lunes, 13 de enero de 2014

Se ha contenido la pobreza en el DF: Rosa Icela Rodríguez

FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR GABRIELA ROMERO.

La secretaria de Desarrollo Social admitió en entrevista que si bien la pobreza extrema en el Distrito Federal no se ha abatido, los programas sociales de los gobiernos de izquierda sí han ayudado a contenerla.

Es innegable que la implementación de programas sociales en el Distrito Federal por los gobiernos de izquierda que encabezaron Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard, y ahora Miguel Ángel Mancera, ha ayudado a la contención de la pobreza y a reducir la desigualdad en la ciudad de México. Ahora el reto es que las alrededor de 160 mil personas que se encuentran en situación de carencia alimentaria y pobreza extrema superen esta situación, considera Rosa Icela Rodríguez Velázquez, secretaria de Desarrollo Social del gobierno de la capital del país.

Sin caer en triunfalismos, señala: El diagnóstico nos dice que la pobreza se ha contenido. No estamos diciendo que hemos avanzado en el abatimiento de ésta, no, simplemente, quiero ser muy prudente en decir: se ha contenido.



En entrevista, Rodríguez Velázquez refiere que si bien las cifras señalan que en la ciudad de México la pobreza no ha avanzado como en otras entidades, ahora “estamos apostando a atender a ese 1.7 por ciento de la población –alrededor de 160 mil personas o 40 mil familias– que, de acuerdo con datos de Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social), presenta pobreza extrema con carencia alimentaria”.

De acuerdo con cifras del organismo, a escala nacional la ciudad de México se ubica entre los tres estados con menores índices de pobreza, sólo por abajo de Nuevo León y Coahuila.

Explica que en 2014 se reforzarán los programas sociales, poniendo énfasis especial en Aliméntate, en la entrega de un millón 500 mil tarjetas de Capital Social –dirigido a la clase media–, cine gratis para adultos mayores y en el trabajo con personas en situación de calle.

Hay que cuidar que los programas sociales no se detengan ni sufran ningún cambio brusco que pueda afectar a las personas que los reciben y los necesitan. Estamos hablando de 4.5 millones de beneficiarios, y no estoy considerando el subsidio del Metro ni del agua, que también es importante, acota.

La población objetivo

La secretaria desmenuza el programa Aliméntate, del cual, considera, este año deben establecerse los cimientos y empezar a trabajar con la gente. En una primera etapa significa alimentación, educación, salud y trabajo, y en una segunda, vivienda.

Detalla que ya se ha realizado un barrido de colonias en las 16 delegaciones para identificar a la población objetivo y se cuenta con un padrón preliminar. Es un trabajo laborioso, porque la gente no está en un solo lugar, sino dispersa en diferentes sitios. Nos ha costado trabajo detectar y ver cuál es la situación por la que están pasando y hacer el estudio socioeconómico. Ya estamos trabajando con varias familias, pero todavía no con las 40 mil.

En el caso de la tarjeta Capital Social, recuerda que a finales del año pasado se entregaron las primeras 40 mil. Por medio de éstas se ofrece a los y las ciudadanas una serie de servicios que van desde descuentos y apoyos en el tema de salud y tiendas hasta seguros de vida y gastos médicos, así como cortesías para actividades de entretenimiento.


Sobre el cine gratis, anticipa que comenzará en febrero. Estamos elaborando las reglas de operación para determinar qué días, cómo se tomará su registro, los horarios, etcétera.

Señala que con la finalidad de proporcionar una atención digna a las personas en situación de calle que son canalizadas a los albergues, se continuará trabajando en el mejoramiento de la infraestructura de estos centros.

La funcionaria confía en que este año se pueda aprobar una ley para la atención de la población en situación de calle, aunque aclara que no se hará nada que no cuente con el consenso de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal.

Comenta que propondrá que pueda haber un juzgado cívico especializado en este sector de la población. “La queja vecinal es enorme frente a este tema; tenemos que hacernos eco y no solamente la Secretaría de Desarrollo Social tiene que atender el tema. Una persona infractora que está en la calle con drogas u orinando no corresponde a Desarrollo Social, porque está incurriendo en una infracción. Sin embargo, puntualizó, nosotros les vamos a seguir dando asistencia.

Rosa Icela Rodríguez aclara que no se puso Capital Social a los programas sociales o cobertura en esta materia con una visión reduccionista. Dice que el concepto Capital Social no sólo es una tarjeta de bienestar: a veces se piensa de manera fácil que es el nombre de la tarjeta de beneficios, cuando se sustenta en toda una cuestión ideológica política.

Capital Social

Apunta que este concepto tiene su origen en la economía, en la historia, en la gestión social. En suma, engloba todas las batallas que se han dado desde los liberales en el siglo XVIII a los revolucionarios, así como las luchas que se han dado en la ciudad en torno a la conquista de los derechos de las mujeres por decidir sobre su cuerpo, y que no hay en otros estados; la de los homosexuales y la instalación de todos los programas sociales.

Cómo no reconocer el gran capital social que hay en la ciudad y que tiene que ver con la cohesión, la tolerancia, las libertades, los esquemas de apoyo, de solidaridad que se han dado en casos de desastres, como los sismos del 85, reflexiona.

Rodríguez Velázquez extiende sobre la mesa un plano con todos los programas sociales que se aplican en el DF, después de verlo por algunos momentos, suelta: Tenemos déficit en cuanto a su difusión. Se conocen los grandes, y son tan buenos que hasta los copia el gobierno federal, pero no el grueso. O sea, nosotros tenemos 350 comedores comunitarios en la ciudad, seguro para los niños que quedan huérfanos de padre o madre o de ambos; cuando tienen una discapacidad, albergamos a los niños de la calle, entre otros.

Precisa que en total son 191 programas, de los cuales 31 son operados por las secretarías, 25 por órganos desconcentrados y los 135 restantes por las delegaciones.


Esto es una autocrítica de lo que nos faltó en 2013, que fue dar mayor difusión a nuestros programas. Es una verdad de Perogrullo decir que éstos son conocidos por los capitalinos, porque entre más y más nos damos cuenta de que muchos no se conocen. No le echo la culpa a nadie, es una responsabilidad de la secretaría, concluye.

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