viernes, 20 de diciembre de 2013

Todo el poder de la DEA contra dos exagentes

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: J JESÚS ESQUIVEL.

Para tratar de frenar el escándalo que ha provocado la revelación de que la CIA intervino en el asesinato de Enrique Camarena Salazar y ha tenido nexos con el narcotráfico mexicano, la DEA desplegó una auténtica “guerra sucia” contra dos de sus exagentes, Phil Jordan y Héctor Berrellez. Ambos han denunciado reiteradamente desde Proceso las operaciones negras de la agencia estadunidense de inteligencia. La maniobra más reciente: un foro en el cual, luego de desacreditarlos, se les lanzó una amenaza nada velada.

WASHINGTON (Proceso).- La administración antidrogas de Estados Unidos (DEA) desarrolla una guerra sucia para ocultar las evidencias de la participación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en el secuestro, tortura y asesinato –en México, en febrero de 1985– de Enrique Kiki Camarena, denuncian dos exagentes antinarcóticos.

“La DEA y la CIA no soportarían que se sepa toda la verdad sobre el caso Camarena. Saldrían muy afectadas”, dice en entrevista telefónica con Proceso Phil Jordan, exagente de la DEA y exdirector del Centro de Inteligencia de El Paso (EPIC).



Desde el pasado octubre, cuando Jordan y Héctor Berrellez, otro exagente de la DEA, revelaron a Proceso (edición 1928) que la CIA fue cómplice del narcotraficante mexicano Rafael Caro Quintero en el secuestro, tortura y asesinato de Camarena, ambos se convirtieron en “enemigos del Departamento de Justicia” de Estados Unidos, que antes había hecho múltiples reconocimientos a su trabajo.

“La DEA y la CIA, a través de varios de mis excolegas, están buscando desacreditarnos por decir la verdad sobre el caso Camarena. Pero no lo van a lograr. Tenemos muchas pruebas para fundamentar lo que denunciamos”, apunta Jordan, quien fue también subadministrador antidrogas.

Oficialmente, comenta Berrellez en conversación telefónica con el corresponsal, la campaña de desacreditación de la DEA arrancó el pasado 29 de octubre con un acto bautizado “Llevados ante la justicia: Operación Leyenda”, un foro donde se hizo un recuento oficial del caso Camarena (Proceso 1931).

Efectuado en el Museo de la DEA, en el foro participaron como oradores su exdirector Jack Lawn, el exagente Jack ­Taylor –primero a cargo de la Operación Leyenda, dedicada a investigar el homicidio de Camarena– y la periodista Elaine Shannon, autora del libro Desperados.

“Ese acto fue una clara demostración de que la CIA y la DEA tienen mucho miedo de que se conozca toda la verdad del caso Camarena, y están dispuestos a todo para callarnos a Jordan y a mí”, apunta Berrellez, quien reemplazó a Taylor al frente de la Operación Leyenda y asegura haber descubierto la intervención indirecta de la CIA en el homicidio.

En el foro, primero en voz del director del Museo de la DEA, Sean Fearns, y después por boca de Lawn y Taylor, se desmintió lo dicho por Berrellez y Jordan respecto de la CIA y el caso Camarena. Fearns incluso lanzó una amenaza a los exagentes: “Sería mejor que no hablaran”, pues sus declaraciones podrían ser investigadas e “inclusive usadas potencialmente en su contra si difieren de lo que dijeron hace 28 años”.

La advertencia desató la furia de Jordan y Berrellez.

Misiva secuestrada

En una carta dirigida a Dave Wilson, presidente de la Asociación de Exagentes Federales Antinarcóticos (AFFNA), y a todos sus miembros, Jordan y Berrellez exponen la guerra sucia en su contra que lleva a cabo la dependencia federal a la cual dedicaron varias décadas de su vida.

“Al anunciar la realización del acto (en el Museo de la DEA), Dave Wilson, presidente de la AFFNA, informó que el panel aclararía todas las falsas ideas, mitos y mentiras sobre la investigación del asesinato que dos exagentes especiales habían elegido fabricar alrededor de este trágico evento”, especifica el documento, enviado unos días después de concluido el foro en la DEA y copia de la cual pudo consultar Proceso.

