jueves, 3 de abril de 2014

Arrigunaga: riesgoso, forzar el crecimiento del crédito bancario

FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR: Roberto González Amador.

Un sistema financiero sólido es un activo para el país, afirma. Para la banca es muy importante que se lleve a cabo el proceso de las reformas, porque detonarán el crecimiento económico, uno de los factores fundamentales para el sano desarrollo del sector, declara el anfitrión de la convención de Acapulco.

Buscar un crecimiento forzado del crédito bancario, si no existen avances en el crecimiento económico, se vuelve riesgoso, advierte Javier Arrigunaga, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM). No vemos todavía señales de alarma en los crecimientos de cartera vencida, dice. Asegura que los bancos deben ser muy disciplinados en el otorgamiento de créditos.

Relecto para seguir un año más al frente de la ABM, Arrigunaga es también director general del Grupo Financiero Banamex, institución a la que la empresa Oceanografía defraudó con 400 millones de dólares. El riesgo es parte de nuestro trabajo, dice al respecto Arrigunaga, anfitrión de la convención bancaria que comienza mañana en Acapulco.


–¿Cuál es el balance de un año en la presidencia de la ABM? Hace un año estaba por ser presentada una reforma financiera, que ya fue aprobada, y se estaba dando el cambio de gobierno.

–El papel de la ABM lo marca en buena medida el entorno del país. Ha sido un año claramente marcado por el éxito en el avance de las reformas estructurales, muy claramente identificadas como necesarias. Para la banca es muy importante que se lleve a cabo este proceso de reformas, porque detonan el crecimiento económico, uno de los factores fundamentales para el sano desarrollo del sector. Nuestros objetivos siguen siendo los mismos: mayor penetración del crédito, una agenda ambiciosa de inclusión financiera y preservar la estabilidad del sistema financiero. En cuanto al crédito, hemos venido creciendo a buen ritmo. El último año creció a una tasa que fue casi cuatro veces la del crecimiento económico.

El último año hay que verlo en función de lo que se consiguió. El aspecto más destacado cuando dentro de 15 o 20 años se revise lo que ocurrió en 2013, va a ser la agenda de reforma estructural.

–¿En qué medida la reforma financiera, aprobada el año pasado, cambió el marco de operación de la banca?

–Somos un sector acostumbrado a la modificación del marco legal, tanto el doméstico como el internacional. La reforma financiera fue integral en el sentido de que trató muchos asuntos y aspectos simultáneamente. Además conlleva la expedición de un número muy importante de circulares y de reglas que son buena parte de la agenda de este año para la ABM. Tiene que ver con competencia, transparencia, movilidad, con favorecer el marco jurídico en términos de fomentar una más fácil recuperación de garantías.

–¿Cómo se va a desarrollar una mayor competencia?

–Me gustaría señalar lo que se ha hecho y lo que, en nuestra opinión, habría que cuidar. Ha habido una amplia agenda de fomento de la competencia por las autoridades y el sector bancario. En los últimos años, y se profundiza con la reforma financiera, el crédito se desreguló en buena medida. Existen intermediarios financieros no regulados que pueden otorgar créditos; algunas casas comerciales otorgan crédito. La desregulación permitió más participantes.

Dentro del sistema bancario se redujeron las barreras de entrada y se disminuyó el capital mínimo para operar un banco. Por otro lado, se ha avanzado en la agenda de transparencia con indicadores que facilitan la comparación del costo de los productos en las diferentes instituciones.

–Uno de los objetivos de la reforma financiera es que aumente el crédito y que se reduzca el costo del financiamiento. ¿Cómo va a darse una mayor oferta de financiamiento?

–Coincidimos en el diagnóstico del bajo nivel de penetración de crédito al sector privado, y quizá detrás de eso el factor principal son las crisis financieras que ha vivido el país. El ritmo de crecimiento en los últimos años ha sido adecuado, con un nivel de cartera de crédito saludable. De alcanzar la economía tasas de crecimiento mayores, digamos 4 o 5 por ciento anual, ello nos permitiría duplicar el nivel de penetración de crédito al sector privado (que ahora equivale a 27 por ciento del producto interno bruto) en un periodo de diez años.

–Respecto de la evaluación que hará la Secretaría de Hacienda para determinar si un banco está otorgando suficiente crédito, como se dispone en la reforma financiera, ¿en qué va ese proceso?


