viernes, 18 de octubre de 2013

Media noche en México

FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: RODRIGO VILLEGAS.

El periodista Alfredo Corchado, el primero en reportar la caída del ‘Z-40’ y quien por años ha cubierto el tema del narcotráfico, presenta un libro en el que narra sus vivencias como periodista en el país.

Hijo de migrantes provenientes de San Luis de Cordero, Durango, Alfredo Corchado se crió en el valle de California, y luego de conseguir su “green card” estudió y se graduó de la universidad de Texas, en El Paso.

Determinado a desarrollarse como periodista, Corchado empezó su carrera en El Paso Herald Post.

Su perfil méxicoamericano lo obsesionó con los temas fronterizos y la relación entre ambos países.

Acostumbrado a la cultura fronteriza del narcotráfico, crimen y “spanglish”, el autor de Media Noche en México, asegura que nunca estuvo interesado en cubrir al “narco”.

El también jefe de buró en México del Dallas Morning News describe su obra como el descenso de un periodista a las tinieblas de su país.

Como corresponsal en la Ciudad de México del periódico texano, Alfredo Corchado arribó a la capital en 1994.

Pronto se embarcó en una odisea con la intención de descifrar al México que dejó cuando tenía seis años. La corrupción, política y narcotráfico eran temas medulares.

Luego de casi 20 años de carrera periodística Corchado se cruza al lado de la literatura.

“Hacer la transición de periodista a autor, fue lo más difícil”, reconoce.

Una lucha inútil

Cuarenta años de lucha inútil. Así es como el periodista Alfredo Corchado califica la actuación del gobierno estadounidense en relación al combate frontal contra la demanda por las drogas.

Y por el lado del gobierno mexicano que se encuentra en su primer año, Corchado asegura que en Washington nadie le pudo decir con certeza el rol que jugará el gobierno de Obama en la estrategia de seguridad del presidente Enrique Peña Nieto. Está por verse, asegura el periodista de The Dallas Morning News.

La llamada

La madrugada del pasado 15 de julio, elementos de la Marina Armada mexicana capturaron en Tamaulipas al “Z-40”, considerado el capo más sanguinario de México.

Sin que la detención hubiera trascendido a la luz pública, “llamadas continuas” empezaron a asaltar el celular de este periodista.

“Se habla mucho de corrupción en México y sí hay, obviamente, pero creo que hay gente que quiere hacer lo correcto. Estas personas quizás lo filtraron al lado norteamericano y de ahí surgió esto”, afirma.

Periodismo bajo amenaza

En 2007, Alfredo Corchado se encontraba en su departamento de la Ciudad de México, a punto de salir a cenar con otros colegas periodistas estadounidenses cuando recibió una llamada de una fuente informativa.

Esta fuente pasó el “pitazo” de que personajes infiltrados en las bandas del crimen organizado le dieron.

Le aseguró que había complot para matar a un periodista estadounidense dentro las próximas 24 horas. La fuente le dijo a Corchado que creía que se trataba de él, y le sugirió que se fuera del país.

Sin embargo, Corchado se negó a hacerlo hasta confirmar la veracidad de la amenaza.

En entrevista con Ricardo Rocha, el periodista norteamericano atribuye esta amenaza al trabajo que había realizado en la cobertura sobre la operación de “Los Zetas” y por la cercanía con Texas.

“Habíamos hecho varios reportajes de ‘Los Zetas’, detallando la existencia de ellos desde Texas, donde se formaran algunos de los criminales más importantes de este grupo, a Nuevo Laredo. Además habíamos cubierto una nota sobre el intento de crear un pacto entre el gobierno de Felipe Calderón, los cárteles para operar como antes”, recuerda.

Con esta experiencia, dice, se dio cuenta de los límites que tiene un periodista, pues si bien puede cubrir estas notas y se tocan temas de dinero, la colusión, la corrupción, “te metes en problemas”. –

En esa ocasión, Corchado fue arropado por colegas de otros medios estadounidenses e incluso por la embajada de su país y por Los Pinos.

En entrevista para Reporte Indigo, el hombre de 53 años destaca que la protección que recibió al recibir la amenaza lo hizo reflexionar sobre qué hubiera pasado si no fuera periodista norteamericano trabajando por un medio estadounidense.

Y es que, afirma, la situación de los periodistas que cubren el narcotráfico en México carecían de esa solidaridad y protección institucional.

Corchado asegura que nunca ha buscado la fama, que a diferencia de algunos otros, él no ha buscado ser una celebridad por cubrir al narcotráfico.

Los reportajes que informan o evidencian detalles sobre supuestos actos de corrupción o de quehaceres del crimen organizado han dejado cientos de muertos, asegura el periodista.

Sin embargo, recalca, también lo ha hecho la sobreexposición, la falta de responsabilidad periodística y la falta de certeza informativa.

Corchado también menciona los casos en los que algunos periodistas y medios locales se han convertido voceros del narco.

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