lunes, 8 de diciembre de 2014

Mujica: 'Busquen a sus desaparecidos en el corazón'

El presidente de Uruguay, José Mujica, fue uno de los platos fuertes en la edición 28 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Desaparecidos, narcotráfico e iglesia fueron algunos de los temas que abordó ante los asistentes.

"Búsquenlos en el corazón. El día que los encuentren tendrán muchos otros que están olvidados", respondió el domingo el presidente de Uruguay José Mujica al grito de una mujer que se escuchó en el salón Juan Rulfo de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. La mujer expresó el dolor del país por la desaparición de 43 normalistas, ocurrida en septiembre pasado en el estado de Guerrero.

En el último día de la edición 28 de la FIL, que este año tuvo como país invitado a Argentina, Mujica sostuvo un diálogo con el periodista Ricardo Rocha.

Narcotráfico, legalización de la marihuana, interrupción del embarazo, Latinoamérica y hasta el viejo VW Sedan del presidente uruguayo fueron algunos de los temas sobre los que giraron en una charla de poco más de 40 minutos a la que asistieron más de mil personas.

Rocha hizo una breve biografía de Mujica. Nacido en un barrio periférico de Montevideo, la capital de Uruguay, perdió a su padre, un campesino, apenas cuando él tenía seis años de edad.

José Mujica decidió estudiar derecho años más tarde y enlistarse en las filas del grupo insurgente Tupamaro. Enfrentamientos armados, seis balazos, cuatro aprehensiones y 15 años de vida en la cárcel lo marcaron.

"Decir la verdad y no robarse un solo peso" son dos de los atributos del uruguayo según Rocha. El periodista destacó que el ejercicio presidencial de Mujica ha contado con un 65 por ciento de la aprobación popular y el desempleo ha alcanzado niveles mínimos.

Latinoamérica: "plata o plomo"

José Mujica destacó que América Latina es una de las regiones más violentas a escala mundial gracias al crimen organizado.

"La multiplicación del narcotráfico nos trajo que la metodología es plata o plomo y ellos cunden y van más allá del narcotráfico, que se transforma en epidemia que corre por debajo de la sociedad. Aparece el sicariato, se multiplica la muerte, las cuentas se arreglan con balazos de las rodilla hacia arriba o de arriba hacia abajo, según convenga", declaró.

El presidente de Uruguay dijo que la lucha que los países latinoamericanos han emprendido contra el narcotráfico está perdida mientras se ejecute desde la óptica policial. También resaltó que los cuerpos de seguridad pública se ven amenazados por el armamento con los que cuentan los cárteles de la droga y por la corrupción.

"En Uruguay estamos ensayando, intentado otro camino que no sabemos el resultado que puede dar, pero sabemos es que llevamos 70 años reprimiendo y un tercio de los presos son consecuencia del tráfico o de cometer delitos para consumir drogas", expresó.

De ahí que su país resolvió a favor de legalizar el consumo de la marihuana, y la ganancia proveniente de la distribución oficial se ha empleado para programas de salud pública, enfocados en la adicción a las drogas.

"México no es culposo, la culpa de México es que vive al lado del gran mercado, tan lejos de Dios y tan cerca. El negocio está allá y ponen ustedes todo el costo y el dinero está en otro lado [...] México no se va a pulverizar por esto (el narcotráfico), por esto, ¡Viva México!, que tiene a su pueblo, su tradición, su cultura", manifestó.

Para Mujica, el camino de Uruguay ha sido simple durante su gestión: mirar a los problemas de frente, tanto en el tema de la legalización de la marihuana como en otros como el matrimonio entre personas del mismo sexo y la interrupción del embarazo.

"Hay que combatir el mundo del prejuicio conservador que quiere tapar las cosas, con culpas, escondiéndolas, peor que la droga que es un veneno, y que el narcotráfico que nos envenena a la sociedad", dijo.

"No votaron por mí por ser incendiario"

"La gente no votó por mí por ser preso, por ser incendiario, sino porque me preocupé por los problemas de los pobres, de la falta de techo, de las cataratas que no pueden operarse, de sus enfermedades, por todo eso, no fue por la historia", dijo el presidente de Uruguay a Ricardo Rocha.

"¿Cómo le ha hecho para no volverse loco con el poder" le cuestionó el periodista, a lo que Mujica respondió:

"Un poco loco he sido toda mi vida. No puede haber Quijote sin Sancho, al final del cuento, Sancho es Quijote, es decir, la cuestión humana necesita fundamento y sentido común, andar con cosas concretas, pero la cuestión humana tiene sueño, utopía, mirar más lejos. Nos metimos a cambiar el mundo, nos salió baratísimo para quienes logramos sobrevivir", añadió.

El presidente de Uruguay recordó que ha sido un luchador social desde los 14 años y que seguirá siéndolo hasta que los huesos le respondan. Pero rechazó que al concluir su mandato, se convierta en un líder moral que viaje por el mundo.

"Eso de verme de personaje por el mundo, dando conferencias y posando en hoteles, no lo veo", declaró.

Mujica, quien se identifica como un ateo, dijo admirar el legado de la tradición cristiana en América Latina y que aún cuando hay una "iglesia abominable, hay una iglesia corazón del pueblo, dolorida, centro de refugio que fue parte de luchas de independencia y oleada revolucionaria. El ser ateo no justifica ser blasfemo".

José Mujica se definió a sí mismo como cualquier "hijo de vecino" y que sólo piensa volver a su rancho, con su mujer y su perrita, cosas "chicas para el mundo, pero grandes para mi mundo".

A los jóvenes les dio un último discurso: "La vida puede hacernos muchas trampas, perdemos mil veces, en la urna, el amor, en la lucha social, pero siempre buscamos y tenemos fuerza para volvernos a levantar para volver a empezar.


"Lo más lindo del día es que amanece. Siempre está amaneciendo después que pasó la noche, no lo olviden muchachos: los únicos derrotados son los que dejan de luchar".

FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: MAURICIO FERRER

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