miércoles, 27 de agosto de 2014

Consumo, es el reto

FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: GEORGINA HOWARD.

Para algunos economistas, el problema de crecimiento en el país obedece a que no crece la demanda interna. En pocas palabras, es un problema interno más que externo.

Para que México alcance un crecimiento de no más de 2.5 por ciento para finales de año, el aumento del PIB en el segundo semestre del año tendrá que ser de 3.5 por ciento, advierte Marco Antonio Durán.

“¿Y por qué no logramos más?”, cuestiona el especialista, “porque estamos estancados”.

El 4 por ciento proyectado para este año y 5 por ciento a partir del 2015, es difícil de alcanzar en estos momentos, porque la economía no logra dinamizarse, explica a Reporte Indigo.

El problema obedece a que no crece la demanda interna, o sea, el consumo porque no hay ingresos. En pocas palabras, dice, es un problema interno más que externo.



“La gente no consume porque no tiene ingresos y no se puede reactivar la demanda interna”, agrega.

Entonces hay que reactivar el consumo y para ello hay que tener empleos bien remunerados, aconseja.

Pero lamentablemente el trabajo crece a cuentagotas. En julio de este año, el IMSS anunciaba la creación de 257 mil empleos en el semestre.

El problema, advierte Durán, es que el país requiere crear 125 mil empleos mensuales, y mientras no se generen no se puede reactivar el consumo, porque no hay ingresos y no se puede gastar.

Como consecuencia, las empresas dejan de producir o trabajan al 60 por ciento de su capacidad instalada porque no hay demanda. 

“Un círculo vicioso que no acaba”.

Y a ello se agregan los cambios que se dieron con la reforma laboral que quitan los incentivos para trabajar en el mercado formal.

“Antes trabajabas por un salario mínimo porque estabas en la formalidad y tenías todas las prestaciones de ley, ahora con la entrada de las empresas outsourcing no tienes esos incentivos”, refiere.

Como resultado, la gente ya no quiere contratarse por siete pesos la hora, por ninguna prestación, entonces se va a la informalidad.

“Quiere decir que el 30 por ciento de la población que está en la economía formal y que tiene un empleo formal, produce el 82 por ciento del PIB y la informalidad el 12.5 por ciento”, dice.

Y eso en economía se llama transferencia, es decir, se vuelven parásitos de la sociedad.

En la informalidad se crean medios empleos y no hay productividad.

“Para que haya productividad se requiere tecnología, capacitación, y capital”, asegura.

Pero en la informalidad donde se encuentra el 70 por ciento de la población no hay tecnología, no hay inversión, las empresas no están invirtiendo, agrega.

Las últimas cifras de Estados Unidos revelan que ya llegó al 80 por ciento de su capacidad instalada de la ocupación de maquinaria que usan los trabajadores.

Pobreza urbana

Marco Antonio Durán coincide con José de la Cruz Gallegos, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), en que el crecimiento no es suficiente y las perspectivas para lo que resta del año tampoco.

La dependencia de la economía de Estados Unidos nuevamente condicionará el desempeño de la economía mexicana, anticipa De la Cruz Gallegos.

Su contracción en el primer trimestre del año y su perspectiva negativa para lo que resta del año, ponen en entredicho que el vecino del norte logre signos de recuperación.

El riesgo, dice, es que un escenario de este tipo no permitirá que México salga de su periodo de estancamiento estabilizador.

De la Cruz Gallegos reconoce que los escasos resultados en materia de empleo, sobre todo en los niveles de desocupación que se presentan en algunas entidades federativas superiores al promedio nacional de 4.8 por ciento, abonan al estancamiento económico.

Según sus estadísticas, el promedio de la desocupación urbana llegó a casi el seis por ciento en junio. En el Distrito Federal fue de 6.9, Nuevo León con 5.4, Estado de México el 6.5 y Jalisco el 4.9 por ciento.

A este coctel se agrega que las ventas en el comercio nacional no son suficientes al igual que la generación de empleo formal y bien remunerado.


“El sector privado enfrenta condiciones adversa para su actividad productiva, con un entorno económico y social que no les permite generar una cantidad suficiente de empleo y que al mismo tiempo deteriora la capacidad de compra de los consumidores, en detrimento de las ventas”, sentencia.

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