El Dragonario: Frontera de Sonora, un infierno para los migrantes

jueves, 7 de marzo de 2013

Frontera de Sonora, un infierno para los migrantes

FUENTE: PROCESO.


MÉXICO, D.F: En su recorrido hacia Estados Unidos, cientos de migrantes son víctimas de violaciones, extorsiones y secuestros, particularmente en su paso por territorio mexicano.

De acuerdo con el presbítero Prisciliano Pedraza de Altar, Sonora, más de 70% de los indocumentados que intentan llegar al país del norte, a través de Sonora, sufren, invariablemente, violaciones a sus derechos humanos, en particular las mujeres.

En el marco del III Encuentro “Ellos tienen la palabra. Un diálogo con los defensores de los derechos humanos de los migrantes”, realizado en la Universidad Iberoamericana, el sacerdote, afirmó: “La mujer que pasa por ahí ya sabe que va a ser violada”.

Además, sostuvo que “hoy no migra quien quiere, sino quien puede” porque el costo económico para llegar a la frontera y cruzarla hacia Estados Unidos, es alto.

Añadió:

“Antes migraba el rico, ahora lo hace el pobre por necesidad, y no necesariamente se trata de personas sin preparación escolar. La mayoría tiene estudios de primaria”.

Detalló que, según sus datos, entre 2006 y 2007 al menos 8% de los migrantes que pasaron por Sonora tenían estudios universitarios.

A partir del año 2000, destacó, comenzaron a llegar alrededor de dos mil migrantes a Altar diariamente. El fenómeno se intensificó y alcanzó su punto más alto en 2005, con la llegada de entre 10 mil y 15 mil migrantes diarios a esa localidad.

La cifra bajó y actualmente se encuentra entre los dos mil y cuatro mil migrantes al día, lo que impulsó la construcción de 17 hoteles y más de 90 casas de huéspedes.

Frente a ese escenario, el presbítero llamó a las autoridades a “humanizar la migración”, debido a que actualmente el migrante es visto como “objeto de venta”.

En el encuentro, realizado en el marco del 70 aniversario de la Universidad Iberoamericana y organizado por el Programa de Asuntos Migratorios de la institución, participaron importantes activistas, entre ellos el sacerdote Alejandro Solalinde, coordinador de la Pastoral de Movilidad Humana Pacífico Sur del Episcopado Mexicano, y fray Tomás González, dirigente de “La 72” Casa de Migrantes.

La comunidad de la Ibero también conoció las experiencias de Antonia y Clementina Romero, representantes del grupo de mujeres llamadas “Las Patronas”, quienes prestan auxilio a los migrantes que atraviesan Veracruz a bordo del ferrocarril conocido como “La Bestia”, así como la del sacerdote Heyman Vázquez, del albergue Hogar de la Misericordia, en Arriaga, Chiapas.

Este último dijo que el camino para los migrantes que cruzan México en su búsqueda por llegar a Estados Unidos “se ha vuelto más peligroso, porque antes no se hablaba del crimen organizado”.

Aproximadamente desde hace un par de semanas, abundó, los migrantes que pasan por Arriaga se han visto obligados a pagar al crimen cuotas de 100 dólares.

Y Elvira Arellano, creadora e integrante de la Organización de la Familia Unida Latina sin Fronteras, manifestó que los migrantes no denuncian porque “no quieren volverse un desaparecido más”.

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