lunes, 26 de mayo de 2014

La misteriosa presencia de los piperos

FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: JONATHAN VILLANUEVA.

En San Bartolo Ameyalco crece el frente de vecinos que se opone a la construcción de una obra hidráulica. Las autoridades señalan a comerciantes que abastecen de agua en la zona y manipulan a los habitantes.

De la trifulca que se registró el miércoles pasado entre los vecinos del Pueblo de San Bartolo Ameyalco y el cuerpo de granaderos ya hay presuntos responsables: los dueños de pipas de agua.

Así lo aseguran el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera; el jefe delegacional en Álvaro Obregón, Leonel Luna, y el secretario de Seguridad Pública del DF, Jesús Rodríguez Almeida.

Sin embargo, a cinco días del zafarrancho que dejó un saldo de 205 heridos, cinco detenidos y dos policías en coma, hasta el momento nadie sabe cuántos piperos hay en la zona, quiénes son, sus nombres y domicilios.



Por eso los colonos aseguran que se trata de una argucia del GDF para “justificar las agresiones y victimizar a los uniformados”. Y esto es un  ingrediente que atizó la euforia de quienes viven ahí.

Es así como anunciaron la creación de un frente común entre San Bartolo Ameyalco, San Mateo Acopilco, Santa Rosa y los pueblos de las delegaciones Tláhuac, Iztapalapa, Xochimilco y La Magdalena Contreras.

La intención de unir esfuerzos es por solidaridad y justicia, asegura Silvia Zumaya, quien es la lideresa del movimiento opositor a la obra hídrica del jefe delegacional en Álvaro Obregón.

En principio, son cinco puntos los que exigirán a través de manifestaciones, marchas y acciones legales:

>  La liberación inmediata de las cinco personas que fueron enviadas al reclusorio como resultado del choque con granaderos.

> Que la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) realice una exhaustiva investigación por “el uso irracional de la fuerza en San Bartolo Ameyalco”.

> Que se corte el tubo de asbesto que abastece de agua del manantial a Ixtlahuaca, Torres de Tepito y Cerrada de Margot.

> Castigo a los granaderos que golpearon a mujeres y niños.

> Claridad en el proyecto hídrico.

Nadie sabe     

En diversas entrevistas, las autoridades apuntan sus líneas de investigación en torno a un grupo de vecinos mal informados y azuzados por quienes se encargan de abastecer de agua potable a la zona. Pero nadie encontró a estos comerciantes.

Según el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Jesús Rodríguez Almeida, la reacción de los habitantes de ese poblado en contra los granaderos es una brutalidad ciudadana.

De acuerdo con el jefe delegacional, Leonel Luna, no había argumento sólido de la comunidad para obstruir el proyecto hídrico, ya que sí había sido compartido con ellos. Acusó a Silvia Zumaya, una de la líderes vecinales en San Bartolo, de alborotar a la población.

A ella la acusa de tener a su cargo el negocio de las pipas. En entrevista, ella lo negó y detalló a esta casa editorial que nunca ha pertenecido al negocio de la distribución de agua potable.

“Mi patrimonio viene de la renta de dos departamentos y la pensión que me da la Universidad Nacional Autónoma de México. Soy jubilada después de trabajar 30 años para la máxima casa de estudios”.

Ahí explicó que su núcleo familiar está conformado por sus tres hijas, dos de las cuales también laboran para la UNAM, y la última apoya las actividades médicas de sus demás familiares.

“El delegado me acusa directamente y sin sustento por mi activa participación en las asambleas vecinales de San Bartolo. Siempre he estado en contra de la obra hídrica y eso le molesta.

“Desde un principio le pedimos que nos explicara y no ha querido. Nosotros lo que defendemos es el líquido, que sea utilizado para beneficio de quienes vivimos aquí y no para proyectos nuevos en Santa Fe”.

Leonel Luna dijo a los medios de comunicación que detrás del movimiento se encuentra un grupo de piperos que vería disminuidos sus recursos, ya que con la construcción de la nueva planta el suministro de agua en la zona sería regular y ya no haría falta que los pobladores compren.

Mientras que el jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, respaldó la postura del delegado y anunció que se buscará entablar mesas de trabajo en los próximos días 

Reporte Indigo buscó en el poblado –considerado por los medios de comunicación como un polvorín– a quienes están a cargo de este tipo de negocios y sólo encontró a una persona: Emilio Perea.  

La batalla sigue

El primer intento por construir la obra se dio a principios del año pasado, cuando Leonel Luna presentó a los pobladores de Ameyalco un proyecto para llevar agua a la zona.

De acuerdo con Silvia Zumaya, no hubo claridad y sí una serie de dudas, por lo que el 3 de junio del 2013 el delegado se comprometió por escrito a echar abajo la propuesta y buscar alternativas.

Así quedó especificado en un documento en poder de Reporte Indigo y del cual los vecinos hicieron ley. 

Por eso y por la serie de dudas aumentó cada vez más el rechazo a la obra.

El pasado viernes emprendieron las primeras acciones y marcharon a la sede de la Comisión de Derechos Humanos del DF, la cual consideran que ha tenido un papel pasivo.

Con mantas exigieron una investigación pronta, y de allí marcharon hacia el denominado bunker de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).

Ahí sostuvieron que sus acciones de protesta subirán de tono si no liberan a los cinco detenidos, de los cuales uno estuvo hospitalizado por la serie de golpes que recibió el miércoles pasado.

Respecto a quitar el tubo que extrae agua del manantial, el argumento es que se supone que con la nueva red ya no debe existir desabasto y necesidad de extraer líquido de esa zona.

Sobre retirar el tubo que fue fijado tras la trifulca, todavía no hay una decisión final, pues será un tema que se determinará en votación de la asamblea y con base en el apoyo de los pueblos de otras delegaciones.

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