viernes, 13 de febrero de 2015

Aguirre es un priista más, y fue protegido siempre desde el poder, coinciden analistas

En 2011, Ángel Heladio Aguirre Rivero renunció al Partido Revolucionario Institucional (PRI) para ser candidato a la gubernatura de Guerrero por el el Partido de la Revolución Democrática (PRD); no obstante, nunca dejó comulgar con las élites priistas de la entidad y del país, aseguraron especialistas y activistas consultados por SinEmbargo.

El ahora Gobernador con licencia, renunció al PRI una semana después de aceptar la candidatura para contender por el Sol Azteca, pero se mantuvo –ya como Gobernador– muy cerca del círculo de otro priista: Rubén Figueroa Alcocer, otro ex mandatario de esa entidad.


Aunque siempre fue arropado por el poder, la desaparición de 43 alumnos de la Escuela Normal Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, Guerrero, el 26 de septiembre en Iguala, terminaron por debilitarlo, por lo que el PRI ahora puede utilizarlo para desviar la atención, coincidieron analistas.
“Quizás siempre trabajó por debajo del agua para el PRI estando en el PRD”, contestó José Antonio Crespo Mendoza, politólogo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), a SinEmbargo tras preguntarle si ahora, luego de su renuncia al Sol Azteca, Aguirre Rivero podría llevarse su poder político al partido que hoy controla el gobierno federal.
Si Aguirre Rivero opera a la sombra en estas elecciones para el PRI en Guerrero a cambio de impunidad, y por salir lo “menos raspado posible”, también tendría que hacerlo con el control de algunos grupos, expuso.

“Con capital político de prestigio no, control político de algunos grupos sí, quizás. No sé hasta dónde le irá alcanzar para mantener la impunidad de los suyos”, dijo Crespo Mendoza.

Y es que el PRI, al que perteneció hasta hace cuatro años, tiene en la mira a su familia; quizás, plantearon expertos, para utilizarlo como un distractor por el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala y, ¿por qué no?, de los escándalos de las casas de Enrique Peña Nieto y su esposa, y los influyentes políticos ligados al PRI que tienen cuentas millonarias en suiza.

“Aguirre siempre ha sido del PRI, como no le dieron la candidatura se cambió al PRD, pero siempre ha sido del grupo de Rubén Figueroa. La lectura que yo veo es que hay que entender que lo de la familia [Carlos Mateo Aguirre Rivero y Luis Ángel Aguirre Pérez, hermano y sobrino del Gobernador de Guerrero con licencia acusados y arrestados esta semana por el desvío de 287 millones de pesos] es que a partir de la crisis que enfrenta el gobierno de Enrique Peña Nieto, porque por más que juran tener la verdad histórica y tratan de calmar las cosas, eso no desaparece, no aminora, los papás siguen reclamando, van al extranjero. El golpe contra Aguirre sería una forma de desviar la atención”, explicó Telésforo Nava Vázquez, investigador y experto en la izquierda mexicana de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Si la investigación del gobierno federal va en serio, Ángel Aguirre debe ser el próximo en la lista para ser investigado y arrestado, opinó Virgilio Bravo Peralta, director del Centro de Negociación, Mediación, Conciliación y Arbitraje (CENCA), del Instituto Internacional de Estudios de Derecho y Jurisprudencia (IIEDJ).

“Como Gobernador conoció todos los intereses políticos y de la delincuencia organizada. De la misma guerrilla que siempre ha sido tema en Guerrero. Esta renuncia al PRD implicaría algún tipo de negociación o pacto, porque él está en la lista a investigar en el asunto de los 43, que no se puede detener, tiene que haber implicaciones políticas”, explicó.

De esta forma parece vislumbrarse el final de un político que hasta hace unos meses era aparentemente intocable y que hoy, no representa mayor capital que “salvar su pellejo, negociar o pactar con información privilegiada o delicada sobre lo que está sucediendo en el estado”, detalló el experto.

Ivonne Acuña Murillo, profesora del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, coincidió con la anterior opinión, y agregó que el escándalo alrededor de la familia de Aguirre parece conveniente para el PRI.

