miércoles, 14 de enero de 2015

Apagón analógico: amenaza ambiental

Colectivos ambientalistas manifiestan preocupación por el incierto destino de millones de aparatos analógicos que serán desechados. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales no ha trazado un plan concreto para su acopio y reciclaje.

El apagón analógico, conocido oficialmente como la transición a la Televisión Digital Terrestre, está a punto de llegar a la Zona Metropolitana de Guadalajara en marzo próximo.

El plan es que se implemente en todo el país el 31 de diciembre de 2015, y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) ya ha entregado una gran parte de televisores en la capital de Jalisco.

Según los datos de la dependencia federal, hasta el viernes 19 de diciembre se habían entregado en esta zona, 187 mil 204 televisores de un total de 477 mil –uno para cada hogar– que se entregarán en todo el estado antes que termine febrero.

Las poblaciones de 107 municipios de la entidad tendrán tele digital hacia ese mes. La SCT se ha desvivido en promover las bondades de esta tecnología de última generación. 

En total, entregará en todo el país 3.8 millones de televisores digitales de 24 pulgadas, de acuerdo con un mandato constitucional, basado además en los padrones de los programas sociales de la Secretaría de Desarrollo Social en cada entidad.

Organizaciones no gubernamentales, defensoras del medio ambiente, han manifestado preocupación sobre el fin que tendrán los millones de televisores análogos que serán sustituidos en los hogares por las nuevas pantallas planas.

La Sociedad Mexicana de Ciencia y Tecnología aplicada a Residuos (Somers) ha calculado que más de 16 millones de televisores análogos serán desechados en todo el país. Eso se traducirá en la generación de más de 19 mil toneladas de óxido de plomo.

La consecuencia ambiental

En el medio ambiente, el óxido de plomo puede llegar y causar contaminación en ríos y lagos desde los tiraderos de basura y posteriormente en seres humanos. 

El óxido de plomo también puede llegar a personas por el aire y provocar afectaciones en el cerebro, el sistema nervioso y la presión sanguínea.

A organizaciones locales como Proyecto Ecovía y Casa CEM (Cultura, Educación y Medio Ambiente) les preocupa que no exista un programa institucional para definir el destino de las televisiones analógicas, y han tenido que cerrar sus centros de acopio de desechos residuales para éstas. 

“Estamos muy preocupados porque en este país se está hablando mucho de las ventajas del cambio a la televisión digital, pero no se habla de la consecuencia ambiental del apagón analógico, y eso es algo que realmente nos tiene atravesados. 

“Creo que las autoridades federales, cuando tomaron la decisión de dar televisiones en vez de dar decodificadores, nunca pensaron en la problemática que iba a ser el acopio de las televisiones analógicas, ni su reciclaje”, señaló Sofía Chávez, coordinadora de Proyecto Ecovía y Casa CEM.

En noviembre pasado, el coordinador del programa en la SCT, Javier Lizárraga, defendió que la compra de un televisor digital es más barato –en todos los sentidos– que el mantenimiento de un análogo con un decodificador especial.

“Estamos proponiendo que la población analice los costos. La televisión digital LED de bajo consumo ahorra 60 por ciento de energía eléctrica. ¿Qué significa? La televisión se paga sola con el ahorro de energía de seis a siete años, pues el decodificador consume más energía”, aseguró el funcionario.

De acuerdo con los documentos oficiales de la Televisión Digital Terrestre (TDT), alrededor de 15.3 millones de hogares en el país se podrían quedar sin posibilidad de ver la televisión debido a la falta de un aparato que reciba la señal directa, o la ausencia de un servicio de canales de paga que no requiera de una antena digital.

“El manejar 15.3 millones de televisiones o 15.3 millones de hogares con televisor, es un problema mayúsculo. Trabajamos con proyectos del electroacopio desde hace seis años en Jalisco, lo que nosotros acopiamos cada año es un porcentaje verdaderamente irrisorio comparado con el problemón”, detalló Sofía Chávez.

Lo que más preocupa a los ambientalistas es el desecho contaminante que existe en los tubos de rayos catódicos de los televisores, en cuyo interior hay varias cantidades de óxido de plomo.

“Una televisión de 21 ó 25 pulgadas llega a tener más de un kilogramo de óxido de plomo, el plomo es un metal pesado. La Organización Mundial de la Salud habla de que no hay un rango seguro de exposición al plomo, o sea el rango seguro es cero. 

“El problema del manejo de estos tubos de rayos catódicos, a nivel mundial, es muy serio. No hay un tratamiento para estos tubos de rayos catódicos que sea ambiental, económica y suficientemente viable”, dijo la especialista. 

Proyecto sin información

Javier Lizárraga también dijo en diciembre del año pasado que los televisores analógicos serían recolectados, por lo que invitó a la población a no tirarlos a la basura.

Pero hasta la fecha, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) no ha informado de manera detallada la existencia de un programa o plan institucional para reciclar estos residuos.

Por parte del funcionario federal, la cifra de televisores analógicos obsoletos ha ido más allá de la señalada por los colectivos ambientalistas.

Lizárraga informó que se tratarían de alrededor de 40 millones de aparatos analógicos los que dejarían de funcionar para el año 2016, que podrían ser desechados en los tiraderos.

Pese a las críticas, el 13 de diciembre del 2014 se anunció por parte de Cuauhtémoc Ochoa Fernández, subsecretario de Fomento y Normatividad Ambiental de la Semarnat, un programa para el reciclaje de las televisiones, sin mayores detalles.


“Los televisores como tal son residuos sólidos urbanos, pero al momento que se desarman los televisores se convierten en residuos peligrosos”, fue lo único que declaró el burócrata.

Álvaro Núñez Solís, director general de Recicla Electrónicos México (Remsa), empresa mexicana de reciclaje de residuos electrónicos, declaró el 11 de noviembre pasado al diario El Economista que su empresa estaba lista para el acopio y reciclaje de estos productos, y que el tema ambiental del apagón analógico era el mayor reto para instituciones como la Semarnat.

Señaló que estaban participando de manera activa en busca de una licitación federal para el acopio de estos productos que pronto serán obsoletos, aunque en aquel momento dijo que sólo esperaba que la Semarnat determinara las condiciones para participar. 

Sin embargo el panorama es desalentador, ya que de acuerdo con información en el diario Milenio Jalisco, del 29 de noviembre de 2014, la entidad no está preparada para la recolección de televisiones analógicas, pese a ser líder nacional en reciclaje electrónico.

“Lo que a nosotros nos preocupa es que las autoridades federales cuando tomaron la decisión de hacer el cambio a la televisión digital, y dotar de televisiones a la ciudadanía en vez de dotar de decodificadores como lo hicieron en Tijuana, no vieron esta parte (…) hasta últimas fechas se está empezando a contemplar la problemática”, sentenció Sofía Chávez.

TV contaminante

Los daños del óxido de plomo en el cuerpo humano:

> Por aire o por agua, el óxido de plomo, que es un metal pesado, puede llegar al ser humano. 

> Causa afectaciones en cerebro, sistema nervioso y presión sanguínea.

> A los ambientalistas les preocupa el desecho contaminante que existe en los tubos de rayos catódicos de los televisores.

> Un televisor de 21 ó 25 pulgadas llega a tener más de un kilo de óxido de plomo.


> La Organización Mundial de la Salud considera que no hay un rango seguro de exposición al plomo, es decir, el rango seguro es cero.

FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: JONATHAN ÁVILA.

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