jueves, 16 de mayo de 2013

Sugiere OCDE ampliar IVA en bienes básicos e inversión privada en Pemex

FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR: Roberto González Amador.

Sólo con esas medidas se podrá revertir el “mediocre crecimiento” del país, sostiene la organización.

México, DF. El desempeño económico de México en la última década ha resultado “mediocre” y, para revertir esa tendencia, se requieren de “grandes reformas estructurales”, que van desde la apertura de Petróleos Mexicanos (Pemex) al capital privado a la aplicación de un impuesto al consumo de bienes básicos hoy exentos de ese gravamen, planteó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

La reforma en el sector energético, dominado por las dos empresas estatales Pemex y la Comisión Federal de Electricidad, debe ser llevada “más lejos” de los cambios ya introducidos en 2008, que mejoraron el gobierno corporativo de la compañía petrolera, la dotaron de autonomía operativa y de un régimen para la contratación de bienes y servicios, estableció el organismo en un estudio sobre México publicado este jueves.

“Sin embargo, estas reformas deben llevarse más lejos, incluso a través de una enmienda constitucional que permita compartir los riesgos y los beneficios con el sector privado. Un entorno más competitivo para Pemex podría generar incentivos de mercado adecuados para mejorar su eficiencia, aunque también se debería ampliar la regulación para incluir la supervisión de los nuevos participantes”, propuso la OCDE, organismo encabezado por José Ángel Gurría, canciller y secretario de Hacienda en el gobierno del ex presidente Ernesto Zedillo.

Todavía hay margen para permitir una mayor participación del sector privado en la industria petrolera a cargo de Pemex, mediante el cambio de las bases de licitación y los esquemas de contratación, así como de la implementación de contratos de incentivos para atraer a “socios calificados que cuenten con una capacidad técnica comprobada para aprovechar las oportunidades”, apuntó el organismo.

El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, que inició el 1 de diciembre pasado, ha establecido lo que la OCDE llama un “ambicioso programa de reformas económicas y sociales”, para las que, asegura el organismo, “ha obtenido un amplio apoyo político”.

Las políticas de los últimos años han posicionado bien al país, según la OCDE, pero el crecimiento económico continúa siendo insuficiente y aún queda mucho por hacer para mejorar el bienestar de la población, apunta.

El estudio sobre México, “propone reformas destinadas a lograr mayores niveles de ingresos y mejores condiciones sociales” en el país, sostiene.

Impuesto al consumo de bienes básicos

El sistema fiscal de México se fundamenta en una base impositiva muy estrecha y los ingresos fiscales son bajos en relación con muchos otros países, a pesar de que las tasas impositivas legales no son menores que en otros países de la OCDE, dice el estudio.

La baja recaudación de impuestos se explica, aseguró, por el predominio de exenciones y regímenes especiales en los sistemas de impuesto sobre la renta a las empresas y a las personas físicas, así como en el Impuesto al Valor Agregado (IVA), que representan aproximadamente 3.1 por ciento del producto interno bruto (PIB), o alrededor de 16 por ciento de los ingresos públicos reales.

Además, recuerda, la evasión fiscal es considerable, a pesar del reciente fortalecimiento de la administración tributaria.

El organismo planteó la necesidad de que en la reforma fiscal que propondrá el gobierno en el segundo semestre de este año sean revisadas las exenciones o tasas cero que existen en el cobro del IVA a algunos bienes. No los enlista explícitamente, pero actualmente los bienes que no pagan el Impuesto al Valor Agregado, o tienen una tasa cero para el consumidor final son, entre otros: alimentos, medicinas, libros, servicios médicos y colegiaturas.

El IVA en México rinde menos de lo que podría debido a numerosas exenciones, afirmó. El coeficiente de eficiencia del IVA, que es una medida tanto de los gastos fiscales (exenciones o regímenes especiales) como de la evasión, es menor en México que en cualquier otro país de la OCDE, según el estudio. Los gastos tributarios son extensos: hay una tasa cero para alimentos (incluidos los alimentos elaborados) y medicinas, y otras exenciones, como los servicios educativos y médicos, así como tarifas reducidas en la frontera, mencionó el estudio. Estos factores bajan los ingresos tributarios en alrededor de 1.5 por ciento del PIB, calculó.

“Las reformas podrían comenzar con la eliminación de las lagunas potenciales, tales como la tasa de frontera y la falta de retención de impuestos de importación para la industria maquiladora. Se debería volver a examinar la canasta de productos que tienen tasa cero o están exentos, ya que los objetivos sociales se atienden mejor a través de transferencias directas”, propone.

La tasa del Impuesto al Valor Agregado es de 16 por ciento y de 11 por ciento en las franjas fronterizas.

Persistente pobreza

Las tasas de pobreza y desigualdad en México siguen elevadas, no sólo con relación al resto de países de la OCDE sino también en comparación con otros que no pertenecen a esta organización, que reúne a los países avanzados y varios en desarrollo, apuntó el reporte. En los últimos 15 años, abundó, se han logrado avances, aunque plantea la necesidad de corregir la forma en que se canaliza el gasto público hacia estos objetivos.

Mientras que los impuestos y las transferencias reducen sustancialmente el universo de personas que viven en pobreza, respecto del total de la población, en casi todos los países de la OCDE, “este no es el caso en México, lo que refleja el reducido volumen de gasto social y el hecho de que algunas transferencias, como los subsidios al consumo de energía, son regresivas”, es decir, benefician a las personas de mayor ingreso, aseguró.

La capacidad de los programas sociales para llegar a las personas pobres se ha ampliado, con progresos en la reducción de la pobreza y la desigualdad, en especial durante el periodo comprendido entre mediados de la década de 1990 y mediados de la década de 2000, mencionó. “Sin embargo, con la crisis financiera, la pobreza ha aumentado una vez más, mostrando la vulnerabilidad de los hogares de bajos ingresos a las crisis económicas. México debería fortalecer sus programas sociales para combatir la pobreza de manera aún más agresiva”, planteó.

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