jueves, 25 de julio de 2013

Denuncian tortura a 30 migrantes por policías municipales de Saltillo

FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: PARIS MARTÍNEZ.

Entre las personas sometidas a vejaciones están tres niños, dos niñas y un adolescente.

De marzo pasado a la fecha, al menos 30 migrantes centroamericanos han sido detenidos y torturados por policías pertenecientes al Grupo de Reacción Operativa del Municipio de Saltillo (GROMS), ocho de los cuales fueron procesados penalmente luego de que se les sembrara droga en sus ropas, denunció el padre Pedro Pantoja, director de la Casa del Migrante que opera en la capital de Coahuila.

“Este nuevo grupo de policía semi-militarizada –señaló Pantoja– aplica un modelo de agresión sistemático y terrible: primero detiene a los migrantes, les roba su dinero y pertenencias de valor, los golpea, les siembra droga, los lleva a los separos, donde los torturan con distintas técnicas, y luego los presentan al Ministerio Público. A los que firmaron confesiones para que cesen los tormentos, los procesan penalmente, y a los que no cedieron, los entregaron al Instituto Nacional de Migración, para su deportación.”

Entre las técnicas de tortura practicadas por el GROMS, identificadas a través del testimonio de los 30 migrantes que han denunciado estas prácticas en los últimos cuatro meses, están: golpes en general; patadas en el abdomen; golpes en las plantas de los pies con palos, cañas, alambres y barras metálicas, técnica conocida como “La Falanga”; golpes en los oídos, o “Teléfono”; mutilaciones, fracturas y heridas; hostigamiento, agresiones, tocamientos y violaciones sexuales; aplicación de choques eléctricos; asfixia por sumersión en agua, orina, excremento, vómito, sangre u otros fluidos, conocido como “Pocito” o “El Submarino”; sofocación con agua mineralizada, cerveza, refresco o líquidos efervescentes a través de la nariz y la boca; estrangulación; posturas forzadas; así como intimidación con animales.

Además, los 30 migrantes denunciaron privación de la comida o el agua, del sueño, de la atención médica, de fármacos, de servicios higiénicos; inmovilización, incomunicación, aislamiento, tratos humillantes, amenazas, insultos y tratos crueles.

Los migrantes torturados son 22 hombres, dos mujeres, tres niños, dos niñas y un adolescente, ocho de los cuales permanecen en prisión, otros ocho fueron entregados a Migración, pero permanecen en México porque presentaron una denuncia formal por las vejaciones sufridas, y el resto fue deportado a sus países de origen.

El padre Pantoja destacó, asimismo, que el GROMS pertenece a la Policía Municipal y, por lo tanto, no cuenta con facultades legales para realizar detenciones por cuestiones migratorias, sin embargo, “hemos denunciado esta situación ante el gobierno municipal, y ante las autoridades estatales de Coahuila, incluyendo a la Comisión Estatal de Derechos Humanos, pero no nos respondieron, así que presentamos un informe sobre estas agresiones ante las comisiones Nacional e Interamericana de Derechos Humanos, además de la Organización de las Naciones Unidas, a todas las cuales informamos los abusos del GROMS, cuya desaparición inmediata reclamamos”.

–¿Se han registrado ataques o amenazas contra la Casa del Migrante o los defensores que en ella operan? –se le preguntó.

–La nuestra es una situación de temor –respondió Pantoja–, los golpes no son directos, sino que enfrentamos una violencia indirecta. El mensaje dirigido a nosotros está en las golpizas que les dan a los migrantes. Tan sólo el lunes de esta semana otros 30 migrantes fueron asaltados por policías del GROMS a menos de medio kilómetro del albergue. Era un grupo que acababa de abandonar el albergue, caminaban sobre las vías del tren y ahí fueron interceptados y asaltados, y en todos los casos las agresiones quedan en la impunidad, porque se trata de policías que operan enmascarados. Los migrantes atacados el lunes debieron volver al albergue, y venían realmente impresionados por ese coraje contra ellos, ese desprecio, esa agresión tan descarada, tan cínica, con gente tan vulnerable y tan pobre.

Por ello, luego de esta escalada en las agresiones de la policía municipal contra los migrantes centroamericanos, Pantoja señaló que “hacemos responsable al gobierno de Coahuila de cualquier venganza que de alguna manera pudieran emprender contra nosotros, o contra los migrantesque reciben atención humanitaria en el albergue de Saltillo”.

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