lunes, 8 de junio de 2015

Cochinadas electorales

La certeza electoral no existe en México. Siempre hemos tenido esa sombra fétida y nauseabunda llamada: fraude. A veces con sus matices, otras más con la claridad que otorga un cristal.

El fraude es toda una institución mexicana. Y a pesar de tantos esfuerzos y dinero invertido en las dependencias electorales, nunca hemos logrado tener la certeza de unas elecciones limpias. A mis 52 años, jamás he conocido eso que llaman certidumbre electoral; nunca he tenido la seguridad, la confianza de que mi voto sería respetado.

Y en estas elecciones-2015 las cosas no han sido diferentes. La sombra del fraude se asomó anticipadamente a través de las tropelías cometidas por el Partido Verde y la complicidad de las autoridades electorales. En lugar de suspender el registro a este partido, lo que hicieron fue simular e imponerle ridículas multas que se pasó por el arco del triunfo.

Los partidos que ostentan el poder en los distintos estados han hecho gala de su mapachismo. Han aplicado todo tipo de trampas. El PRI en Nuevo León o el Estado de México, el PAN en Mixicali, Baja California o en Sonora, el PRD en Guerrero o el Distrito Federal. Se confirma que las instituciones más corruptas son los partidos políticos. Hartos de la partidocracia, no es de extrañar que solo voten tres de cada 10 mexicanos inscritos en el padrón electoral.

Lo que demostraron los partidos en estas elecciones es que, son capaces de hacer todo tipo de cochinadas electorales con tal de mantener el poder. Y para ello no escatimaron recursos. Algunos regalando teles, vales de despensa, tarjetas; otros abultando el padrón electoral, manipulado credenciales y marcando miles de boletas anticipadamente por su partido.

La suciedad de estas elecciones se anticipaba desde antes, tanto que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) atendió 15 mil juicios. Los partidos políticos, en particular PAN, PRI y PRD se van acusando de las mismas trampas. Unos y otros copian las estrategias del coyotaje más anquilosado del fraude electoral.

Es difícil encontrar en estas elecciones federales a nivel nacional y elecciones locales en 16 estados de México, un lugar donde no haya habido anomalías de todo tipo. Los cargos de elección popular: Diputados Federales, Gobernadores, Diputados locales, Presidentes Municilales y Jefes de Delegaciones, fueros puestos ofrecidos al mejor postor.

Se trata pues, de perpetuar la hegemonía del bipartidismo, en algunas ocasiones del tripartidismo. Los tres principales partidos olvidaron el significado de la palabra: decencia.

Y por si fuera poco el saldo humano de las campañas electorales es verdaderamente aterrador: 20 precandidatos o candidatos asesinados previo a las elecciones. Y decenas de lugares con violencia para boicotearlas con saldo de decenas de heridos.

En términos económicos, las cosas no son mejores: el financiamiento global de los partidos ascendió a 9 mil 312 millones de pesos. Es decir, seguimos sosteniendo a un buen número de zánganos en los partidos políticos que son como las cajas chicas de grupos, tribus e incluso familias. De ese dinero, ellos se embolsaron nada menos que mil 974 millones para las campañas federal y de las 17 elecciones locales.

El hartazgo que vivimos los ciudadanos fue monumental. Muchos pedíamos a gritos que ya se acabara esta tortura. En total se difundieron más de 37 millones 258 mil 274 promocionales en todo el país. No hay derecho ni a gastar lo que se gasta en este rubro, enriqueciendo a las televisoras particularmente, ni de someter a la sociedad a semejante bombardeo propagandístico.

Y ante este cochinero electoral, la institución que definitivamente ha quedado peor parada es el Instituto Nacional Electoral (INE) presidido por el racista e inefable Lorenzo Córdova, el hombre que oficializó los fraudes electorales de las elecciones del 2015.

Primero, permitiendo la entrega masiva de teles unos días antes de las elecciones. Luego ignorando las quejas contra el Partido Verde que representa los intereses del PRI a quien multó tardíamente de manera irrisoria a veces, castigándolo solo con un día sin anuncios, que por supuesto, no atendió.

Es evidente que al INE lo que menos le interesa es el buen desarrollo de las elecciones, tal vez por eso permitió que el partido de fútbol México-Brasil fuera uno de los grandes distractores del domingo electoral. Para que ir a votar si hay fútbol en la tele. El opio del pueblo perfecto. Finalmente el abstencionismo siempre beneficiará al poder en turno.

El INE ha fracasado. No ha cumplido con su deber de otorgar certidumbre a los electores. La gente mostró falta de confianza en la supuesta transparencia que debía ser el pan de cada día de esta institución caída en desgracia después de tantos errores. Habrá que disolverla y crear una nueva con otro nombre: IFE, INE… da igual, seguirá siendo una institución sin autonomía y dependiente de las órdenes del Presidente y del partido en el poder.

Los electores no creyeron en la palabra de los candidatos. Se evidenció el hartazgo a una clase política cínica y corrupta. La gente sabe que generalmente los políticos no han cumplido sus promesas, sabe que se van del poder con los bolsillos llenos después de tanto robar y que finalmente la impunidad los protegerá. Ser político es sinónimo de ser impune.

El análisis de las candidaturas independientes se muestra interesante. Habrá que esperar a que se asienten los resultados para ir comprendiendo las explicaciones que arrojaron los resultados de estas elecciones, unas elecciones manchadas por las trampas y los delitos, por el fraude, por el maldito fraude electoral. La pregunta es obligada:


¿Cuándo tendremos elecciones limpias en México?

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: SANJUANA MARTÍNEZ (OPINIÓN/ANÁLISIS).
LINK: http://www.sinembargo.mx/opinion/08-06-2015/35570.

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