lunes, 24 de noviembre de 2014

Denuncia a funcionario por tortura

El director del Instituto Jalisciense de la Juventud, Ramón Morales Sánchez, enfrenta acusaciones ante la Fiscalía General del Estado y la Comisión Estatal de Derechos Humanos. Una familia lo señala de haber enviado a policías de la Fuerza Única para torturarla.

Desde el 24 de octubre pasado el nieto de Vidal, un hombre entrado en los 60 años, dice que no puede dormir.

“No puedo dormir, papá, no puedo dormir, ¿la policía va a venir a matarme?”,  pregunta cada noche el niño a su abuelo.

No llega ni a los cinco años y el pequeño sabe pronunciar “Fuerza Única”, el cuerpo policial de élite creado por el Gobierno de Jalisco para combatir al crimen organizado. Hace la seña de una pistola con los dedos de la mano y dice que ahí, en la frente, es donde trae grabado aquel momento de octubre pasado.

Las manecillas del reloj marcaban cerca de las 16:00 horas del 24 de octubre del 2014 en la casa de Vidal, ubicada en un barrio del oriente de Guadalajara. 

En la planta baja del inmueble estaba la abuela con la nieta de seis años y otro nieto de 12. Arriba, Vidal se disponía a tomar una siesta con el más pequeño, cuando un golpe estruendoso le quitó el sueño.

El abuelo salió y antes de bajar las escaleras se topó con un hombre enfundado en un traje negro que le apuntaba y le decía: “Negro, ¡chingas a tu madre! ¡Ya te cargó la chingada!”. 

Encima de él, una sombra más se apareció desde uno de los domos de la casa. Era otro policía que le apuntaba con el cañón de un arma larga. Quién sabe de dónde apareció otro agente. Entre los tres esposaron a Vidal y lo condujeron a la cochera.

Entraron entonces uno, dos, tres, hasta 15 policías en la casa. Ocho de ellos, divididos en cuatro parejas que se turnaban, comenzaron a tundirlo. Primero fue en los oídos, para aturdirlo. Luego le golpearon la cabeza y le patearon las costillas.

El último par de uniformados fue el más cruel. Aquellos policías agregaron al repertorio de golpes una bolsa de plástico en la cabeza. Vidal sentía que en cualquier momento se desvanecería para siempre.

“El gran problema fue con las últimas dos personas. Ellos me patearon las costillas y me pusieron la bolsa en cuatro ocasiones. Antes de la cuarta, uno de los policías me pone la pistola en la bolsa, me escupe en la cara y me dice que vea bien quién va a venir a matar a tu familia.

“‘Grábatelo, yo soy quien va a venir a matar a tu familia’, me dijo. La verdad sí lo tengo, tatuado en mi pensamiento, porque es el más cruel de todos ellos”, dice Vidal.

El parque de la discordia

A unos pasos de la casa de Vidal hay un parque que antes era un tiradero; le era fácil a los vecinos tirar basura y hasta animales muertos en ese sitio.

Hace más de 10 años, los colonos propusieron que el lugar se convirtiera en un espacio público. 

Para ello debían escoger entre convertirlo en un parque o en una cancha de futbol. Optaron por la primera opción.

Vidal ha regado desde hace 11 años el parque que hoy cuenta con pasto y varios árboles. Ha tenido que enfrentarse a la indiferencia de vecinos cuando él les pide que cuiden el espacio. 

A unas casas del sitio vive una familia con la que el hombre ha tenido rencillas por el mantenimiento del lugar.

Se trata de familiares de Sara Morales, tía de Ramón Morales Sánchez, director del Instituto Jalisciense de la Juventud, una dependencia que en este 2014 le fue asignado un presupuesto mayor a los 13 millones de pesos.

Vidal relata que ocho días antes de que la Fuerza Única irrumpiera en su hogar, Ramón Morales Sánchez lo amenazó directamente. Y según él, el motivo fue el parque.

“Los policías siempre le estaban reportando a una persona lo que hacían. Era a Ramón Morales Sánchez.