En la misiva de dos páginas firmada por Jordan y Berrellez, ambos resumen el embrollo del caso Camarena y la participación de la CIA, así como la cortina de humo tendida por la DEA para ocultar la verdad.

En su texto, dicen entender “que es muy seria la imputación de involucrar a contratistas de la CIA en el asesinato de Camarena”, pero, puntualizan, “los hechos son los hechos”.

Jordan cuenta que tres días antes de enviar su queja al presidente de la AFFNA, lo llamó por teléfono para aclarar la situación.

“En primer lugar Wilson no me conoce ni yo lo conozco”, explica el exdirector del EPIC, quien luego hace esta recreación de la plática telefónica con el presidente de la AFFNA:

“–¿Dave Wilson?

“–Sí. ¿Quién habla?

“–Phil Jordan, el exagente a quien junto con Berrellez estás desacreditando con ese foro en el Museo de la DEA.

“–¿En qué puedo servirte?

“–Primero te voy a hacer esta pregunta: ¿acaso eres un agente de la CIA infiltrado en la DEA, cumpliendo órdenes para llamarme mentiroso?

“–No. No soy agente de la CIA. Yo a ti no te conozco.

“–¿A quién buscas proteger con tus afirmaciones si no me conoces, ni mucho menos conoces ni sabes quién es Berrellez?

“–A nadie.

“–Qué bueno que lo digas, porque te voy a mandar una carta dirigida a todos los miembros de la AFFNA; te pido por favor que hagas lo correcto y la distribuyas.

“–¡Sí, claro! Envía la carta por favor.”

Según Jordan el texto fue enviado a la oficina de Wilson tres días después de esta conversación, que tuvo lugar en la segunda semana de noviembre.

Hasta la fecha la carta no ha sido distribuida por Wilson a los miembros de la AFFNA y éste no ha explicado por qué no lo ha hecho. “Hablé con su asistente y ella me confirmó que la carta no ha salido, que sigue en el escritorio de Wilson en su oficina en el estado de Washington”, comenta Jordan al corresponsal.

El exagente de la DEA sostiene que de “muy buena fuente” sabe que Wilson está muy avergonzado por haberse prestado a participar en la guerra sucia de la DEA.

Respecto a lo que piensen sus colegas de la AFNNA, del vuelco que dio el caso Camarena con sus declaraciones y las de Berrellez en cuanto al involucramiento de la CIA, Jordan dice: “No me preocupa porque me conocen y conocen a Berrellez, y saben que tenemos las pruebas”.

Aunque no se atreve a desacreditar a Lawn –por respeto a quienes fueron su jefes–, el exdirector del EPIC dice estar decepcionado de lo que el exjefe de la DEA declaró en el museo.

“Porque sabe que todo lo dicho por nosotros está documentado como parte de la investigación Operación Leyenda, y sobre todo porque él, como los miembros de la AFFNA, sabe que Berrellez es uno de los exagentes con más reconocimientos del Departamento de Justicia precisamente por su trabajo en el caso Camarena.”

Berrellez y Jordan sospechan que, más que la DEA, es la CIA la encargada de la campaña para desacreditarlos y hacer lo necesario para ocultar la verdad sobre el caso Camarena.

“Hay que tener mucho cuidado con esto. La historia de la CIA es muy tenebrosa. No sólo ha mandado matar a sus propios agentes cuando denuncian casos internos de corrupción; también ha eliminado a mensajeros que lo hacen público”, advierte Berrellez.

La carta que Wilson tiene secuestrada en su oficina destaca precisamente que Kiki Camarena no fue asesinado por su buen trabajo como agente de la DEA en México, sino porque descubrió la sombra de la CIA en el negocio del narcotráfico mexicano.


“Para de verdad hacerle honor al sacrificio de Kiki y al de su familia debemos garantizar que se conozca la verdad de por qué fue asesinado. Para ello, y para evitar que otros agentes federales estadunidenses paguen con su vida por cumplir con sus obligaciones, debemos prevenir que se conviertan en un daño colateral”, remata la misiva firmada por Jordan y Berrellez.

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