FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR: ROBERTO GARDUÑO.
Conmemoran en San Lázaro centenario de la Decena Trágica. Panal urgió terminar con sistema político de decisiones verticales, mientras PT pidió anteponer intereses del país por encima de los particulares.
México, DF. Al conmemorarse en la Cámara de Diputados el centenario de la Decena Trágica el tema de la democracia actual llamó la atención de todas las fuerzas políticas, que en su mayoría compararon la coyuntura en la que fueron asesinados Francisco I. Madero, José María Pino Suárez, Serapio Rendón; Gustavo A. Madero, Adolfo Gorrión, y Belisario Domínguez con la crisis política de la actualidad.
En la conmemoración solemne que se celebró en el salón de plenos de la Cámara de Diputados, con un escasa asistencia de legisladores -sólo asistieron 280 de 500- la Decena Trágica sirvió para establecer que las lecciones de la historia obliga a los mexicanos a emprender acciones que resuelvan la pobreza que padecen millones de ciudadanos, y se controle a los poderes fácticos.
Todos los grupos parlamentarios coincidieron en que el sistema democrático del país aún tiene deudas con la sociedad y es necesario que se garanticen los derechos humanos, y las libertades individuales.
Para la representante del partido de Elba Esther Gordillo, Nueva Alianza, Lucila Garfias urge terminar con el sistema político de decisiones verticales que cunde a nivel nacional, e impide el reclamo de la sociedad.
El petista Ricardo Cantú expuso que es necesario poner en primer lugar los intereses de México, por encima de los particulares para responder a los intereses facciosos que atentan contra el interés y bien común.
El partido Movimiento Ciudadano en voz de Alfonso Durazo adujo que disentir con argumentos y razones es la función de toda oposición responsable más allá de los fanatismos, y en el caso de las propuestas de Andrés Manuel López Obrador, estas son anhelos y esperanzas sociales.
Para el perredista Tomás Brito, el neoliberalismo actuante ha empobrecido más y más a los pobres y hace más ricos a los ricos, “al grado tal que para vergüenza del pueblo de México, tengamos el nada honroso mérito de tener en nuestro país al hombre más rico del mundo, cuando tenemos a más de 50 millones de pobres”.
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