miércoles, 27 de noviembre de 2013

Un año de retórica

FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: CAROLINA HERNÁNDEZ.

Para Human Rights Watch, a casi un año de la llegada de Peña Nieto al poder, las promesas de frenar las violaciones a los derechos humanos en el país se han quedado en el discurso.

La retórica es el arte de dar al lenguaje –escrito o hablado– eficacia para deleitar, persuadir o conmover. Y para Human Rights Watch (HRW), eso es lo que representan los discursos de Enrique Peña Nieto cuando habla de derechos humanos.

El director de Human Rights Watch para las Américas, José Miguel Vivanco, escribió una carta dirigida al mandatario mexicano en la que hace un repaso de las promesas incumplidas por parte de la administración, a pocos días que concluya el primer año de su sexenio.

“A casi un año de gobierno, el cambio en su estrategia de derechos humanos continúa siendo, en gran medida, exclusivamente retórico. Su gobierno no ha mostrado avances significativos en la investigación de abusos del pasado, y se continúan produciendo nuevas violaciones graves de derechos humanos con impunidad”, indica la misiva.

Vivanco remarca la “profunda preocupación” de la organización, debido a que no se han registrado resultados frente a las graves violaciones de derechos humanos ocurridas en México durante los últimos años.

Los puntos sobre los que la carta hace énfasis son los nuevos abusos cometidos por miembros de las fuerzas de seguridad contra la ciudadanía, la impunidad ante estos, la continuidad en la fallida estrategia de seguridad del gobierno de Felipe Calderón y el riesgo que representa en el país ser periodista o defensor de derechos humanos.

Bondades a medias

El director de HRW para las Américas reconoció algunos aspectos positivos en la administración de Peña Nieto, como la promulgación de la Ley General de Víctimas. Pero señaló que aún no se ha adoptado la correspondiente ley reglamentaria.

Vivanco remarcó que el gobierno actual no ha dado los pasos necesarios para hacer cumplir la prohibición del uso de pruebas obtenidas bajo tortura.

También señaló que la crisis de derechos humanos en México aún no ha terminado y refiere que en el primer año de su sexenio, Peña Nieto ofreció escasas evidencias de que esté dispuesto a avanzar más allá de compromisos retóricos.

“Con cinco años de mandato por delante, S.E. tendrá tiempo razonable para revertir el curso, fomentar la justicia por los abusos del pasado y demostrar un compromiso verdadero con la prevención de nuevos hechos”, recomienda HRW.

Al final, Vivanco lanza una consigna clara y lapidaria.

“Cuanto más tiempo espere para abordar estos abusos, más arraigadas estarán esas prácticas y más difícil será erradicarlas”.

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