“Vamos a ver si este escándalo sirve para desviar la atención de otros asuntos que siguen sin resolver. El PRI está moviendo sus fichas para que la atención se fije en otra parte y no en los escándalos de Ayotzinapa y las casas blancas. Tenemos que esperar aún cómo se va moviendo esto”, expuso.

Para los expertos consultados, Aguirre Rivero –una vez fuera del PRD– puede trabajar para “dividir más” lo que ya es “un cascarón en Guerrero”. De esa forma puede negociar su impunidad.

Ayer Carlos Navarrete Ruiz, dirigente nacional del Sol Azteca, aseguró que el partido “está libre de polvo y paja” del escándalo de corrupción en Guerrero en torno a la familia del ex Gobernador Ángel Aguirre.

“Es que el PRD está libre de polvo y paja”, contestó; “las corresponsabilidades penales tienen la instancias para proceder”, dijo sobre la responsabilidad del partido en torno al escándalo de la familia Aguirre.

Sobre la renuncia de Aguirre Rivero al partido, Navarrete Ruiz dijo que la dirigencia no la solicitó y que él se enteró ayer a las 10 de la noche de la carta de renuncia.

El dirigente dijo algo más: que el ex Gobernador ya “no contaba como factor partidario”, a pesar de la denuncia pública que realizó el Senador Armando Ríos Piter hace unas semanas sobre la influencia de Ángel Aguirre en las elecciones de Guerrero.


UN PERREDISTA MUY PRIISTA

Hablar de la carrera política del ex Gobernador de Guerrero sin recurrir a su mentor, Rubén Figueroa Alcocer, el autor de la masacre de Aguas Blancas en 1995, es no entender su empoderamiento en la entidad. Todo lo que es Aguirre se lo debe a la familia Figueroa. De eso nadie duda.
“Decir en Guerrero que Aguirre Rivero es un gobernante de izquierda, es ofender la inteligencia del pueblo”, dijo Abel Barrera Hernández, director del Centro de Derechos Humanos Tlachinollan.
De hecho, la noche del viernes 13 de septiembre de 2013, el ahora ex Gobernador organizó una cena con sus amigos para conmemorar “el bicentenario del Primer Congreso de Anáhuac y los Sentimientos de la Nación”.

Fue la misma noche en que la tormenta “Manuel” golpeó el estado de Guerrero y cientos de pueblos y comunidades quedaron incomunicadas, al tiempo que decenas de personas murieron.

Pero en la cena estaban los amigos de siempre, los viejos amigos “de partido”: los que habían llegado a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) apenas unos meses antes junto con Rosario Robles Berlanga, el Alcalde de Chilpancingo, Mario Moreno Arcos; el Jefe de Oficina de la Secretaría de Desarrollo Social, Ramón Sosamontes Herrera Moro, un ex perredista vinculado a los videoescándalos. Mientras que el presidente de la Comisión de Gobierno en el Congreso local, Bernardo Ortega Jiménez, se sentó junto al ex Gobernador René Juárez Cisneros.

Y en el centro de la mesa principal estaba ni más ni menos que Rubén Figueroa Alcocer, el ex Gobernador del PRI que ordenó la matanza de Aguas Blancas.

Ángel Aguirre tiene bien echadas sus raíces en el PRI de la vieja guardia. En ese Revolucionario Institucional de los años 80 y 90, en el que el signo fue la represión.

Entre 1981 y 1987, Aguirre fue secretario particular y Secretario de Gobierno del ex Gobernador Alejandro Cervantes Delgado. Con José Francisco Ruiz Massieu, fungió como Secretario de Desarrollo Económico y después como Coordinador del Programa Nacional de Solidaridad en la Costa Chica.