–No nos hemos reunido todavía. Esta evaluación nos parece importante. Entendemos que respetará y atenderá la vocación de las distintas instituciones. Tenemos bancos de nicho, otros más especializados en mercados, bancos que quisieran especializarse en un segmento de crédito. Cada institución será evaluada conforme a su modelo de negocio y vocación. El crecimiento del crédito tiene que ser con bajos índices de cartera vencida para que sea sostenible y produzca efectos benéficos de largo plazo. Justamente eso es lo que queremos lograr. No preservar la estabilidad del sistema financiero va en contra de las propias instituciones, de sus accionistas, y en todo caso puede tener un costo sobre los depositantes y los contribuyentes e impactar de manera importante el crecimiento económico.

–Más allá del marco regulatorio, ¿cómo explica al público general, como presidente de la ABM, en qué va a cambiar la reforma financiera los servicios que recibe de la banca?

–La reforma va más allá del marco regulatorio. Lo que hay que decir es por qué el componente regulatorio es relevante. Tiene que ver con el hecho de que el sistema financiero, a diferencia de otras industrias, está altamente apalancado. La banca presta los recursos de los depositantes, intermedia los recursos. Eso hace que deba haber una serie de reglas muy importantes respecto de la fortaleza y solidez de los balances. Esta parte a lo mejor el público no la percibe claramente, pues no es un beneficio directo en su vida. Tener un sistema financiero sólido es un activo del país porque coadyuva al crecimiento económico y, a diferencia de lo que pasa en otros países, no es una carga. No hay en la reforma un elemento exclusivo o un factor único que cambie repentinamente la forma en que la banca opera. Todo esto es gradual y tiene que hacerse balanceando muchos de estos factores.

La idea es que esto sea un proceso que continúe, que sea una de estas transformaciones un poco silenciosas, en las que se vayan reduciendo tasas de intermediación, se intensifique la competencia y haya más innovación.

–Ha habido un crecimiento en la cartera vencida de préstamos al consumo. Decía al inicio que se espera que el crédito siga en aumento a un ritmo superior al de la economía. ¿Es sostenible que la gente siga contrayendo deudas, si no se ha dado una recuperación en el empleo?

–Eso me lleva de nuevo a la vinculación de las tasas esperadas de crecimiento del crédito en función del crecimiento económico. A mayor crecimiento económico, también mayor generación de empleo. Con mayor crecimiento aumentan las oportunidades de inversión productiva. Es algo que va caminando de manera simultánea. Por eso es tan importante que el crecimiento del crédito sea en función de que vaya avanzando el producto interno bruto. Si no, pasaría justamente lo que dice. Buscar un crecimiento forzado, si no existen avances en crecimiento económico, se vuelve riesgoso. No vemos todavía señales de alarma en los crecimientos de cartera vencida. Pensamos que los bancos tienen que ser muy disciplinados en el otorgamiento de créditos donde tengan alguna especie de preferencia en el cobro, como es el de nómina.

–En los siguientes 12 meses al frente de la ABM ¿cuáles serán los puntos en que se centrará el trabajo de la asociación?

–Los temas genéricos no cambian: mayor penetración del crédito, inclusión financiera y estabilidad del sistema. Hay puntos más específicos en la agenda: concretar la regulación que deriva de la reforma financiera; un tema importante en materia, por ejemplo, de combate al lavado de dinero. Creo que es una agenda en la que también tenemos que seguir avanzando como gremio.

–El tema del fraude de Oceanografía a Banamex, el grupo financiero que preside. ¿El surgimiento de este asunto afectó su liderazgo en la ABM o lo puede afectar en los siguientes meses?


–Mientras las investigaciones de las autoridades estén en curso, es difícil agregar a lo mucho que dijimos desde un principio respecto del impacto de lo que presumiblemente sería un fraude. Ahora, el riesgo es parte de nuestro trabajo en las instituciones. Evidentemente, estamos trabajando en la revisión de los controles y diría que el riesgo es parte esencial de los bancos. Me imagino que prácticamente en todos los casos de los presidentes que ha habido en la ABM ha habido temas importantes de riesgo en las instituciones. Lo que hay que hacer es manejarlos, aprender de ellos y seguir fortaleciendo los controles. Esa es una responsabilidad de cada institución y nosotros asumimos la nuestra.

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