lunes, 10 de agosto de 2015

El desempleo en jóvenes en México duplica la tasa nacional; sólo 15% gana 6 mil al mes

Ciudad de México, 10 de agosto: Los jóvenes mexicanos enfrentan enormes retos en el presente y lo harán en el futuro. Más de una quinta parte de los mexicanos de entre 15 y 29 años de edad no estudian ni trabajan, frente a un promedio de 14 por ciento entre los 34 países agrupados en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Y de los jóvenes que han logrado insertarse al ámbito laboral, el 61.1 por ciento tienen un empleo informal –la mayoría de ellos con primaria inconclusa–, por lo tanto, cuentan con un bajo salario.

Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), basados en el año pasado, registran 29.9 millones de jóvenes de 15 a 29 años, monto que representa 24.9 por ciento de la población total. En el primer trimestre de 2015, la tasa de desempleo de los adolescentes de esa edad y de los jóvenes de 20 a 24 años fue de 8.6 y 8.3 por ciento, respectivamente.
El problema radica, de acuerdo con el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en una gran paradoja: mientras hay altos niveles de desempleo entre jóvenes, al mismo tiempo, existe un gran número de empleadores que afirma no encontrar gente con habilidades requeridas, con un estimado de alrededor de 40 por ciento de las vacantes que no consiguen cubrir.
Urgen, por lo tanto, egresados con conocimiento y competencias.
La educación es parte fundamental para el desarrollo de un país. Datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica  (ENADID) 2014 muestran que 33.8 por ciento de los jóvenes cuentan con educación media superior y 19.9 por ciento con educación superior.

El 1.2 por ciento no cuenta con instrucción o solo tiene el preescolar y 3 por ciento tiene primaria incompleta.

En los adolescentes, la proporción de aquellos que tienen una escolaridad menor a la primaria completa es de 3 por ciento, en tanto que 5.9 por ciento cuenta con primaria completa y 42.2 por ciento con algún grado de secundaria. Es en el grupo de 20 a 24 años en que hay una mayor frecuencia de jóvenes con educación superior (30 por ciento).

En México, la tasa de desocupación en los jóvenes durante el primer trimestre de 2015 fue de 7.4 por ciento, es decir, casi el doble a la tasa estimada a nivel nacional para la población de 15 y más años (4.2 por ciento).

Uno de los problemas que enfrenta la población joven al momento de buscar trabajo es la falta de experiencia laboral: 18.2 por ciento de los jóvenes desocupados no cuenta con esta experiencia.

Además, de los jóvenes que sí pertenecen a la población ocupada, sólo 15 por ciento tiene un salario superior a 6 mil pesos mensuales; más de 12.5 millones no alcanza percepciones superiores a tres salarios mínimos.
La inmensa mayoría está en la informalidad, con condiciones laborales precarias, sin estabilidad ni proyección. El 61.1 por ciento de los jóvenes ocupados tienen un empleo informal y se hace más notorio cuando su escolaridad es baja: 91.3 por ciento de los jóvenes ocupados con primaria incompleta se encuentra en esta situación, mientras los que cuentan con estudios medio superior y superior es de solo 44.2 por ciento.
La vulnerabilidad de la población que se ocupa de manera informal se manifiesta de muchas maneras. Una de ellas es el ingreso que perciben por su trabajo: la proporción de jóvenes que se ocupan de manera informal y que reciben hasta un salario mínimo es de 18.2 por ciento; uno de cada tres (33.5 por ciento) recibe más de uno y hasta dos salarios mínimos; mientras que uno de cada seis (16.4 por ciento) no reciben remuneración. En suma, estas tres categorías representan 68.1 por ciento de la población joven que se ocupa de manera informal.
La consecuencia, afirma este lunes el CCE, es que muchos son los que se incorporan a las filas de la delincuencia, como falsa salida de la marginación y falta de oportunidades.
En el marco del Día Internacional de la Juventud, que tiene lugar cada 12 de agosto, y hoy, que millones de jóvenes comienzan una carrera en la UNAM, el organismo documenta que entre los jóvenes que estudian, se acaba de reportar que más del 80 por ciento de los que salen del bachillerato tiene conocimientos reprobatorios en matemáticas, mientras que en comprensión de lectura ese dato es de 60 por ciento.

En cuanto a los egresados de las universidades, alrededor de 40 por ciento no consigue un trabajo, y más de un millón de estos profesionales están en la informalidad.

MEDIDAS DEL SECTOR EMPRESARIAL PARA JÓVENES 

En su mensaje semanal, el Consejo urge a consolidar e implementar a fondo políticas públicas viables y acciones coordinadas entre los tres niveles de gobierno, la iniciativa privada y la sociedad civil para impulsar el desarrollo de los jóvenes “y sean el factor de cambio que necesita nuestro país”.

Por parte de los empresarios, ejemplifica, se busca vincular la oferta educativa con la demanda laboral: existe un agudo desfase entre los conocimientos y competencias con que se prepara a la mayoría de los jóvenes y los perfiles que están buscando las empresas.


La Comisión de Educación del Sector Empresarial (CESE) está en marcha un esquema para promover el entrenamiento patrocinado por las empresas con programas de aprendices, alianzas con universidades y escuelas técnicas. Asimismo, una estrategia de desarrollo de capacitación homologada por sector.
Un punto fundamental, subraya el organismo, es la conformación de programas de formación dual bajo el modelo Técnico Superior Universitario, basado en competencias, con tiempos cortos de estudio de dos años y 70 por ciento dedicados a la práctica.
De acuerdo con el Consejo, más de la mitad de los jóvenes, al elegir profesión, no tiene claro qué disciplinas son las que tienen más demanda y mejores niveles salariales. Es necesario un sistema eficaz de orientación y entrenamiento vocacional.


Asimismo, promover una formación más temprana y focalizada de habilidades, que sirvan a las empresas y a los jóvenes al mismo tiempo.
Otro objetivo prioritario es el desarrollo de la currícula vocacional básica estandarizada, así como programas y centros de entrenamiento técnico a nivel local, enfocados a necesidades y oportunidades regionales.

De  igual forma, el Consejo promueve una iniciativa y legislación de Emprendurismo, con políticas de alcance nacional y en los estados. Incluye medidas diversas de alto impacto en el corto plazo.

A los estados, los llama a asignar un porcentaje de los recursos generados por el Impuesto sobre la Nómina para un “Fondo de Promoción e Impulso al Emprendedor”, que canalice recursos a través de las incubadoras. A la banca y organismos de fomento, nacional y estatales, les propone que creen un fondo y mecanismos para que se asocien en proyectos viables y rentables, como capital semilla, que permanezcan como socios en los primeros cinco años, para garantizar y consolidar el negocio.


FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: REDACCIÓN.
LINK: http://www.sinembargo.mx/10-08-2015/1444977.

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