martes, 1 de octubre de 2013

Él apostaba y bebía, mientras la gente moría

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: ÁLVARO DELGADO.

MÉXICO, D.F. (apro).- El gobierno de Enrique Peña Nieto ha decretado una rápida auto exoneración ante la catástrofe que, si acaso, incluirá un castigo contra un funcionario que no se cuidó ni a sí mismo: El director del Fondo Nacional de Desastres (Fonden), José María Tapia Franco, quien apostaba y bebía en Las Vegas mientras decenas de mexicanos se ahogaban y morían en México.

En efecto, luego de que este lunes el subsecretario de Gobernación Eduardo Sánchez y el coordinador nacional de Protección Civil, Luis Felipe Puente, alegaron que el gobierno de Enrique Peña Nieto actuó de manera oportuna anteIngrid y Manuel, el primero dejó ver que Tapia Franco –un priista de medio pelo que es senador suplente– podría ser sancionado por haberse ausentado del país en medio de la emergencia.

Justo el 13 de septiembre, cuando era ya sabido que ambos meteoros tendrían severos impactos en los litorales del país, el tipo se fue a Las Vegas, Estados Unidos, a beber y hacer apuestas hasta de 20 mil dólares. Lo vio el diputado local Jesús Sesma, del Partido Verde, que a su vez lo narró al periodista Francisco Zea, que lo publicó en Excelsior.

Escribió Zea, el lunes 23: “Estuvo hospedado el fin de semana del 15 de septiembre en el hotel Encore, uno de los más caros de la ciudad. Cenó la noche del 15 en el restaurante japonés del complejo hotelero que se llama Mizumi, en el cual cantaba con un mariachi, contratado con motivo de las fiestas mexicanas, haciendo gala de mala voz y de intoxicación etílica. Otro día cenó en el muy caro restaurante Andreas del mismo hotel y se le vio sentado apostando hasta 20 mil dólares en las mesas de Baccarat, de lo cual fue testigo el diputado local del Partido Verde Jesús Sesma, quien, asustado, veía los excesos”.

Todos los funcionarios del gobierno de Peña, incluido el propio Tapia Franco, habían guardado silencio sobre este caso de clara negligencia por ser el responsable de valorar y decidir sobre los recursos para atender los desastres como el que estaba en curso mientras él apostaba cantidades de dinero que no corresponden a su salario como servidor público.

Pero hoy lunes 30, y sólo a pregunta expresa, el subsecretario Sánchez tuvo que hablar sobre Tapia Franco, quien no asistió a la conferencia de prensa en la que sí estuvieron presentes todos los funcionarios de la Coordinación Nacional de Protección Civil.

“El director del Fonden, efectivamente, estaba fuera de la República hacia el 13 de septiembre, el 16 de septiembre está en Acapulco y en esos momentos se están llevando a cabo actividades muy importantes”, reconoció Sánchez, quien perfiló una eventual sanción a partir del informe que presente ese funcionario.

“En su momento, tal cual ocurrió con la Coordinación Nacional de Protección Civil, habrá de presentarle un informe a la superioridad, en donde se pueda hacer una evaluación objetiva de su actuar y en función de ello se tomará por parte de la superioridad la decisión que corresponda, lo cual, desde luego, haremos de su conocimiento oportunamente”.

Habrá que tomar con reservas la promesa de Sánchez, porque la impunidad es consustancial al grupo gobernante, pero parece perfilarse una “ejemplar sanción” a Tapia Franco, que debe incluir –naturalmente– una investigación sobre el manejo de los millonarios recursos del Fonden, sobre todo por el testimonio del diputado Sesma sobre los excesos de ese individuo.

Otro alto funcionario que bebía y bebía mientras la gente moría por la falta de medidas de prevención suficientes es el gobernador de Guerrero, Angel Aguirre Rivero, quien exhibido también como Tapia Franco reaccionó con iracundia contra el semanario Proceso.

La reportera Gloria Leticia Díaz escribió que Aguirre estaba en una fiesta mientras comenzaba el desastre en Guerrero, información que el semanario publicó con una cabeza que lo enardeció: “Llovía y llovía y el gobernador bebía y bebía”.

Aguirre, exgobernador priista interino que suplió a su amigo Rubén Figueroa tras la matanza de Aguas Blancas –en 1995–, en dos entrevistas se quejó de la información.

“Usted sabe –le dijo al entrevistador– que algunos medios actúan luego por términos económicos y publicitarios, no obstante que a la revista Proceso se le otorga, tengo entendido, una plana cada semana… Se trata de una bajeza…”.

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