miércoles, 18 de septiembre de 2013

Reforma en telecomunicaciones, primer acto: DISH vs Televisoras

FUENTE: LA SILLA ROTA.
AUTOR: GERARDO SORIA.

La semana pasada se constituyó el pleno del nuevo Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) e inmediatamente empezaron los reacomodos en la industria: DISH subió a su sistema de televisión restringida vía satélite los canales de televisión abierta de Televisa y Televisión Azteca en la ciudad de México, es decir, los canales 2, 5, 7, 9 y 13.

Aparentemente, Axtel y otras empresas también lo hicieron, aunque la información difundida por la prensa ha sido omisa en aclarar cuáles fueron las señales que Axtel y otros han subido a sus sistemas. Como veremos adelante, este no es un tema menor.

DISH argumenta que la reforma en telecomunicaciones le otorga tal derecho. Las televisoras, particularmente Televisa, sostienen que el Ifetel debe determinar qué señal de televisión abierta es la que puede ser transmitida por DISH, así como los términos y condiciones de dicha transmisión. Recordemos que DISH tiene una asociación con Telmex para vender sus servicios en todas las tiendas y centros de servicio de Telmex, así como para facturar y cobrar los servicios de DISH en la factura telefónica; suponemos que a cambio de una contraprestación variable en función del consumo del cliente, lo que de facto los convierte en socios. Este tampoco es un tema menor.

Y es que el problema surge de la visión miope y centralista de los políticos que redactaron la reforma en telecomunicaciones desde el estómago y con poco conocimiento del sector. Tan miopes que todos hablan de cadenas nacionales de televisión, cuando eso es una entelequia que sólo vive en sus fantasías. Cualquiera que viva en provincia o que haya sido lo suficientemente curioso para ver los canales de televisión locales, se dará cuenta que la televisión abierta es de contenido regional o local y que tiene programación distinta a la de los canales de la ciudad de México. Únicamente se encadenan nacionalmente ciertos programas, como los noticieros de la noche, pero mucha de la programación es producida localmente.

El artículo octavo transitorio de la reforma establece que los concesionarios de televisión abierta están obligados a permitir a los concesionarios de televisión restringida la retransmisión de su señal dentro de la misma área de cobertura geográfica. Es decir, los canales de televisión abierta en Monterrey pueden ser subidos a las redes de televisión restringida por cable o inalámbrica en la propia Monterrey. Es por esto que la retransmisión por parte de Axtel y otros operadores locales puede ser legalmente factible.

Un caso muy distinto es el de la televisión restringida vía satélite, como lo es DISH, ya que por su propia naturaleza cubre todo el territorio nacional. Entonces, para televisión satelital ¿cuál es la señal que puede ser subida a su sistema y distribuida en todo México? ¿La de Mexicali, Monterrey, Guadalajara, Mérida o la ciudad de México? DISH, arbitrariamente, decidió que la de la ciudad de México. Así, por sus pistolas.

La reforma da algunos indicios sobre cómo se puede solucionar este problema, y señala que la televisión restringida vía satélite deberá retransmitir las señales de televisión abierta que cubran el 50% o más del territorio nacional. El problema es que nadie sabe cuáles son esas señales. Por ello, la participación del Ifetel es esencial para determinar qué señales puede subir DISH a su sistema.

Otro problema es el de la gratuidad de la señal. De acuerdo con la reforma, la televisión abierta puede ser retransmitida gratuitamente, salvo por los operadores dominantes o aquellos asociados con los operadores dominantes. Telmex es, sin duda, el operador dominante por antonomasia y DISH está asociado con él. ¿La retransmisión, en su caso, es gratuita o DISH debe pagar a las televisoras? Una vez más, se requiere la actuación inmediata por parte del Ifetel.

Los problemas en materia de tiempos electorales y derechos de autor serán analizados en una próxima entrega.

No hay comentarios:

Publicar un comentario