FUENTE: MOVIMIENTO CIUDADANO.
El día de hoy, el principal diario financiero de Estados Unidos (Wall Street Journal) adelanta una parte de lo que será la llamada “reforma energética”, que en realidad es la privatización de la producción de hidrocarburos.
Se trata de una iniciativa para intentar reformar la Constitución, a fin de permitir la participación de capital privado en la exploración y producción en aguas profundas, así como en la extracción de crudo y de gas de esquisto o gas Shale en los polígonos donde se concentra más de la mitad de las reservas probadas de petróleo.
En esencia, se trata de la misma iniciativa que presentó Felipe Calderón al inicio de su gobierno, pero el PRI la modificó sustancialmente y la izquierda rechazó con apoyo en movilizaciones ciudadanas.
Es también la misma reforma que se ha venido impulsando desde los circuitos financieros internacionales y desde los corporativos petroleros multinacionales desde hace por lo menos dos décadas.
Por tratarse de la misma reforma privatizadora de Pemex, la izquierda volverá a rechazarla con movilizaciones ciudadanas y protestas parlamentarias.
La izquierda busca una reforma energética que nada tiene que ver con la privatización de Pemex. Nosotros proponemos bajar el precio de los combustibles, no subirlos cada mes; construir nuevas refinerías para reducir la importación de gasolinas caras; “destetar” la hacienda pública de la ubre petrolera, ya que de cada 10 pesos que recauda el fisco, cuatro son de Pemex; y eliminar el impuesto más gravoso que paga Pemex que es la corrupción de su sindicato y la práctica del contratismo privado.
La privatización de Pemex, lejos de reducir el precio de los combustibles o de eliminar los actuales vicios de la paraestatal, los va a acentuar.
Habrá que ver si el PAN acepta apoyar la misma reforma energética que el PRI le rechazó en su momento a Fox y a Calderón.
Veremos de qué material está hecho el panismo actual: si de principios y congruencia democrática, o de mercantilismo político, como aquel que propone intercambiar la elección de Baja California por un voto a favor de la privatización de Pemex.
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