AUTOR: ÓSCAR PALACIOS CASTAÑEDA.
Al sostener un encuentro con las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales, Gobernación, Reforma del Estado y Estudios Legislativos Segunda, del Senado, advirtieron que la solución no es desaparecer los institutos locales, sino -por el contrario- dotarlos de fortalezas que les permitan una auténtica autonomía, comenzando por la presupuestal.
Al sostener un encuentro con las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales, Gobernación, Reforma del Estado y Estudios Legislativos Segunda, del Senado, advirtieron que la solución no es desaparecer los institutos locales, sino -por el contrario- dotarlos de fortalezas que les permitan una auténtica autonomía, comenzando por la presupuestal.
En este sentido, Diana Talavera Flores, presidenta del Instituto Electoral del Distrito Federal, señaló que es desmesurado que se pretenda responsabilizar de los problemas que tiene la democracia mexicana a algunos órganos electorales locales por su supuesta falta de autonomía.
A nombre de los 32 presidentes de los institutos locales, Diana Talavera subrayó que se debe dotar a estos organismos de atribuciones y funciones que contribuyan al fortalecimiento de su capacidad arbitral y prestigio.
En tanto, el presidente del Consejo Estatal Electoral de Sinaloa, Jacinto Pérez Gerardo, cuestionó que en las propuestas se atribuya a los órganos electorales asuntos que los dejan en un muy mal papel.
Aclaró, en este sentido, que no son ellos quienes realizan el clientelismo electoral y, en cambio, se les exige que resuelvan esta problemática, cuando no se les otorgan las facultades suficientes para hacerlo.
Jacinto Pérez Gerardo señaló que se habla también, sin sustento, de parcialidad y el sometimiento de los institutos a gobernadores y partidos, así como del otorgamiento de cargos en función de cuotas partidistas. Señaló que, de ser este el caso, el mal no está en los órganos electorales, sino en la falta de autocontención de los partidos.
El presidente del Instituto Estatal Electoral de Sinaloa aclaró que en sus demandas no hay una oposición a ultranza frente a las iniciativas, ni la defensa de intereses personales o partidarias.
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