viernes, 11 de octubre de 2013

Mancera: tan cercano al TV Notas, tan alejado de la realidad

AUTOR: PROCESO.
FUENTE: JUAN CARLOS PROAL.

Ninguno. El 33 por ciento de los habitantes del Distrito Federal considera que ese es el principal logro del jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera. Esta percepción contrasta con la imagen de casanova que el mandatario ha querido imponer valiéndose de las revistas del corazón: hombre intrépido, aguerrido y no sólo un policía, ¡un policía guapo!

Hay una verdad irrefutable: el electorado reprueba Miguel Ángel Mancera. El periódico El Universal publicó una encuesta el lunes siete de octubre que advierte: el 48 por ciento de los habitantes de la ciudad de México desaprueba al jefe de Gobierno. Ese mismo estudio arrojó que la mayoría piensa que no ha tenido un logro sobresaliente. Apenas en febrero de este año su aprobación era del 57 por ciento y sus negativos sólo del 23. La pregunta es: ¿Cómo fue que el exprocurador capitalino en sólo un año, después de arrasar en el periodo electoral, se convirtió en un personaje tan rechazado?

Partamos de un hecho: Mancera ganó la jefatura de Gobierno con el estandarte de los partidos de izquierda y gracias a la aprobación general de sus dos predecesores inmediatos, Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador. Los votantes, en consecuencia, esperaban a un gobernante que continuara con la línea trazada. En contraste, es un hombre declarado apartidista y quien se define a sí mismo como un “funcionario técnico-operativo” más que un político. Lejos de asumir un papel de líder social, Mancera dio sus primeros pasos más cercano a las revistas del corazón que la actriz Maribel Guardia. El George Clooney mexicano. El soltero más codiciado. El intrépido policía. Con estos calificativos la prensa del espectáculo comenzó a vender un producto meramente estético, muy similar a lo ocurrido en los albores del gobierno de Enrique Peña Nieto cuando estaba al frente del Estado de México.

“El jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, encabeza la premier ´Nosotros los nobles`”. “Enrique Peña Nieto, Manuel Velasco y Miguel Mancera, invitados de lujo en aniversario de TV Azteca”. “Miguel Mancera, ajonjolí de todos los moles”. Con estos titulares, las revistas Hola y Caras consignan la selecta vida social del jefe de Gobierno, quien continuamente se retrata al lado de actrices de Televisa, productores y publicistas. Se le ve como parte de ese mundo, no sólo adaptado, sino acogido.

Mientras Mancera se escapa a fiestas para convivir con lo más selecto del mundo de las telenovelas, la capital del país exhibe una podredumbre tenebrosa: policías inmiscuidos en grupos criminales, penetración absoluta de los cárteles de la droga, operativos con policía encubierta, detenciones arbitrarias y acoso constante contra protestas sociales.

Lejos de desaprobar, investigar y castigar los operativos con policías encubiertos contra líderes sociales en las marchas por la toma de protesta de Enrique Peña Nieto, la conmemoración de “El Halconazo”, del dos de Octubre y el desalojo de los maestros de la CNTE del zócalo, Mancera parecía ejercer un rol escrito por los asesores de la presidencia de la República. Pedía celebrar en familia el Grito y respaldaba la reforma hacendaria del gobierno federal.

Mancera también ha practicado sistemáticamente la mentira. Su gobierno negó al infinito que policías encubiertos participaran en detenciones contra activistas, hasta que finalmente lo reconoció apenas el martes pasado el titular de la PGJDF, Rodolfo Ríos Garza. El jefe de Gobierno también niega hasta el cansancio la presencia de cárteles del narcotráfico y quiere vender la idea de que el Distrito Federal es algo así como una ciudad impenetrable para el crimen, donde ningún delincuente se atreve siquiera a robar una cartera.

Mientras encubre la realidad de la ciudad, Mancera se deleita vendiéndose como el metrosexual que las mujeres de México esperaban. El cazador, piloto, niñero, guía, juguetón, noviero, arrojado, deportista… Así lo describe el texto “Las diez facetas desconocidas de Miguel Ángel Mancera”, publicado por el portal ADN político.

Este bon vivant de la clase política, tan cercano al TV Notas, y tan alejado de sus gobernados, exhibió su desconocimiento de la paupérrima realidad de los asalariados en sus argumentos para pedir un aumento a las tarifas del Metro: “No todos los usuarios del Metro necesitan el subsidio”.

Mancera también ha demostrado que ejerce el poder para favorecer a sus amigos de fiesta y no a los ciudadanos de a pie. Así lo hizo cuando la actriz Laura Zapata le avisó por medio de un mensaje público de la cuenta Twitter que acababan de chocar su camioneta. Mancera, de inmediato, pidió al procurador atender personalmente la petición. “Sr Jefe de Gobierno, mil gracias por su apoyo, así me gusta México”, le respondió Zapata en gratitud.

Esto y más se puede esperar en los próximos cinco años de la gestión del jefe de gobierno que, como procurador, fue señalado de recibir más de siete mil quejas ante la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal por los delitos de fabricación de culpables, uso del arraigo para esos fines, manipulación de escenas de crímenes y cambio de situación jurídica (Proceso, 1838).

Los grupos del crimen organizado comienzan a depredar al Distrito Federal. Extorsión a comercios, secuestros, asesinatos y “levantones” son prácticas comunes operadas por los grupos delictivos asentados en la ciudad: La Mano con Ojos, Guerreros Unidos, Nueva Generación y La Familia Michoacana.

Los habitantes de una ciudad que, con sangre y constante lucha ganaron demandas de avanzada para el país, no merecen a un jefe de gobierno vestido de frivolidad.

El electorado que votó por una agenda de izquierda no necesita de un jefe de Gobierno tan cercano al PRI como Salinas y mucho más allegado a Anahí que a los usuarios del Metro. Y lo peor: apenas lleva un año como gobernante.

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