, expone que “asumiendo que la combustión no se extingue -algo que el perito dice que es muy probable, citando la bibliografía y señalando los restos de neumáticos a medio consumir que fotografió en el mismo basurero de Cocula, así como esas mismas evidencias recogidas por los servicios periciales de PGR y EEAF anteriormente- y una eficiencia del 1%, se puede calcular que, en estas condiciones de quemado, es necesario entre 20.000 y 40.000 Kg de madera o entre 9.000 y 18.000 kg de llantas para consumir un cuerpo”.

FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS
AUTOR: REDACCIÓN.

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