“Él ya me había amenazado una semana antes, dijo que me iba a arrepentir de esto, porque yo cuido un espacio público y al señor no le parece que su familia, que vive en la esquina, hay actividades que no se pueden hacer en ese espacio, como tirar basura, pero ellos siempre lo hacen, todas las cosas que desechan de sus casas van y las avientan”, describe Vidal.

Y añade: “los policías le decían, ‘Ramón, ya lo tenemos, no aguanta nada, se está orinando’. Él me había amenazado antes, y después de esto, su tía lo estuvo divulgando, diciendo que le iba a pasar lo mismo que a mí, a quien se quisiera pasar con ellos”.

Ramón Morales Sánchez es además miembro de la agrupación MAS por Jalisco, siglas que significan Movimiento Aristóteles Sandoval, en relación al nombre del gobernador de la entidad.

MAS por Jalisco es comandada por Leonel Sandoval, magistrado del Supremo Tribunal de Justicia del Estado y padre del mandatario priista, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz.

El funcionario del Instituto Jalisciense de la Juventud aparece en varias de las fotografías del portal de MAS por Jalisco (www.masporjalisco.com). 

De acuerdo con Vidal, el día de la presunta amenaza, Morales le presumió sus vínculos con el padre del gobernante.

“Fuimos a hablar con don Leonel y dijo que a él no lo metan, que iba a parar las cosas, que conmigo no se iban a volver a meter. 

“Nosotros hemos estado en sus campañas, mis niños estuvieron pegando propaganda del gobernador”, dice el hombre al mismo tiempo que señala una calcomanía de la campaña de Aristóteles Sandoval en el 2012, pegada sobre la puerta de su casa.

Robo, quejas, denuncias

En aquella tarde de octubre, a Vidal lo culparon, primero, de tener armas y luego, en la Fiscalía General del Estado (FGE), de ser narcomenudista. 

A su esposa la señalaron de secuestradora. Y a los niños, los oficiales les amenazaron que si no decían que sus abuelos los tenían secuestrados, los iban a matar.


Por si fuera poco, los hombres de negro se llevaron 23 mil pesos de la abuela y mil 500 pesos que había ahorrado el nieto más grande para comprar un videojuego.

Todo eso ha quedado asentado en la denuncia hecha por la familia ante el área de la Visitaduría de la Fiscalía estatal, responsable de investigar los atropellos de sus funcionarios. 

En la misma FGE, las víctimas han presentado una denuncia por amenazas contra Morales Sánchez.

También ha sido plasmado en la queja 11041/14/I presentada ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, en contra del director del IJJ, el coordinador del área especializada de narcomenudeo de la FGE y del comisariado de Seguridad Pública de Jalisco, Alejandro Solorio Aréchiga. 

Hasta octubre pasado, la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco había registrado 54 quejas en contra de policías de la Fuerza Única, un brazo policial con unos mil 800 efectivos preparados para hacerle frente a la delincuencia organizada en la entidad.

Allanamiento, cateos ilegales, lesiones y robos, son los principales señalamientos contra tales servidores públicos, los cuales encajan perfectamente en el caso de Vidal y su familia.

En octubre, la misma Fiscalía detuvo a tres agentes de la Fuerza Única, señalados de extorsión.

“Tengo 63 años para que me hagan esto, si soy culpable lo pago, con gusto, pero si fuera culpable, trajera un arma y hubiera hecho algo. No tengo miedo, soy honesto, siempre he ido con mi cabeza arriba y ellos vienen a humillar, a arrastrar a uno, no es correcto lo que hacen”, concluye Vidal. 

Señalado

> En la queja 11041/14/I presentada ante la CEDHJ, las víctimas señalaron a Ramón Morales, titular del Instituto Jalisciense de la Juventud, de orquestar actos de tortura cometidas hacia ellas por oficiales de la Fuerza Única.

> Ramón Morales dirige una dependencia cuyo presupuesto es superior a los 13 millones de pesos en este 2014.


> El funcionario pertenece a la agrupación MAS por Jalisco, que promueve la imagen del gobernador de la entidad, el priista Aristóteles Sandoval Díaz.

FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: MAURICIO FERRER

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