martes, 2 de diciembre de 2014

“Volvimos a romper el miedo y a salir”

MÉXICO, D.F: En las calles, a dos años de su mandato, crece el clamor por la renuncia de Enrique Peña Nieto. Decenas de miles de personas volvieron a marchar por las calles del centro de la Ciudad de México con dos consignas centrales: la aparición con vida de los normalistas desaparecidos en Guerrero y el repudio al presidente de la República.

“Volvimos a romper el miedo y a salir”, dijo el primer orador en el mitin que se improvisó al pie de un desbordado Ángel de la Independencia, encabezado por padres y compañeros de los 43 estudiantes que hace más de dos meses no están.

Tomó la palabra Clemente Rodríguez, padre de Alfonso: “Es una semana más sin mi hijo”, comenzó con la voz entrecortada.

Luego agradeció el apoyo a la multitud que lo cobijaba. Contó que tuvo que dejar su trabajo como vendedor de garrafones con agua para buscar día y noche a su hijo. Volvió a pelear con la voz trabada:

“Tuve que dejar todo, pero no voy a agachar la cabeza. Son más de dos meses. Vamos a encontrarlos. No me voy a cansar hasta encontrar a mi hijo, no le van a cortar las ilusiones que tenía. Su único delito fue, quizás, ser hijos de campesinos pobres. Yo voy a luchar hasta que mi hijo se sienta orgulloso. Y si los 43 nos estuvieran escuchando, por los medios de comunicación, que sepan que los estamos buscando y que los vamos a encontrar. Los necesitamos en las casas”, dijo don Clemente.

Del dolor que conmueve salió la rabia. Habló de su pueblo, Tixtla, la tierra de Vicente Guerrero. “De ahí va a salir un nuevo revolucionario”, advirtió.

“Ángel Aguirre nos ofreció muchísimo dinero. Lo mandamos mucho a chingar a su madre. Ahora que renuncie Peña y que se vaya mucho a chingar a su madre. A nuestros hijos los tienen que presentar vivos. ¡Porque vivos de los llevaron y vivos los queremos!”, concluyó Clemente Rodríguez para explotar en Reforma el grito incesante de “¡Fuera Peña!”.

A don Clemente le siguió un estudiante de la Normal Rural de Ayotzinapa: “Queremos la renuncia de Peña. Debemos perder el miedo a denunciar todos los abusos que han cometido los gobernantes coludidos con el crimen organizado. Es tiempo de que nosotros, la ciudadanía, hagamos el cambio”, se le escuchó.

“Estamos luchando por nuestros derechos humanos, por dignidad, por nuestras vidas. No por su dinero”, recordando que el exgobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, ofreció dinero a los padres de sus 43 compañeros.

Continuó: “Ahí vienen las campañas electorales, donde todos nos hablan bonito. Tenemos que cortar de raíz su politiquería. Tomemos el gobierno en nuestras propias manos. Apenas van dos años del copetón de Peña y ya me cansé: dos años de crisis y represión.

“Dice Peña Nieto que es Ayotzinapa. Desde este micrófono queremos decirle que chinga su madre, porque en Ayotzinapa tenemos dignidad”, concluyó el normalista desatando el fervor popular, con el mandatario como destinatario.

“El Chapo hablando de un plan antidrogas”

Estudiantes de la Asamblea Interuniversitaria, que congrega a más de cien escuelas públicas y privadas, aseguraron que el ataque de policías a los normalistas no hubiera sucedido sin un sistema corrupto que alcanza a todos los poderes, a todos los partidos políticos involucrados.

“¿Cómo pedir justicia a los mismos criminales?”, cuestionaron.

“Cuando gritamos con todo el dolor ‘Todos somos Ayotzinapa’ no incluimos al presidente y a los delincuentes que lo rodean, que son los responsables del problema.

“¿Cómo van a respetar los derechos humanos si ni siquiera respetan la protesta social, si reprimen, si encierran y desaparecen estudiantes violentando desde lo más elemental el estado de derecho? En el discurso de Peña, el peor enemigo del país es un anarquista, no un narco”, lamentaron.

A Peña Nieto, los estudiantes universitarios se refirieron como el señor de las Lomas: “Escucharlo hablar de un plan anticorrupción es como oír al Chapo Guzmán hablando de un plan antidrogas”.

Al grito de “fuera Peña”, hicieron un llamado: “Organicémonos, cada quien desde su espacio. Venzamos a este pinche poder. Y le decimos a los gobernantes: su gobierno no nos representa”.

“Tú eres Atlacomulco”

Cientos de pancartas dan cuenta del ánimo en la marcha por el segundo año de Enrique Peña en el gobierno:

“Dos años de violencia e impunidad. Y nos faltan 4 años más…

“No, Peña Nieto. Tú no eres Ayotzinpa. Tú eres Atlacomulco

“Renuncia Peña

“Qué renuncie el presidente. Por inepto, asesino y delincuente.

“México lindo y querido, si muero dentro de ti, que digan que fue luchando, contra las ratas del PRI

“Gobiernos federal y capitalino: criminales, represores.

“Si la represión avanza, la juventud se levanta.

“Van a faltar cárceles para tantos indignados

“43 gritos nos despertaron. Júrame que no te rindes. Si me olvidas, ellos ganan. #Ayotzinapa #YaMeCansé #AyotzinapaSomosTodos #TerrorismoDeEstado #Resistir

Durante la marcha se recordó al maestro Juan Francisco Kuykendall, muerto a raíz de un balazo de goma disparado por la Policía Federal en la toma de protesta de Enrique Peña Nieto dos años atrás.

El “muro” de los ombudsman

Pasadas las cinco de la tarde, desde avenida Hidalgo apareció un centenar de hombres y mujeres encapuchados para incorporarse al final de la marcha.

Diez minutos antes de la noche, se dirigieron a la calle Florencia para prenderle fuego a bancos, tiendas, restaurantes. Rompieron cada uno de sus vidrios sin oposición alguna.

Horas antes, miles de policías, decenas de camionetas y camiones se habían dejado ver como parte del operativo dispuesto a los alrededores del recorrido.

Los encapuchados tomaron Paseo de la Reforma rumbo al Centro haciendo pintas anarquistas y destrozando los establecimientos más representativos del “capitalismo” que desprecian.

Los manifestantes pacíficos los acusaban de ser infiltrados, algunos los increpaban.

Pasadas las 20:30, el operativo oficial se dejó sentir. Sólo arremetieron contra personas con el rostro descubierto. Rosalinda Rijas fue descalabrada, golpearon y arrestaron a dos integrantes de la organización Marabunta, dedicada a auxiliar a quien lo necesite durante las marchas, hicieron detenciones arbitrarias, al azar y encapsularon a cientos de estudiantes frente al Senado de la República.

Integrantes de la CNDH y la CDHDF entrelazaron los brazos para custodiar a los encapsulados y, cerca de las 10 de la noche, los escoltaron hasta el Metro Hidalgo para ayudarlos a evitar a los granaderos. De los encapuchados, hasta entonces, no había más noticias.


A la entrada del Metro se escuchó a una estudiante: “Me da bronca que en los medios sólo se hablará de los violentos”.

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: SANTIAGO IGARTÚA.

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