jueves, 5 de marzo de 2015

Caen y caen capos pero, ¿y su dinero? “Sólo son golpes de efecto”, dicen los analistas

Ciudad de México, 4 mar: Joaquín “El Chapo” Guzmán, el líder del cártel de Sinaloa, se trató de escapar por los túneles subterráneos de drenaje de la ciudad de Mazatlán. Servando Gómez, “La Tuta”, de Los Caballeros Templarios, usaba como escondite cuevas remotas en la sierra.

Al final, los dos capos mexicanos fueron encontrados en el último año y hoy le llegó también la hora a Omar Treviño Morales, el “Z-42″, cabeza visible de Los Zetas, arrestado en el estado norteño de Nuevo León.

¿Suficiente para terminar con el imperio de terror, dinero e influencias del crimen organizado en México? Algunos lo ponen en duda.


“La delincuencia organizada, en especial el narcotráfico, actúa como un corporativo. El ‘Z-42′ era uno de los cinco mandos más fuertes de Los Zetas pero desaparece él y en automático asume otro”, dijo a dpa Emilio Vizarretea, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En los dos años de gobierno de Enrique Peña Nieto, diez grandes capos de las organizaciones más poderosas o más violentas de México fueron apresados o encontraron la muerte en operativos federales. “La Tuta” cayó apenas el viernes pasado, hoy fue detenido Treviño.

Para el especialista Edgardo Buscaglia, son sólo golpes de efecto. Los gobiernos mexicanos detienen a “más y más capos y las mafias crecen más y más” porque no se confisca el dinero de las mafias que alimentan la corrupción política, cuestionó en su cuenta de Twitter.

Desde que asumió Peña Nieto como sucesor del conservador Felipe Calderón (2006-2012), el primero en caer preso fue en julio de 2013 Miguel Ángel Treviño Morales, el “Z-40″, el sanguinario jefe de Los Zetas apodado también “El Judas”.

También se acabó la leyenda de Nazario Moreno González, “El más loco”, el jefe de Los Caballeros Templarios que adoctrinaba con la Biblia en la mano a sus secuaces en Michoacán y que pereció en marzo del año pasado en un operativo.

Otros de los arrestados fueron Vicente Carrillo Fuentes, el “Viceroy”, de la dinastía histórica que comandó el cártel de Juárez, y se detuvo, entre otros, a Héctor Beltrán Leyva, conocido como “El H”.

A cambio hizo su aparición sangrienta en escena el cártel Guerreros Unidos, acusado de haber asesinado e incinerado a 43 estudiantes de una escuela rural del magisterio de Ayotzinapa en alianza con policías.

En cuanto a nombres Peña Nieto puede estar contento. Pero, igual que con Calderón, el desmantelamiento de las estructuras operativas y financieras de los cárteles no parece ir al mismo ritmo que la captura de líderes.


“Obviamente, la detención de La Tuta y del Z-42 en la última semana generan una buena impresión. Son buenos resultados, no lo podemos escatimar, pero no es su suficiente”, dijo Vizarretea.

En su opinión, ha habido mejor coordinación y logros en materia de inteligencia en la región del norte del país, donde actúan Los Zetas, que en la zona del Pacífico y sur.

La estrategia de Calderón “era muy dispersa, muy genérica y aquí pareciera ser que se precisaron los objetivos”, dijo Vizarretea, pero “se necesita bajar al segundo nivel y nos estamos quedando con la parte superior, con los liderazgos”.

Además, “aunque se ha estado trabajando el asunto de las operaciones financieras y de la logística de estos grupos, todavía no se entra realmente a tomarlo de manera simultánea, que sería lo más eficaz”, indicó.

En su opinión, una estrategia desde varios ángulos tendría más impacto incluso en la opinión pública, ya que “se están generando ciertas críticas, cierta suspicacia de que se estuvieran dejando cabos sueltos que llevaran a no erradicar completamente” las operaciones de estos grupos.

Mientras tanto, José Reveles experto en temas de narcotráfico afirmó a EFE que estas detenciones “no sirven para nada porque al final el negocio sigue, no importa quién esté al frente”.

Si el Gobierno no hace el “resto de la tarea” en contra de los cárteles, es decir, atacar el tema monetario, “quitarle los millones, la complicidad de los municipios y las armas”, no se logrará avanzar contra este mal, agregó.

En opinión del académico y también especialista en temas de Seguridad, Javier Oliva, este es “el gran talón de aquiles, que no se ataque el dinero”.


“Resulta inexplicable que no se avance mucho en esa lógica”, apuntó, pues “en cualquier parte del mundo”, mientras no persigas el lavado de dinero esto va a seguir continuando.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: REDACCIÓN/ Andrea Sosa Cabrios y Paula Escalada Medrano.
LINK: http://www.sinembargo.mx/04-03-2015/1270845.

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