martes, 15 de octubre de 2013

La experiencia internacional muestra los peligros de la privatización: especialistas

FUENTE: REVOLUCIÓN TRES PUNTO CERO.
AUTOR: NATALIA ANTEZANA BOSQUES.

“El caso noruego es quizás el más alejado del espíritu de la Reforma Energética propuesta por el Ejecutivo [federal]“, afirmó el abogado Javier Jiménez Gutiérrez, que ejerce el derecho corporativo y arbitraje internacional en el sector energético.

El gobierno federal ha promovidoo la reforma en materia energética a través de diferentes medios masivos de comunicación. En uno de los spots difundidos se dice claramente que en diferentes países del mundo se han adoptado reformas similares a la que propone el gobierno de Enrique Peña Nieto.

“¿Sabías que los productores de todo el mundo han realizado reformas energéticas como la que hoy impulsa Mexico? Países como Cuba, Noruega, China, Brasil y Colombia”, se dice textualmente en el video. Sin embargo, Jiménez Gutiérrez, especialista en la materia, no está de acuerdo con dicha afirmación.

Antes de la década de los años 70, Noruega no contaba con una industria petrolera. Fue hasta 1969, cuando se descubrió su primer gran yacimiento, Ekofisk, que se empezó a erigir una empresa estatal fuerte, con tecnología propia y capacidad para insertase, de manera competitiva, en el mercado internacional.

Lo que hizo el país nórdico, explicó Jiménez Gutiérrez, fue crear un sistema de asociaciones, donde el objetivo era el intercambio tecnológico en vez de la producción: por cada ingeniero proveniente de una empresa transnacional debía haber un mínimo de dos ingenieros noruegos; así aseguraban la transferencia tecnología.

De esta manera, se aseguró la creación de su propia tecnología y su posicionamiento internacional como una de la principales industrias petroleras en el mundo.

Incluso, uno de los investigadores del Centro de Tecnología, Innovación y Cultura de la Universidad de Oslo, Hejge Ryggvik, señaló que México no debe renunciar al control del petróleo ni compartir la renta petrolera; al contrario, debe trabajar con las compañías proveedoras de tecnología, según el diario Reforma.

Otro ejemplo que también meció al spot difundido por el gobierno federal es Brasil, a través de su empresa Petrobras. Jiménez refirió a la empresa brasileña como el “niño modelo” del movimiento privatizador, puesto que efectivamente genera grandes utilidades pero no para el país.

Explicó que, en estos casos, no se debe evaluar cuán eficiente es una empresa, sino cuánta eficiencia le otorga al estado. A Brasil le pertenecía el 100 por ciento de la industria petrolera, y después de las reformas pasó a tener el 10 por ciento de los impuestos, como bien lo explica Fernando Siqueira, de la Asociación de Ingenieros de Petrobras. Fue en la primera década del siglo XXI que el estado empezó a comprar acciones de Petrobras en un intento de nacionalización.

Otra de las experiencias internacionales que sale a relucir es la Boliviana, en un sentido inverso. En 1994 se concesionó la explotación de los yacimientos petroleros a través de una figura denominada “capitalización”. Es así que el estado boliviano sólo recibía el 18 por ciento de impuestos y los contratistas privados el 82 por ciento de las ganancias. Fue en el año 2006 que se renacionalizó la industria petrolera.

“Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, el 2005, rentaba 300 millones de dólares, pero el 2013 -con la nacionalización- rentará más de 5,000 millones de dólares”, resaltó Evo Morales el 23 de septiembre de este año.

Javier Jiménez Gutiérrez indicó que, cuando un estado abre las puertas de la industria petrolera a las empresas privadas, necesariamente disminuirá la renta petrolera que recibe el país. Asimismo, dijo que, si se hace algún tipo de acuerdo con privados, debe ser para fortalecer la tecnología existente y que el gobierno no debe dejar la operación en manos particulares, puesto que aprovecharían al máximo la renta petrolera.

Por último, el abogado explicó que hay que evitar a toda costa los contratos basados en la recuperación de costos, ya que se ha demostrado en la experiencia internacional que son nocivos para los estados petroleros.

El esquema contractual que se propone para Pemex en la iniciativa de reforma energética que presentó Enrique Peña Nieto es similar al que ha provocado crisis en otros estados petroleros, como el boliviano antes de su renacionalización.

En primer lugar, México tendrá que pagar los costos de operación del sector privado, que explotará a discreción los recursos petroleros, como lo señala el modelo de “recuperación de costos”. Sólo después de esto se podrá repartir la utilidad, según se especifique en los contratos. Pero queda la pregunta de cuánto quedará, puesto que no existiría un sistema de fiscalización adecuado, por lo difícil de su operación, indicó el abogado.

Es por todas estas razones que el abogado especialista en derecho internacional en materia energética recomienda que no se apruebe una reforma sin antes observar la experiencia internacional, como lo señaló en el Debate Público de la Reforma Energética, organizada por la bancada del Partido de la Revolución Democrática de la Cámara alta.

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