lunes, 16 de febrero de 2015

Una familia con ‘suerte’

Durante años, los Aguirre tuvieron en Guerrero las arcas abiertas. Con la detención de dos familiares del gobernador con licencia Ángel Aguirre acusados de desvío de recursos, su ‘buena suerte’ parece estar cambiando.

A diferencia de hace cuatro meses cuando aseguró que su conciencia estaba tranquila, hoy Ángel Aguirre Rivero difícilmente duerme en paz.

El cerco que rodea al gobernador con licencia de Guerrero se cierra cada vez más. 

Primero, la presión mediática por la desaparición de los 43 estudiantes normalistas lo obliga a pedir licencia a la gubernatura de Guerrero.

Después, la captura de dos familiares y un exfuncionario de su administración -acusados operaciones con recursos de procedencia ilícita- lo orilla a renunciar al PRD.

“Yo lo dejo bien claro, tengo mis manos limpias no tengo nada de que avergonzarme, ni mi familia, ni mis hijos, ni mi esposa”, dijo Aguirre Rivero en octubre del 2014, días antes de pedir licencia a su cargo.

El martes de la semana pasada, su hermano, Carlos Mateo Aguirre Rivero, y su sobrino Luis Ángel Aguirre Pérez fueron aprehendidos señalados de desviar 287 millones 12 mil 594 pesos del erario local y federal.

Pero no son los únicos familiares del gobernador con licencia que están bajo la lupa. Y es que las posibilidades de que algún pariente de Aguirre Rivero resulte implicado en algún asunto político en Guerrero son amplias.

En noviembre del 2011, SinEmbargo publicó una investigación en la que reveló que durante su administración Aguirre Rivero tuvo 38 familiares directos en la nómina del Gobierno del Estado de Guerrero, entre hermanos, tíos, primos y sobrinos, sin considerar a algunos cuñados. 

“De estos familiares, 13 son encargados de manejar y recaudar recursos públicos de forma directa. Tan solo los 38 familiares directos del gobernador Aguirre (…) le cuestan a la entidad –y directamente a los guerrerenses– un total de 1 millón 110 mil 643.22 pesos mensuales. Esto sin contar prestaciones como aguinaldos, bonos, vales de despensa y gasolina, entre otros”, refirió el reportaje.

Pero entre toda esa genealogía política de Aguirre Rivera hay un nombre que resalta. El de Ernesto Aguirre Gutiérrez.

Desde hace años, el sobrino del ahora exmilitante del PRD ha sido mencionado como el verdadero encargado de llevar las riendas del gobierno en Guerrero. 

Aguirre Gutiérrez pavimentó el camino a esa posición desde que era subdelegado del ISSSTE, de donde salió acusado de desviar recursos millonarios para respaldar la campaña de Ángel Aguirre Herrera, hijo del gobernador con licencia. 

 “Trabajadores sindicalizados del ISSSTE denunciaron al subdelegado de Prestaciones, Jesús Ernesto Aguirre Gutiérrez, de desviar recursos millonarios de la institución para respaldar la campaña de su primo hermano, Ángel Aguirre Herrera, candidato del PRI a diputado federal por el distrito 8 de Costa Chica”, reveló La Jornada en mayo del 2009.

Pese a eso, Aguirre Rivero lo nombró Coordinador de Proyectos Estratégicos durante su administración, aunque en mayo del 2012, fue despedido junto con otras nueve personas, señaladas de estar en su Gobierno del Estado como una muestra de nepotismo.

Sin embargo, Aguirre Gutiérrez permaneció como “asesor externo” del entonces gobernador. 

Era él quien tomaba decisiones a nombre de su tío y por encima de los secretarios del gabinete.

Cuando se conoció de la existencia de las autodefensas en Guerrero, no fue Aguirre Rivero quien salió a negociar con los civiles armados. Fue Aguirre Gutiérrez quien se reunió con los inconformes.

Lo mismo sucedió luego de la tragedia de Iguala. Fue el sobrino del ahora gobernador con licencia quien encabezó las reuniones entre funcionarios y estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa.

Se dijo que Aguirre Gutiérrez mantuvo su sueldo, sus oficinas en Casa Guerrero, y que además disponía de personal a su mando, además de vehículos blindados del gobierno estatal.

El hijo desobediente

En medio de la tormenta que se vive en el seno de la familia Aguirre, Ángel Aguirre Herrera -hijo del gobernador con licencia Ángel Aguirre Rivero- no declinará a sus aspiraciones como precandidato del PRD a la alcaldía de Acapulco, dijo Bulmaro Cabrera, líder de la corriente Izquierda Progresista por Guerrero (IPG).

A pesar de la renuncia de Aguirre Rivero al partido del sol azteca, el también secretario del Comité Municipal del PRD aseguró que eso no tiene por qué afectar a su hijo.

“Hasta ahorita Ángel Aguirre Herrera está dentro de la vida orgánica del partido y también en sus aspiraciones políticas”, sostuvo.

Días antes, el senador Miguel Barbosa había dicho que la candidatura de Aguirre Herrera debía descartarse.

“Yo no veo al hijo de candidato en ningún lado dentro del PRD, los Aguirre en Guerrero ya no tienen partido. Eso sí me parecería equivocado ante este escenario, que el hijo de Ángel Aguirre apareciera de candidato del partido en este momento”, acotó el coordinador del PRD en la Cámara Alta.

Nexo con el narco

A principios de octubre del 2014, la aparición de al menos tres mantas dirigidas en las que se acusaba al gobernador Ángel Aguirre Rivero de presuntos nexos con la delincuencia organizada fueron colocadas en estratégicos puntos de Acapulco. 

“Sr. Presidente Peña Nieto ya la ciudadanía Acapulqueña ya estamos artos (sic) de tanta delincuencia  que se vive en el pueblo gracias a Víctor Aguirre alias ‘El Feo’ apoyado por su primo el gobernador Ángel Aguirre Rivero quien lo apoya”, se leía en una de ellas.

Otro de los mensajes advertía que solo Aguirre Rivero podía detener a los cárteles locales.

“Solo tú vas a detener la guerra deteniendo a tu primo Víctor Aguirre; de no ser así, esta guerra seguirá”.


Aguirre Rivero negó cualquier vínculo con la delincuencia y aseguró que su gobierno la combatió desde el primer día.

Ya en el 2009 se había exhibido la presunta relación familiar entre “El Feo” -un expolicía federal que estuvo preso por narcotráfico- y Aguirre Rivero.

En aquella ocasión, dos mantas fueron colocadas en distintos puntos de Acapulco.

El mensaje señalaba que Víctor Aguirre, estando preso, gozaba de protección oficial y fue señalado de controlar la venta de droga al interior de la cárcel de Las Cruces.

Dos años después, en enero del 2011, el gobernador con licencia volvió a ser vinculado con el narcotráfico.

Aguirre Rivero era candidato de la izquierda a la gubernatura, y a tres días de la elección, fueron colocadas dos narcomantas en el puerto. El nombre de Víctor Aguirre volvió a aparecer.

Días después, un comando rafagueó tres residencias ubicadas en el fraccionamiento Las Playas, una de ellas marcada con el número 71 y la leyenda “Casa Aguirre”.


De acuerdo a una nota de Proceso, el inmueble era propiedad de Rafael Aguirre Añorve, primo de Aguirre Rivero.

FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: CAROLINA HERNÁNDEZ.

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