lunes, 22 de diciembre de 2014

El ‘virrey’ Castillo fracasó y se ‘corrompió’

En Michoacán, los acontecimientos violentos de las últimas semanas, así como varios michoacanos entrevistados por Proceso, indican que el “virrey” Alfredo Castillo fracasó rotundamente en su encomienda “pacificadora”. Hay quienes afirman que, lejos de apaciguar la entidad, el comisionado del gobierno federal pactó con uno de los grupos delincuenciales más poderosos en la región de Tierra Caliente –Los Viagras–, lo que multiplicó los problemas. El padre Gregorio Goyo López, vicario de la catedral de Apatzingán, va más lejos en los señalamientos: afirma que, según versiones locales, Castillo recibió 7 millones de dólares para que dejara delinquir a Los Viagras, sus consentidos que están ahora fuera de control.

MÉXICO, D.F: El martes 16 por la tarde, durante dos horas, dos grupos provistos con armas de alto poder se disputaron a balazos el control de La Ruana, en Tierra Caliente, Michoacán, una localidad clave en la producción de drogas sintéticas y paso obligado de cargamentos de cocaína, mariguana y goma de opio hacia Estados Unidos, de acuerdo con documentos oficiales.

Ese día, los seguidores de Hipólito Mora y de Luis Antonio Torres, El Americano, intercambiaron disparos de metralletas calibre 50, rifles de asalto y pistolas de alto calibre, y se lanzaron granadas de fragmentación. El saldo: 11 muertos.

Y mientras eso ocurría en territorio michoacano, el comisionado del gobierno federal, Alfredo Castillo, se encontraba en la Ciudad de México. Estaba comiendo en un restaurante de Polanco y luego hizo compras en una relojería de lujo de esa zona, según afirmaron los senadores panistas Luisa María Calderón y Javier Lozano.

Cuando se enteró de la refriega, Castillo sólo atinó a decir que se debía a diferencias personales entre Mora y El Americano. Sin embargo, pobladores de La Ruana, municipio de Buenavista Tomatlán, sostienen que en el fondo se trata de una pelea por el dominio de esta zona importante en la producción de drogas sintéticas, y paso estratégico para el trasiego de otros enervantes.

Al principio, dicen a condición de que se omitan sus nombres, la región estuvo controlada por Jesús El Chango Méndez, fundador de La Familia Michoacana y oriundo de ese municipio.

Los habitantes de la comunidad de Felipe Carrillo Puerto –conocida como La Ruana en honor a una yegua blanca con manchas de gris y bayo–  comentan al reportero que tanto La Familia Michoacana como Los Caballeros Templarios han utilizado desde hace tiempo ese lugar para instalar laboratorios de producción de droga sintética.


(Fragmento del reportaje que se publica en la revista Proceso 1990, ya en circulación)

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: JOSÉ GIL OLMOS.

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