“Es un libro triste, pero es un libro indispensable para entender cuál es la situación actual de México, y para que no llegue nunca más ningún periodista a engañarnos con falsas guerras contra el narcotráfico y con estrategias estúpidas que solamente fortalecen al crimen organizado y dejan totalmente indefensa a la sociedad”, dice la periodista mexicana Anabel Hernández sobre su última obra.
Titulado “México en llamas, el legado de Felipe Calderón” (ver artículo relacionado), el libro explora justamente lo que a juicio de la investigadora ha sido la herencia sociopolítica que ha dejado el ex mandatario, y fue presentado en la Feria del Libro en español "LeaLA" de Los Angeles, California, contando con la participación de Rubén Luengas en la introducción de la escritora.
“El primer legado, el más notorio, es que el único gran ganador de la llamada guerra contra el narcotráfico en México, el único que sacó provecho de los más de 70 mil mexicanos ejecutados violentamente, de los 25 mil desaparecidos, de las 200 mil personas que tuvieron que exiliarse, fue el “Chapo” Guzmán, el protegido de Felipe Calderón”, señala Hernández.
“El segundo legado fue la destrucción del Partido de Acción Nacional (...) El principal enemigo de Josefina Vásquez Mota durante la campaña de 2011 fue Felipe Calderón”, añadiendo como tercer punto a la disgregación del ejército mexicano, por la ejecución y arrestos de algunos generales acusados de corrupción.
“Durante su sexenio se creó un ejército policiaco de 40 mil elementos, que es la Policía Federal, que dirigía entonces Genaro García Luna y cómo esta policía federal pasó a ser corrupta, que protegía a los carteles de la droga, que cobraba sobornos; pasó de eso a ser un brazo operativo del cartel de Sinaloa (...) se encargan de descargar droga de los principales aeropuertos de México (...)pude probar incluso que en el hangar que tenía la policía en Toluca se descargaba cocaína desde Colombia”.
“Quizás el peor de los legados fue fracasar en su intento de destruir a los otros carteles (...) hizo que en México se crearan más carteles de la droga. Hoy hay cientos de células criminales que están diseminadas en toda la república, qu son dueños de ciertos territorios en México, una colonia, un municipio, un sector de un estado (...)”.
“Me preocupa terriblemente cómo han surgido en México estos supuestos policías comunitarios(ver artículo relacionado), que aparecen encapuchados tanto en Guerrrero como en Michoacán.Esas policías no son nada más que narcotraficantes y criminales que están usando esa figura de policías comunitarias, llegan con la gente, les ofrecen protección, con el único fin que cuando ellos tengan control del territorio se queden con el botín, que es la sociedad mexicana”.
“Este libro es un llamado, es un grito desesperado (...) Es necesario que Felipe Calderón sea juzgado por tribunales nacionales e internacionales por su colusión con el crimen organizado”, concluyó Hernández.
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