domingo, 19 de abril de 2015

Conade, el regalo de Presidencia a un hombre manchado de sangre

Quien acaba de ser instalado por el Ejecutivo federal en la presidencia de la Conade llega con las manos manchadas de sangre. Trabajo sucio el suyo en Michoacán –encumbrar, usar y luego traicionar a los grupos de autodefensa; pactar incluso con facciones delincuenciales y realizar ataques descontrolados–, Alfredo Castillo se acomoda en ese organismo con un discurso rosa sobre las bondades del deporte y la importancia de fomentarlo entre niños y jóvenes. Pese a su sangrienta gestión como comisionado en Michoacán –y sin tener ninguna experiencia en la administración deportiva– Enrique Peña Nieto le regala el puesto de mayor responsabilidad en el sector.

MÉXICO, D.F: Desde hace años Alfredo Castillo Cervantes soñaba con dirigir la Conade. Para lograrlo tuvo que esperar a que muriera el cacique del deporte nacional, Mario Vázquez Raña, a quien al inicio del sexenio el presidente Enrique Peña Nieto le concedió el derecho de nombrar a Jesús Mena director del organismo.

La noche del jueves 16, nueve semanas después de que Vázquez Raña falleciera, el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Emilio Chuayffet, anunció el nombramiento de Castillo y la destitución de Mena.

De hecho, un día después de que fuera cesado como comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral en Michoacán (22 de enero) el nombre de Alfredo Castillo comenzó a ser mencionado como sustituto de Mena. Pero fue hasta la primera semana de febrero, tras el deceso del presidente del Comité Olímpico Mexicano, cuando los rumores se multiplicaron, alimentados por colaboradores y amigos del abogado.

Desde que Peña Nieto era presidente electo Castillo le compartió su interés por dirigir la Conade. En una entrevista con el reportero especializado en tenis Alejandro Álvarez, realizada el 16 de mayo de 2014, el exprocurador mexiquense se confesó. Sin pregunta de por medio y después de una conversación sobre tenis, el entonces comisionado en Michoacán dijo:

“No es un secreto. Te puedo decir que cuando el presidente Peña ganó, la primera vez que yo tuve la oportunidad de platicar con él, ya como presidente electo, de manera privada alguna vez me dijo: ‘¿Qué (cargo) te gustaría?’ Y todos (siempre) contestamos lo mismo: ‘Lo que usted diga, señor presidente, donde usted considere que lo puedo apoyar mejor, señor presidente, donde usted considere’. Y el presidente me dice: ‘Está bien, está bien, pero dime qué quieres, ¿algo público, algo privado?, ¿como qué te gustaría? No estoy diciendo que lo que tú me digas es ahí que te voy a poner. Te estoy preguntando qué te gustaría’. ‘No, no, señor presidente, lo que usted me diga’.

“Hasta que lo saqué de quicio. ‘Ya te dije que no te voy a poner necesariamente donde tú me digas, simplemente quiero saber qué es lo que tú piensas’. Te digo que el presidente es así. Y le digo: ‘Bueno, ya si se trata de escoger lo que yo quiera, mándeme a la Conade’. Yo creo que ése es un tema que al presidente le llamó mucho la atención y creo que el presidente de una u otra manera lo sabe.”

La charla –disponible en www.youtube.com/watch?v=dSLJo3ke_LA– ocurrió cuando Castillo llevaba cuatro meses de comisionado. Se realizó en las instalaciones del club Tres Marías, en Morelia, después de que el servidor público disputara un partido de tenis.


(Fragmento del reportaje que se publica en la revista Proceso 2007, ya en circulación)

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: RAÚL OCHOA Y BEATRIZ PEREYRA

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