Pese a que cuando él ejerció como político priista, el PRD denunció múltiples asesinatos y desaparición de sus militantes, “Los Chuchos” –tribu que controla desde 2008 esa fuerza política– no tuvieron empacho en lanzarlo como candidato a Gobernador por el Sol Azteca.
“Lo que pasó con el PRD es una cuestión de oportunismo, de coyunturas electorales, decir que hay un proyecto político de izquierda es una vacilada. No hay proyecto, no hay claridad ideológica, es montarse a la silla y gobernar para seguir fortaleciendo grupos de poder, cacicazgos, intereses, aliarse con poderes fácticos que están dañando la vida de la población. Decir que estamos hablando de un gobierno perredista, es pensar que la gente es ingenua, que no está viendo la realidad, que estamos ante gobiernos que se han coludido con grupos de la delincuencia y que hoy estamos viendo las consecuencias”, dijo Abel Barrera.
En la sangre de Ángel Aguirre no corre una sola célula de izquierda. De hecho, el Gobernador de Guerrero fue y es priista de “hueso colorado”. Cuando su amigo Rubén Figueroa fue destituido por masacrar a los campesinos de Aguas Blancas, el PRI vio en Aguirre al sustituto. Ese fue su primer periodo como mandatario entre 1996-1999.

Como su amigo Figueroa, en la sangre de Aguirre también corre el gusto por la represión.

Paradójicamente fue el PRD el partido que en 2006 interpuso una demanda ante la Procuraduría General de Justicia del Estado contra Angel Aguirre Rivero, quien era Diputado federal por el PRI y René Juárez Cisneros, el mismo que compartía la cena en septiembre de 2013, cuando azotó a la entidad la tormenta “Manuel”.

Guillermo Sánchez Nava, secretario general del sol azteca en Guerrero en 2006, dijo que Juárez Cisneros entregó en octubre de 2003 cheques de diferentes a diputados federales, entre ellos a Angel Aguirre.

Unos años después lo olvidaron y llevaron a la gubernatura de Guerrero a quien el 2 de diciembre de 2011 desalojó la Autopista del Sol con violencia y cobró la vida de dos estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, la misma institución que ahora llora por sus 43 desaparecidos normalistas.

Durante su gobierno, Ángel Aguirre dio golpes certeros a las policías comunitarias que luchan por sobrevivir a las balas del narcotráfico, y también del Estado.


Mario Campos, párroco de Tlapa de Comonfort, quien en 1995 creó la Policía Comunitaria, hoy Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) de Guerrero, dijo que en Guerrero urge rescatar a las instituciones.
“Se tiene que hacer una depuración: no pueden estar al frente de las instituciones personas que carecen de sensibilidad y valores, que no atienden las demandas sociales, sino que reprimen. Quienes no tienen el don de hacer de la política no sólo el ejercicio del poder, sino de servicio”, comentó.
Campos afirmó que en Guerrero existe una hostilidad hacia los proyectos del pueblo, que el gobierno no ha entendido.

Telésforo Nava indicó que el gobierno de Ángel Aguirre estuvo basado en un acuerdo “mafioso” con “Los Chuchos” o Nueva Izquierda, la corriente interna del PRD dominante a nivel nacional.

Fueron los dirigentes del Sol Azteca quienes encabezados por “Los Chuchos” quienes defendieron hasta el final al ex Gobernador.

Durante del lX Consejo Nacional que se realizó en octubre de 2014 en la Ciudad de México para elegir al presidente y secretario nacional, Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y órganos internos, Jesús Ortega Martínez, líder de Nueva Izquierda (NI) o “Los Chuchos”, reconoció que en Iguala, no mandaba el alcalde perredista, sino el narco.


“Les pido que no pierdan de vista esta circunstancia: los estudiantes de Ayotzinapan, habían ido a Iguala a hacer lo que hacían en Chilpancingo y fueron a Iguala, donde es una zona que controla políticamente el narcotráfico, y con la policía. En Iguala y en otras partes […] el Alcalde no controla a la policía, la policía en Guerrero está infiltrada por el narcotráfico, y en el caso de Iguala sucedía lo mismo, no deberíamos desconocer eso”, dijo.

FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: SHAILA ROSAGEL.
LINK: http://www.sinembargo.mx/13-02-2015/1248896.

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