viernes, 19 de julio de 2013

STC Metro: Asalto en despoblado

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: ERNESTO VILLANUEVA.

MÉXICO, D.F. El STC Metro de la Ciudad de México es la joya de la corona en prácticas de corrupción a costa de la seguridad y la rendición de cuentas. Vayamos a las pruebas. Inicio ahora con sólo un caso de corrupción por su relación con la seguridad colectiva.

Primero. Las “licitaciones públicas” del STC Metro parecieran ser un medio de transparencia que coadyuva a acotar la corrupción. Acaso sea un mecanismo más sofisticado que la tradicional asignación directa. Es una mera apariencia de transparencia. En efecto, en las licitaciones públicas se hacen retratos hablados o se ponen condiciones que sólo las va a aceptar quien sabe que tiene la partida ganada y está seguro de que no se le va a requerir su cumplimiento.

El principal sistema de seguridad del Metro reside en la Red de Comunicaciones y Servicios (adquisición de los sistemas de red de comunicaciones y servicios de videovigilancia y alarmas), que fue objeto de la licitación pública internacional número 30102003-006/07, del 15 de octubre de 2007. Apenas 16 días después, el proyecto fue asignado a la empresa española Infoglobal, S.A., la cual por cierto presentó como propuesta la reproducción de los anexos técnicos de lo licitado hasta con puntos y comas.

Ese primer contrato fue por 50 millones de dólares. Alrededor de un año después se estableció el primer convenio administrativo modificatorio (01/08) al contrato con Infoglobal, S.A., que aumentó la cantidad destinada a esta empresa en 8 millones 698 mil 640 dólares estadunidenses por concepto de incremento de 36 a 72 hilos de fibra óptica para hacer realidad que el DF fuera una “ciudad digital”, lo cual está fuera del objeto del STC Metro. La autorización de este incremento provino de la “doctora” Esther Orozco (sí, la misma que hoy enfrenta una averiguación previa por usurpación de profesión y fue expulsada de la rectoría de la UACM), según el oficio ICyT/DG/DITUS/056/2008 del 18 de febrero de 2008, en su carácter de directora del Instituto de Ciencia y Tecnología del DF.

Segundo. El 16 de abril de 2009, la falta de planeación del STC Metro generó un nuevo convenio administrativo modificatorio (02/09) al contrato original, en donde es de llamar la atención que el STC Metro solicita en el inciso k) del acta circunstanciada que acompaña al convenio modificatorio “la implementación de los siguientes prototipos a ser implementados (sic) en estación: Reconocimiento Facial, Análisis Inteligente de Imagen, Prototipo de Visualización en PDA. Sin embargo, el STC ha reconsiderado su implementación y decidió cancelarlos”(!). En total, se adquirieron mil 749 cámaras fijas, mil 318 cámaras móviles, 102 cámaras de poste, 22 centros de monitoreo local y 67 clientes de visualización (instrumentos para monitorear el funcionamiento de las cámaras).

A pesar de que los equipos fueron recibidos formalmente a “entera satisfacción” del STC Metro, existen documentos que ponen de manifiesto las inconsistencias entre lo pagado y lo recibido. Así, en un revelador oficio (número CES XI/12/12), Héctor Homero Zavala Zavala, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo, seccional XI Vigilancia, el 15 de febrero de 2012 comunicó al licenciado Iván Durán Zenil, coordinador técnico de la Gerencia de Seguridad Institucional: “En atención a la minuta 001, de fecha 19 de enero del presente año, me permito solicitarle la información relativa al seguimiento que se le ha dado a la problemática del Servicio de Alarmas que se encuentra integrado en el proyecto denominado ‘Red de Comunicaciones y Servicios del STC’, toda vez que las fallas manifestadas por los trabajadores y usted mismo en la reunión de la fecha mencionada nos preocupan de manera importante por el riesgo en que se encuentran las instalaciones y el posible daño patrimonial a que se expone el organismo”.

En verificaciones internas efectuadas entre el 27 de enero y el 31 de marzo de 2011 se habían manifestado infinidad de fallas del sistema adquirido. Por lo que se refiere a los clientes de visualización, la gerencia de seguridad institucional mostró diferencias entre el equipo “recibido” y la información de dónde y con cuántos clientes se contaba. La nota informativa de la reunión celebrada el 9 de junio de 2011 en el área técnica del STC Metro e Infoglobal, S.A., daba cuenta de que no funcionaban mil discos duros “por problemas de incompatibilidad para el servicio requerido”. En otra nota, tres días después, se notificó que “las cámaras de riel no funcionaban por tener 12 centímetros lineales y no seis, como requería el servicio”.

La corrupción es tal que incluso si se hubieran entregado todos los bienes pagados hay un sobreprecio que no deja lugar a dudas de las mañas de Marcelo Ebrard Causabón y sus socios. Por ejemplo, las mil 749 cámaras fijas, marca Ikegami, modelo ICD-508, fueron cotizadas por Infoglobal, S.A., y aceptadas por el STC Metro, a 2 mil 186.16 dólares por unidad. La misma cámara ya instalada la ofrece la empresa Internet Security Systems Inc., al precio de ¡499.24! dólares. Y al gran mayoreo el precio baja a 250 dólares. Esa diferencia, aceptada por el gobierno de Marcelo Ebrard, significa que el costo de adquisición de este producto fue casi 10 veces mayor a su precio en el mercado.

Tercero. El STC no invocó en su momento lo previsto en la cláusula octava del Contrato base con Infoglobal, S.A., que se refiere a los defectos y vicios ocultos y a la responsabilidad del proveedor. No sólo la empresa no fue sancionada, sino premiada al “ganar” otras licitaciones. Asimismo, es muy grave que el personal subcontratado por Infoglobal, S.A., tenga en sus celulares información sensible y claves de acceso que comprometen la seguridad del STC Metro. Es necesario que se finquen responsabilidades y se dé vida a mecanismos ciudadanos de alta especialización que puedan ser parte activa para hacer del STC Metro un modelo de seguridad y honestidad que hoy tiene amplísimas oportunidades de mejora.

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