miércoles, 18 de febrero de 2015

El “peligroso” cartel de Regina Gómez Dantés frente a la embajada de EU

MÉXICO, D.F: “No se puede quedar aquí señora, su vida corre peligro”, dijo amablemente un policía del Distrito Federal a Regina Gómez Dantés, la madrugada del pasado viernes. Ante la mirada incrédula de la mujer, el uniformado precisó: “Un coche la puede atropellar o alguien que no está de acuerdo con usted le puede hacer algo”.

La mujer de 55 años y cuerpo delgado estaba sola frente a la embajada de Estados Unidos en México, ubicada sobre el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México.

En sus manos sostenía una cartulina, cuyo mensaje repudiaba el asesinato del mexicano Antonio Zambrano Montes a manos de la policía de Pasco, en Washington, el pasado martes 10.

Tres días después, el lunes por la madrugada, la mujer volvió al mismo sitio, con el mismo cartel. “¿Llamó a más gente? ¿Van a venir más?”, le preguntaron preocupados los policías.

Ella los miró a través de sus lentes y les contestó: “No, soy ciudadana mexicana y estoy expresando mi opinión sobre lo que pasó en Estados Unidos, que se me hace bestial”.

Gómez Dantés, quien se definió como “la reaccionaria” de su familia por su forma de vivir, vestirse, hablar –se le escapa el “o sea” a cada rato– y por entregar su “voto útil” al candidato presidencial Vicente Fox en 2000, aseveró que se plantó ahí para “sacar todo de mi sistema: el cinismo, la impunidad, la corrupción… Quizá la edad me hace más sensible”.

También regresó este martes con dos banderas de México colgadas en su espalda como símbolo de que “en este lugar se necesita ayuda”.

Pero a diferencia del viernes, esta vez un pequeño grupo de granaderos la rodeó. Su jefe, “muy alterado”, le dijo que no podía estar ahí. Ella les exigió presentar un reglamento, un código o cualquier documento que se lo prohibiera.

El jefe perdió la paciencia, así que cuatro mujeres –una “muy agresiva”– la obligaron a trasladarse hacia la banqueta central de la avenida, poniendo un carril de automóviles y una ciclovía entre ella y el edificio sede en México de la mayor potencia mundial.

La cartulina de Regina Gómez tenía dos consignas, una de cada lado. La primera, en español, decía: “¡Qué vergüenza Enrique Peña Nieto, (canciller José Antonio) Meade, a todos ustedes! No saben pelear por los paisanos. Ambos gobiernos facilitan todo a los familiares. Pero el asesinato ha quedado sin consecuencia. ¿Y los otros 69? Beasts, brainless, murderers (Bestias, sin cerebros, asesinos)”.

La otra, en inglés, planteó: “Ustedes son asesinos, bestias. Obama: te estás poniendo ciego y eso te hace cómplice. Más de 70 mexicanos asesinados por la policía estadunidense. Ni uno de ellos ha sido arrestado, juzgado, sentenciado, multado, suspendido. Hubiera sido un ciudadano estadunidense asesinado por un policía mexicano en plena luz del día, ustedes hubieran enviado su ejército entero”.

Impulsiva

Cuando vio el video del asesinato de Zambrano Montes el pasado jueves, casi no pudo dormir. “Me dije: ¡Órale, vámonos! Y a las seis estaba aquí”, recordó con tono rápido, Regina “Impulsiva” Gómez, como ella misma se presentó.

El viernes, el lunes y hoy permaneció frente a la embajada de las seis a las diez de la mañana. Si bien pasaron miles de personas por este tramo de la avenida, ni ella ni su cartel recibieron gran atención. Sólo algunos le mostraron señales de apoyo y de aprobación.

Hoy un joven con traje, camisa y corbata “a la súper moda”, no mayor de 23 años de edad y con el cabello levantado, le gritó: “¿No tiene más que hacer, señora?”. La policía a su lado aprovechó el evento: “Hágale caso al joven”.

Ella respondió: “Es muy triste que al joven, que a lo mejor mañana va a estar en el gobierno, o (se ríe) en la Cancillería como embajador, le valga gorro el asesinato de un mexicano en otro país. ¡Está joven! Muy respetable su opinión, pero me entristece”, explicó.

Regina se dijo indignada por la reacción del gobierno mexicano quien el mismo jueves condenó el asesinato “de manera enérgica” –aunque en un comunicado– y propuso ayuda a la familia de la víctima.

“Cumplió con los mexicanos como si fuera un trámite. ‘Vamos a decir que condenamos’, y ya. O sea, no hace nada. Ante un asesinato, hacen una condena enérgica. Es todo”, lamentó.

–¿Qué hubiera sido preferible?

–Podrían ir a la ONU, ante la corte de La Haya, llamar a otros países para condenar, ¿no? Si el asesinato hubiera sido en México a plena luz del día, hubieran llamado a todo el mundo para decir que México es un país bárbaro, salvaje.

Estela del cansancio

El video en el que los policías de Pasco dispararon a muerte a Zambrano sorprendió a Regina Gómez en medio de otra iniciativa: desde hace dos semanas, todos los días se despierta a las 05:30 de la madrugada –excepto miércoles y fin de semana–, para ir de su domicilio en Mixcoac hasta la Estela de Luz, frente a las rejas del Bosque de Chapultepec.

En ese lugar saca un rotafolios de 25 fojas en el que escribe “todo lo que me tiene hasta aquí del país, del gobierno, de los mexicanos: la corrupción, la impunidad, la falta de justicia para los pobres o un metal mal cortado en la banca que hace que ¡Bolas!, me caigo”, explicó.


Ahora Regina Gómez se enfrenta a un dilema entre su rotafolios y su cartel. “Estoy pensando en ir dos días allá, dos días acá”, dijo pensativa.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: MATHIEU TOURLIERE (REPORTAJE ESPECIAL).

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