miércoles, 18 de septiembre de 2013

Para “evitar pillaje”, Sedena envía tropas a Guerrero

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: MARCELA TURATI.

MÉXICO, D.F. (apro).- “Hay prioridades. La prioridad en este momento es llevar gente armada”, explicó un militar a un grupo de periodistas que hacía fila en el hangar de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para subirse a alguna de las aeronaves del Ejército rumbo a Acapulco, que se encuentra bajo el agua debido a las torrenciales lluvias que dejó a su paso la tormenta tropical Manuel.

Desde ese hangar contiguo a la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, 73 militares fueron transportados a Guerrero el pasado martes 17. El primer reporte de este miércoles establecía que desde la media noche y hasta las cinco de la mañana, otros 549 elementos del Ejército habían sido enviados a la entidad.

Durante los primeros días del siniestro, la mayoría de los enviados han sido “fuerzas de apoyo” que llevan cacerolas, maquinaria, palas, carretas, llantas, medicinas y artículos para rescate.

Sin embargo, a partir de las 10 de la noche de ayer comenzaron a llegar a Acapulco camiones cargados de policías militares, con permiso para portar armas (cada uno llevaba su fusil y una pistola).

“Han salido fuerzas de apoyo para casos de desastre y están saliendo otros de seguridad para proteger a la población civil en los casos en que se requiera y evitar pillaje. Y todavía se requieren más”, explicó anoche uno de los militares que coordinaba los vuelos.

Cada vez que aterrizaban aeronaves cargadas con turistas que fueron rescatados del puerto de Acapulco, de inmediato sus asientos eran ocupados por soldados asignados a labores humanitarias o para evitar el pillaje. Todos pertenecen a la 1ª Zona Militar, que abarca el Valle de México.

“En el plan DNIII está estipulado que pueden ir armados para dar apoyo a la población civil y evitar pillaje en las colonias que se requieran”, explicó un soldado.

Una fila de autobuses color verde olivo esperan en el hangar la llegada de cada vuelo. En su interior son acomodados los turistas recién llegados, varios en chancletas, como salidos del mar, cubriéndose del frío con alguna toalla a falta de abrigo. Toda esa gente aplaudía y echaba porras al Ejército mexicano por haberlos rescatado de la corriente desbocada que paralizó la ciudad donde vacacionaban.

Para asegurar un asiento en alguna aeronave, los turistas tuvieron que hacer una fila de aproximadamente siete horas bajo el sol. Por la pista desfilaron boeing 727, Hércules, Spartan y aviones Caza.

“Venimos quemados, pero no por la playa, sino por las horas de estar esperando. Y todavía se quedaron muchos más”, dijo en entrevista el médico Alfonso Castillejo, desde su asiento en uno de los autobuses que llevaría a los recién llegados al aeropuerto capitalino para que tomaran un taxi.

Otros lamentaban que algunos conocidos no pudieran ni siquiera salir de su hotel porque siguen bajo el agua. Algunos más aseguraron que las peleas entre turistas, durante las horas de espera, “fueron duras”, debido a que todos querían abordar.

“Se quedaron muchos”, aseguró la señora Elda Rosa Guerrero desde otro asiento.

Desde esa misma base aérea, ayer fueron enviadas a Guerrero mil 594 despensas equivalentes a 10 toneladas. Y a partir de que se abrió la pista aérea de la base militar Pie de la Cuesta, en Guerrero, el martes 18 fueron traídos a esta capital mil 89 ciudadanos que vacacionaban en Acapulco y que quedaron varados por las inundaciones provocadas por la tormenta tropical Manuel.

Desde la media noche y hasta las cinco de la mañana de este miércoles, 720 civiles habían sido rescatados.

Personal castrense confirmó que desde ese hangar han sido transportados militares exclusivamente a Guerrero. Hasta este momento no han recibido órdenes de acudir a alguna otra entidad de la República que se encuentre en emergencia por las inundaciones, aseguraron.

La otra base militar activa para enviar aeronaves a Guerrero es la de Santa Lucía.

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