jueves, 7 de mayo de 2015

Campañas de lodo

Grabaciones ilegales, acusaciones de corrupción, descalificaciones, spots con groserías y señalamientos de la vida personal de los candidatos… la campaña electoral del 2015 ha salpicado los comicios de este 7 de junio.

Lejos de las campañas de propuestas realistas y soluciones a los problemas ciudadanos, los candidatos a puestos de elección popular para los próximos comicios del 7 de junio se han enfrascado en una guerra sucia que parece ser el centro de sus esfuerzos.

El mensaje de los partidos es claro: no les importa solucionar las circunstancias adversas que señorean en el país, sino dejar claro que ellos son “menos peores” que sus adversarios.

A un mes de la elección, el proceso también se ha visto empañado por la violencia y amenazas que se han realizado a varios candidatos y que, incluso, ya cobró la vida de uno de ellos en Chilapa, Guerrero.

La tónica de la campaña electoral comenzó a mostrarse desde el primer día. Spots criticando las acciones de los oponentes, dieron cuenta de la forma en que se llevaría a cabo la guerra electoral del 2015.

A los ataques por acciones cometidas entre oponentes políticos, se sumó de forma importante la filtración de grabaciones y documentos que pusieron en entredicho la honorabilidad de varios candidatos.

A todo esto, se suma la negativa de la mayoría de los candidatos a participar en la iniciativa #3de3, para hacer transparentes sus declaraciones patrimoniales, de intereses y de impuestos.

Según expertos, la forma en que se ha desarrollado la campaña puede llevar a que la ciudadanía pierda aún más interés y crezcan los niveles de abstencionismo.

En elecciones intermedias, los niveles de abstencionismo son particularmente elevados.

En la elección de 1997, alcanzó el 57 por ciento de los votantes. En el 2003, fue de 41 por ciento. Y para el 2009, estuvo por encima del 44 por ciento.

Sin embargo, hay quien opina que las campañas negativas pueden ser una buena oportunidad para que el electorado conozca realmente quiénes son los candidatos y se evidencien actos de corrupción.

La batalla por los votos

Desde las #PRIngaderas hasta los #MochesDeLosMochos, la guerra sucia ha tenido varios capítulos en los 30 días que ha durado la campaña.

Todo comenzó con los spots donde el PAN reprochaba, con palabras altisonantes, el gusto de César Camacho por los relojes de miles de pesos, o las casas en el extranjero que han sido descubiertas a varios políticos del tricolor.

Tan inmediato como al día siguiente, el PRI respondió con las acusaciones sobre la exigencia de “moches” o diezmos por los que los panistas han sido acusados en varios municipios del país.

La mesa estaba puesta. Las dos principales fuerzas políticas marcarían el ritmo de la campaña política con ataques y pocas propuestas.

Según la consultora Integralia, el total de spots transmitidos en el proceso electoral del 2015 –que incluyen la precampaña, la intercampaña y la campaña- alcanzarían los 24 millones 205 mil.

Tan solo en la campaña, que arrancó el 5 de abril pasado, serían transmitidos 12.5 millones de anuncios.

A pesar del bombardeo de anuncios con críticas, canciones y algunas propuestas, el 66 por ciento del electorado del país considera que los spots no influyen en su decisión de voto, según una encuesta de Parametría.

En medio de los ataques de todos contra todos, ha sido el PVEM quien ha aprovechado más el tiempo al aire dando a conocer sus propuestas legislativas, lo que le ha valido avanzar en las encuestas de preferencia electoral.

Otro elemento que ha existido en este 2015 ha sido el espionaje.

A pesar de que en otros años se utilizó este recurso para denostar a los adversarios, este 2015 han sido repetidas las ocasiones en que se han escuchado grabaciones de los candidatos haciendo gestiones para favorecer negocios de personas cercanas o supuestamente recibiendo recursos para sus campañas.

Las filtraciones también han incluido documentos que han mostrado los privilegios de quienes gozan algunos cercanos al poder económico y político.

Así, los electores hemos conocido sobre los viajes en avión de Claudia Pavlovich y el “perdón” en el pago de impuestos a Javier Gándara, en Sonora; la “cooperación” que Francisco Domínguez, de Querétaro, y Carlos Mendoza Davis, de Baja California Sur, recibieron de alguien para su campaña; o el predio con el que lucró Roberto Loyola, en Querétaro.

En el primer mes de las campañas, el Instituto Nacional Electoral (INE) ha intervenido solo en el retiro de algunos spots y ha llamado a que los candidatos realicen una campaña de altura.

“Necesitamos un debate electoral tan franco como sea posible y tan ríspido como sea necesario, dentro de los marcos de la ley, para que la ciudadanía clarifique la oferta política de cada contendiente y emita su voto de manera informada”, ha dicho Lorenzo Córdova, el consejero presidente del INE.

Campañas sucias ¿positivas o negativas?

Para Francisco Guerrero, catedrático de la Universidad Anáhuac y exconsejero del extinto Instituto Federal Electoral (IFE), la campaña política ha sido hueca en sus con tenidos porque los candidatos han mostrado pocas propuestas y se han enfocado en los ataques.

“El eje central de la campaña son los spots, y más de la mitad de la gente ve en los spots solamente un torneo de ataques, de planteamientos generales, de guerra sucia bastante mecánica; pero la spotización lo único que ha generado es que sean campañas huecas.

 “No hemos visto una discusión seria sobre los graves problemas del país y me refiero a temas como el empleo, la inseguridad, la corrupción; y creo que en esos temas hay mucho ruido y pocas nueces”, expuso Guerrero, en entrevista.


Para el académico, las campañas de lodo son normales en todas las democracias del mundo, con la diferencia de que en México los electores no se sienten atraídos a ellas.

Los ciudadanos, comentó Guerrero, quisieran un debate de más profundidad y no campañas que son de mercadotecnia política y slogan, y no de ideas y propuestas.

“Los electores observan las críticas que se hacen entre los partidos políticos y terminan por concluir que todos son iguales, lo cual genera decepción y abstención”, insistió.

Guerrero detalló que algunas elecciones estatales podrían salvarse, como las de Nuevo León o Querétaro, donde los candidatos sí han debatido algunas propuestas valiosas para sus comunidades.

“Por supuesto que debe haber ataques, pero si el ataque no se complementa con una buena propuesta, simplemente es como ponerle el ventilador a una alberca de lodo”, sentenció.

‘Lo único que debe estar prohibido es la calumnia’

Luis Carlos Ugalde, exconsejero presidente del IFE y director de la consultora Integralia, tiene un punto de vista totalmente contrario.

Para Ugalde, el tono negativo de las campañas es necesario y positivo, y un terreno en donde todo se vale, excepto una cosa.

“Lo único que debe estar prohibido es la calumnia (que) debe estar fuera de cualquier ámbito de la vida pública y privada en cualquier país. Debe prohibirse, porque es una mentira, es adjudicar un delito a alguien que no lo cometió. Fuera de la calumnia se debe permitir todo.

“Puedes hacer juicios, puedes acusar, puedes decir ‘este es un peligro para México’ por supuesto. Pero lo que no se vale es inventar delitos no cometidos. Ese es el único limitante”, afirmó.


En el caso de las filtraciones con grabaciones o documentos obtenidos mediante el espionaje, Ugalde consideró que el valor de los mensajes no puede desdeñarse por la forma en que se obtuvieron.

FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: IMELDA GARCÍA.

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