jueves, 24 de octubre de 2013

México también espía

FUENTE: REPORTE INDIGO.

Para Vicente Fox no tiene sentido espiar y enojarse, pues ‘el espionaje existe desde los tiempos de Adán y Eva’

Para el expresidente Vicente Fox Quesada, la práctica de espionaje entre países es algo que no debe causar revuelo. 

“No sé por qué ahora este escándalo si todos los días espían las cuentas de Facebook, las cuentas de Twitter, ahora en las redes todo mundo estamos al desnudo”, dijo durante una entrevista difundida en el noticiero de Carmen Aristegui.

Fox habló sobre los caso de intervención de telecomunicaciones que sufrió la administración de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto cuando era candidato presidencial en 2012.

Pero aseguró que él también fue víctima de múltiples actos de espionaje por parte de EU y recordó que hasta el exlíder cubano, Fidel Castro, lo mando espiar.

“No sé por qué (México) ahora se declara ofendido si también tiene sus agencias de inteligencia, de investigación y de espionaje”, recalcó.

Fox Quezada, evitó hablar del juicio por lavado de dinero en el que se ha visto involucrada su exesposa, Lilián de la Concha, en los Estados Unidos.

El exmandatario fue claro en su postura de no emitir ningún comentario frente al periodista, Manuel de Santiago Freda, corresponsal en España de Noticias MVS.

Ayer se dio a conocer que un testigo culpó de lavar dinero a Marco Antonio Delgado, pareja sentimental de Lilián de la Concha. A ésta última, también se le involucró como “co-conspiradora” en el caso de blanqueo de diner para el extinto Cártel del Milenio.

El detonante

Las declaraciones de Vicente Fox se dan en medio de un escándalo ocasionado cuando el diario alemán Der Spiegel dio a conocer un nuevo reporte, según el cual, Estados Unidos espió al gobierno de Calderón.

Antes, la televisora brasileña Globo había sacado a la luz que EU espió al entonces candidato presidencial y actual mandatario Enrique Peña Nieto y a sus colaboradores.

A pesar de las fronte

Por Rodrigo Villegas

El debate sobre los actos de espionaje en diferentes países ha proliferado. Sin embargo, ese mismo debate tiene dos vertientes dignas de puntualizar.

Por una parte, esta el debate sobre como las agencias de inteligencia civiles o militares de los países llegarían a espiar, en todas sus modalidades, a ciudadanos de ese mismo país. Violando sus derechos a la privacidad.

Este debate inició con las revelaciones y filtraciones del excontratista de CIA, Edward Snowden, quien aseguró que EU espiaba sus propios ciudadanos.

El ahora exiliado en Rusia, dijo que las intervenciones de las comunicaciones, desde teléfonos hasta redes sociales, correo electrónico, no solo se concentraba en “personas de interés” que podrían tener vínculos terroristas. Argumento utilizado por el gobierno estadounidense.

Y por otro lado, está el que en México ha tomado revuelo. Se trata de actos de espionaje perpetrados por un estado extranjero, en una clara violación a la convención de Viena de 1961, la cual establece que los agregados militares o de inteligencia podrán únicamente acceder a información estratégica o de relevancia mediante medios legales que no violenten la soberanía del Estado anfitrión.

El tema sobre los agregados militares o de personal de agencias policiales o de inteligencia tienen clausulas claras en los tratados internacionales.

Su papel es de carácter diplomático y estricta teoría pretende fortalecer los lazos en materia de seguridad, compartir información, no de espiar, aunque resulta casi imposible saber los quehaceres de los agregados en diferentes embajadas del mundo.

Por ese lado, y aunque en el mundo moderno de la tecnología estas acciones de intervención de comunicaciones podrían haber realizado desde EU, el principio del espionaje sobre otro país, sobre todo, uno “amigo” o “socio” resulta en un agravio a las normas internacionales.

Ahora bien, no es nuevo, y desde épocas inmemorables el espionaje es considerada una extensión de la política y de las relaciones internacionales.

Sin embargo, siempre se ha basado en la secrecía, ya que se trata de una intrusión.

También se ha manejado en un bajo perfil, incluso cuando otro país era sorprendido realizando operaciones de espionaje, el reclamo -si es que lo había- se daba en un canal “clandestino” en el que los embajadores o cuerpos diplomáticos lo negociaban. Se trata del pensamiento de la época de la Guerra Fría.

Sin embargo, la expansión de la información y del ciclo noticioso ha llevado a que las expresiones diplomáticas cambien.

Sobre todo, si circula por el mundo un acontecimiento vergonzoso como lo es que, el principal socio comercial, aliado y vecino de México se encuentre montado en una plataforma de actos continuos de espionaje.

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